Hoy es cumpleaños de aquel a quien está dedicado este blog, hoy es un día para festejarlo y escuchar su música; y porqué no, también comer pastel en su honor 😉
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lunes, 1 de marzo de 2021
jueves, 1 de marzo de 2018
De Chopin: ¡FELIZ CUMPLEAÑOS!
Hoy es el cumpleaños 208 de Chopin, no preparé, como debería un post especial para celebrarlo, sin embargo este es para que no se diga que me he olvidado, no podría.
Las flores de durazno que se ven en las fotos que recién tomé en los Viveros de Coyoacán me evocan a Chopin, frágiles sin dejar de ser hermosas.
Festejemos pues a mi amor Chopin, escuchemos su música sin dejar de sentir que él vive en ella.
lunes, 12 de febrero de 2018
De Música de Chopin: Concierto No. 1 en Mi Menor Opus 11
Sobre los dos conciertos para piano y orquesta que Chopin compuso, leí que ambos fueron
escritos en 1830 cuando solamente tenía 20 años, que el primero que compuso
fue el que ahora conocemos como Concierto No. 2 en Fa Menor Opus 21 y el Opus
11, que es el que nos ocupa en este post, lo empezó a escribir inmediatamente
después del estreno del Opus 21. El Opus 11 se enumeró primero porque fue el
primero en conocer la imprenta, esto en junio de 1833 y el Opus 21 en 1836.
El
Concierto No. 1 en Mi Menor Opus 11 se estrenó en Varsovia, en el Teatro
Nacional el 11 de Octubre de 1830 con Chopin al piano, allá en su patria fue un
éxito.
Justo
Romero nos platica que Chopin, al poco tiempo de establecerse en París visita a
Kalkbrenner con el manuscrito del Concierto para pedirle su opinión y brindarle
la dedicatoria a lo que el compositor que era muy reconocido en la Ciudad Luz
acepta gustosamente y aunque le parece pobre orquestalmente, también sabe
reconocer en él, el enorme talento del joven polaco. El Concierto se presenta
en París en 1835, pero es tachado de anticuado, tiene una clara influencia de
los conciertos para piano de Hummel, así como de la música de Kalkbrenner y de
Moscheles. Tras este fracaso en París,
Chopin no volvió a preocuparse por él y la obra permaneció olvidada hasta que
Paderewski lo recuperó y la incluyó en sus programas, esto ya en el siglo XX.
Desde entonces es un concierto obligado en el repertorio de cualquier pianista.
Sobre el 3er Movimiento: “La parte pianística
requiere un notable esfuerzo técnico del solista, en una escritura preciosista
que discurre a gran velocidad y con figuraciones métricas muy irregulares”.
Jesús Bal y
Gay: “Los tiempos lentos nos muestran por primera vez al Chopin de los
nocturnos, con esas melodías largas, sostenidas, de un vocalismo pianístico que
es uno de los rasgos más personales e inimitables del autor.”
Del 2do
movimiento, Chopin escribe a Tytus: “No tiene que ser fuerte. Se trata de un
romance, tranquilo y melancólico, que debe dar la impresión de contemplar con
ternura un lugar que evoca mil recuerdos queridos. Es una especie de meditación
en un clima primaveral, y bajo la luz de la luna”
Y a ustedes ¿a qué lugar los lleva el 2do movimiento
de este hermoso Concierto?
viernes, 2 de febrero de 2018
Del Concierto No. 1 de Chopin en la Sala Nezahualcóyotl
El programa
No.2 de la primera temporada de la OFUNAM de este 2018 fue precioso, Berlioz
me encantó y Chopin me emocionó completamente.
En la plática
introductoria nos hablaron de las clases del romanticismo: heroico como la
sinfonía No.3 del Gran Beethoven, revolucionario, nocturnal como las obras de mi
amor Chopin, de aquellos artistas que volcaron su romanticismo a la naturaleza,
o a la literatura como Berlioz, cuya fuente de inspiración fueron los clásicos
de Shakespeare, movido también por el amor a una de sus esposas que fue la
actriz shakesperiana Harriet Smithson.
Como ya lo
expresé anteriormente, si bien no es la primera vez que escucho el Concierto No.1 para piano de Chopin en vivo, sí fue la primera vez que lo escucho en
la preciosa y sonora Sala Nezahualcóyotl y también la primera vez que presencio
en vivo la conducción de una Directora de Orquesta: la maestra Claire Gibault,
me gustó mucho lo que logró con la OFUNAM y con la pianista, la maestra Zlata
Chochieva. Aquí les dejo la semblanza de cada una de ellas que se incluyó en el
programa del Concierto:
El programa
fue el siguiente:
1-.
Obertura de Beatriz y Benedicto. Berlioz
2-.
Concierto para piano No.1 en mi menor op.11. Chopin
Intermedio
3-.
Selecciones de Romeo y Julieta. Berlioz
De Berlioz
puedo decir que, aunque no conozco mucho su obra lo que he escuchado de él me
ha gustado mucho, principalmente su Sinfonía Fantástica, que también escuché en
La Neza, su música románticamente armoniosa
es agradable a mi oído y a mi sentir.
En cuanto
al Concierto No.1 de mi amor Chopin mi emoción fue en ascenso desde que la
maestra Gibault tomó la batuta para iniciar su dirección. He leído acerca de
este concierto (en una entrada posterior les platico a detalle) que la
orquestación no es su fuerte y estoy de acuerdo, que gira todo alrededor y para
el esplendor del piano, también estoy de acuerdo, y yo digo que la combinación
de ambas cosas lo hacen maravilloso y
también mi favorito de entre los conciertos para piano que he escuchado. Con el
primer compás ejecutado por las cuerdas de la OFUNAM se me puso la piel de
gallina y con el primer acorde del piano de la maestra Chochieva mis ojos
derramaron un par de lágrimas de emoción, una emoción con muchos matices,
emoción de contento por estar ahí escuchando, por extrañar mi piano después de
casi 5 meses sin poder tocarlo, emoción del recuerdo que alguna vez estudié
casi completo el 1er movimiento de este concierto cuando mi maestra de piano aún
vivía para guiarme en mi intrépida ambición pianística.
La interpretación de la
OFUNAM y de la maestra Chochieva al piano fue fantástica.
Como encore, la
maestra Chochieva nos obsequió su bellísima interpretación para el estudio de
Chopin Op.25 No.9 La mariposa.
He de confesar que mientras escuchaba el
Concierto de mi amor Chopin, sin demeritar la ejecución e interpretación de la
maestra Chochieva, mi mente me dijo: si fuera Ingolf o Valentina quienes estuvieran al piano, te estarías
volviendo loca de emoción.
lunes, 8 de enero de 2018
De Fechas: Un año más -> 8 años de este espacio
![]() |
Mural en Polonia |
El sábado
pasado este espacio dedicado a Chopin, a la música, a algunos músicos, a la
corredera y a algunas cosas más cumplió 8 años.
Escribo
hasta el día de hoy porque tuve mucha tos y poco ánimo para hacer nada, pero ya
estoy recuperándome y aquí ando.
Para
celebrar este 8vo aniversario del blog, elegí platicar de la Polonesa Heroica,
que es sin duda una de las obras más conocidas de mi amor Chopin y que además
me evoca lindos recuerdos, por cierto que el último de ellos fue el escucharla
de manos del mismísimo Ingolf Wunder en Guanajuato.
Veamos pues
lo que nos dicen Justo Romero, Jesús Val y Gay y por supuesto Bernard Gavoty.
Justo Romero:
“Polonesa
en La bemol mayor Opus 53 Heroica (1842). Duración aproximada 6’45’’
La
vehemente y vibrante Polonesa para piano Opus53 compuesta y dedicada al
banquero parisiense Auguste Léo. Se trata de una de las páginas más populares y
manoseadas de la literatura pianística, cuyo impetuoso y épico carácter le han
hecho acreedora al conocido sobrenombre de “Heroica”.
Su correcta
interpretación requiere pianismo de altos vuelos, capaz tanto de sortear sus
rigorosas exigencias técnicas como de revelar el gigantesco impulso vital de
sus 181 compases.
Chopin
quería que se tocara “ni demasiado rápido ni demasiado fuerte”, algo que con
frecuencia no es tenido en cuenta por intérpretes que se quedan en la
superficie de esta pieza maestra publicada por primera vez en noviembre de 1843
en Leipzig y París.
Todo es
maestría e inspiración en esta polonesa cuya fama se corresponde plenamente con
sus métricas artísticas y pianísticas. Como escribe Paolo Petazzi se trata de
una obra en cuya grandiosa construcción 'la inventiva temática, la variedad de
intuiciones tímbricas, el uso de la armonía, las modulaciones y del ritmo
convergen en una síntesis de excepcional perfección, cuyos acentos
épico-heroicos han dado pie a numerosos comentarios'.”
Jesús Val y
Gay:
“La
Polonesa Opus 53 es la favorita de todos los públicos, cosa muy lógica: ninguna
como ella es al mismo tiempo poemática, brillante, sostenida, impetuosa,
abundante en bellas melodías y sólidamente construida.”
Bernard
Gavoty:
“La
Polonesa Heroica Op.53 en la bemol mayor, no data de 1843, como se cree comúnmente,
sino de 1836. El 12 de septiembre de ese año, Chopin, de paso por Leipzig,
ofrece a Calra Wieck una copia autografiada, con una frase 'de su admirador'. 1843 es el
año del grabado y de la dedicatoria al banquero Léo.
La leyenda
dice que, al ejecutar la Heroica en presencia de algunos amigos, Chopin se
detuvo en el episodio en octavas de la mano izquierda, como fascinado por la
evocación de los ejércitos en marcha hacia Polonia que esperaba su liberación.
Esto es dudoso. Mucho más importantes son los testimonios concordantes de
Gutman, Hiller y Liszt, según quienes Chopin, fiel a su estética -y sin duda frenado por su debilidad física-,
economizó hasta el extremo los dos crescendos de octavas, sin mayor esplendor, pero
subrayando con acento incisivo la soberbia modulación. Por supuesto el brillo
de la técnica Lisztiana otorgaría a esta pieza eminentemente porfiada un porte
grandioso, que el virtuosismo distinguido de Chopin difícilmente podía poner en
relieve.”
Desconozco
si Chopin escuchó a Liszt tocar su Polonesa Heroica, me gustaría saber su
opinión sobre esa interpretación, que seguramente debe haber sido genial,
buscaré en la correspondencia del polaco, a ver si encuentro algo al respecto.
En cuanto a Liszt, en el libro que escribió sobre Chopin después de la muerte
de este da su opinión sobre las polonesas en general:
“Sus polonesas,
que son menos buscadas de lo que merecen, a causa de las dificultades que
presenta su perfecta ejecución, llevan lo mejor de su inspiración. No recuerdan
en nada las polonesas afectadas y recompuestas a lo Pompadour, tal como las han
propagado las orquestas en los bailes, los virtuosos en los conciertos y el
repertorio rebajado y en enfadosos salones”.
Encontré
este video en el facebook del pianista y crítico musical Lázaro Azar, en el que
podemos escuchar parte de la interpretación del querido y admirado Ingolf en Guanajuato,
en el minuto 5:11 empieza la Polonesa Heroica ¡Disfruten!
Aquí mi Aurore diciendo con muchas florecitas: ¡Feliz
Cumple Blog!
jueves, 19 de octubre de 2017
De Chopin: Sobre el supuesto 3er daguerrotipo
A principios de este año hice una entrada sobre el hallazgo de un tercer daguerrotipo de mi amor Chopin: Un tercer daguerrotipo
Hoy revisando el facebook del Instituto Fryderyk Chopin (fb Instituto Fryderyk Chopin) me encontré con la siguiente aclaración y quise compartirla en este espacio, con la finalidad de dar continuidad a la noticia de enero:
"Comunicado sobre la identificación de un
supuesto tercer daguerrotipo que representa a Fryderyk Chopin.
En enero de 2017, el Sr. Alain Koehler y
el Sr. Gilles Bencimon anunciaron el descubrimiento de una imagen desconocida
de Fryderyk Chopin, que se presentó como un supuesto daguerrotipo representando
al compositor. La discusión llevada a cabo en ese momento no tuvo a una
solución a la cuestión de si estamos tratando con una tercera imagen ejecutada
en una técnica de daguerrotipo o si el retrato es una reproducción fotográfica
de una pintura o grabado en madera.
En el curso de los estudios encargados
por el Instituto Fryderyk Chopin, la Sra. Małgorzata Grąbczewska, historiadora
del arte especializada en fotografía del siglo XIX, autora de un artículo sobre
la historia y la datación de un retrato daguerrotipo de Chopin ejecutado por el
taller Bisson, estableció que la imagen del compositor en discusión no es un
daguerrotipo, sino una reproducción de un fragmento de una pintura pintada por
Ludomir Sleńdziński (1951?).
En el castillo de Ostrogski, en una
exposición dedicada a Jerzy Żurawlew (la llamada Oficina de Jerzy Żurawlew), se
presentó una reproducción de esta pintura, una copia fotográfica de ella fue la que se
anunció como un tercer daguerrotipo retratando a Chopin. La pintura en
su conjunto muestra a Chopin al piano con una vista de casi toda su figura. En
el fondo, el artista presentó un fragmento del presunto mobiliario del
apartamento del compositor con gran precisión. La pintura de Sleńdziński es
propiedad de la Sociedad de Amigos de Bellas Artes en Cracovia."
![]() |
Fot. Przemysław Witek / Towarzystwo Przyjaciół Sztuk Pięknych w Krakowie. |
martes, 17 de octubre de 2017
De Chopin: A 168 años de su muerte
Un día como hoy de hace ya muchos años Chopin dejó de respirar, pero nunca de existir.
Para recordarlo les propongo escuchar sus estudios en la interpretación de mi querida Val
miércoles, 19 de julio de 2017
De Chopin y Liszt: Algunos memes
El día de
ayer Amigos de la OFUNAM publicó en su facebook (@PatronatoyAmigosDeLaOfuman)
este meme y me divirtió mucho:
Tras
compartirlo en mi propio facebook, pensé en buscar algunos de mis amores:
Chopin y Liszt y he aquí lo que me encontré:
Este trío de clásicos, debo decir que tengo la fortuna de tener una bolsa como la de la imagen, me la trajeron de Londres y es un recuerdo lindo de una persona a quien estimaré por siempre.
El siguiente de mensajería es muy bueno:
Un par de Liszt:
Y esta otra imagen del húngaro, que no es meme, pero no me pude resistir a incluirla, porque se le mira muy guapo:
Este de ambos y que es un recordatorio que me lo tomaré personal, ya que no debe importar lo ocupados y entretenidos que sean mis días, debo encontrar en al menos un par de ellos a la semana, el tiempo para sentarme al piano y practicar.
Este es el último y mi favorito:
lunes, 17 de julio de 2017
De Chopin: Sus retratos
Estaba
hojeando la Revista Pauta dedicada a Chopin, en busca de algo que pudiera
compartirles, y me encontré la explicación de un par de retratos de mi amor
Chopin, hechas por Alfred Cortot. Me permitiré agregar otros dos retratos muy
famosos del músico polaco y que son mis favoritos:
Data de
1836 y fue pintado por la mismísima María Wodzinska, en la época en la que era
novia de Chopin, ya sabemos que ese noviazgo no se concretó, debido a que los
padres de María se opusieron por la débil salud de Federico. Este retrato se
encuentra en el Museo Nacional de Varsovia.

Sin embargo, como sucedió con
su relación, las pinturas permanecieron separadas, poco después de la muerte
del pintor, el cuadro fue partido en dos: Una, la del músico (mostrándose sin el piano), se expone actualmente en Paris, en el museo del
Louvre; y la de la escritora se encuentra en Dinamarca, en el Museo
Ordrupgard de Copenhague.
Ahora sí
voy con lo que encontré en la Revista Pauta:
Demacrado, con más melancolía
que dolor, el conmovedor rostro aparece marcado por los estigmas de la
enfermedad que no perdona. La boca y en mentón siguen siendo los de un
adolescente, salvo que los labios están exangües y la línea del óvalo embebida
de inquietante fragilidad.
Sólo una trémula nariz
borbónica –objeto de sus constantes bromas y que en otros podrá calificarse de
sensual- opone a esos amenazadores índices de consunción interior el extraño
ardor de su vitalidad.
Está aquí tal y como su
mensaje sonoro nos invita a imaginarlo y maravillosamente próximo a la ternura
compasiva que nos inspira su breve y dolorosa existencia, dividida entre una
irresistible necesidad de confianza y un instintivo terror a la decepción.”
Es importante mencionar que
este retrato claramente fue atribuido durante mucho tiempo a Luigi Rubio, hoy
se sabe que en realidad fue pintado por Teofil Kwiatkowski en 1843.
“Alfred Cortot sobre la
fotografía.
Embebido de cierta gravedad,
el ancho rostro de salientes fuertemente acusados despierta una especie de
concentración amarga y casi de rechazo instintivo a dejarse captar así por un
medio extraño a los fenómenos del espíritu y de la sensibilidad.
Una fatiga extrema a sus
rasgos contraídos se lee con evidencia. Una fatiga que lo mismo podría ser la
señal involuntaria de una defensa interior. La mirada firmemente tensa y casi
malintencionada, los labios nerviosamente crispados, todo prueba falta de
abandono y espontaneidad.
La placa sensible solo ha
retenido del ser una apariencia transitoria y propiamente exterior a su verdad
profunda. Sólo ha captado un rostro del que estaba ausente el alma, una
envoltura corporal en la que, por un momento, no habitaba su espíritu.”
La fotografía fue tomada por
Louis-Auguste Bisson en 1849, mismo año en el que Chopin muere.
Y bueno muy personalmente
puedo decir que el retrato que pintó María me gusta mucho, porque se mira un
Chopin guapo y contento, el de Delacroix me fascina, por ser una imagen
sumamente romántica; mientras que el de Teofil Kwiatkowski no me gusta mucho, y
el daguerrotipo, vaya pues me encanta que Chopin se haya animado a hacérselo,
pues el daguerrotipo es el antecedente de la fotografía que es otra de las
cosas que más me gustan y disfruto, pero sí, se le ve atormentado, no muy a
gusto en esa imagen, recordemos que fue hecho en el mismo año de su muerte,
cuando su salud estaba ya muy minada y supongo que eran pocos los momentos en
los que no se sentía mal.
Y esta frase de Cortot se va para mi colección:
"una irresistible necesidad de confianza y un instintivo terror a la decepción"
viernes, 9 de junio de 2017
De Chopin: Sus flores favoritas
He leído tanto en la red como en algunos libros que los colores favoritos de mi amor Chopin eran el blanco y el lila, por lo que no me ha extrañado saber que sus flores favoritas fueron las violetas, aunque realmente no hay ninguna relación en particular.
Al respecto un pequeño texto en el que Chopin se encuentra preparando su regreso de Londres a París en noviembre de 1848 y le hace una petición a su amigo Grzymala con respecto a que le compre violetas:
Al respecto un pequeño texto en el que Chopin se encuentra preparando su regreso de Londres a París en noviembre de 1848 y le hace una petición a su amigo Grzymala con respecto a que le compre violetas:
"... pide un ramo de violetas para que el corredor tenga su fragancia - déjame tener algo de poesía en casa"
El día de ayer que tuve vacación, fui a correr a los Viveros de Coyoacán, y al terminar di un paseo por los viveros de flores y me encantó; a mi paso encontré unas violetas muy bellas, cuyo centro es blanco y lo demás morado-lila, así que sin pensarlo mucho compré la macetita. Aunque había muchas otras flores muy lindas todas ellas, elegí las favoritas de mi amor Chopin y les he puesto el nombre de Aurore como se llamaba el amor de Chopin.
Debo decir que aunque casi siempre he estado rodeada de flores, nunca he cuidado de alguna, espero que le guste el lugar que le destine en el escritorio de mi recámara y así tendré algo de poesía cerca de mi.
Aquí otras bellezas que pude admirar en mi paseo por los viveros.
Aquí otras bellezas que pude admirar en mi paseo por los viveros.
miércoles, 31 de mayo de 2017
De: Una pregunta
sábado, 25 de marzo de 2017
De Lectura: Libro Al Servicio de la Música

Antes de compartirles el texto dedicado a Chopin, también quiero incluir en esta entrada un párrafo de Don Eusebio que se lee en sus Palabras introductorias de su libro:
"el artista dedicado a la música no puede dejar de lado su cometido de conmover. Que en igual medida habría de distinguir a quien se dedica a las letras".
Ahora sí el cuento ¡Disfruten!:
El ángel
guardián
Para Carlos
Vázquez
En el lecho
de muerte, apoyada su espalda en un almohadón de plumas, con el rostro aún más
pálido que el de un cadáver, los ojos inyectados de una bruma que sólo era
capaz de traspasar un inusitado brillo, como si del fondo de sí mismo se
atisbara un rayo de luz, Frederick Chopin se enjugó un hilillo de sangre que le
resbalaba por la comisura luego de la última hemorragia, la segunda de esa
mañana, y que le habría impedido hablar con claridad. Porque siempre le había
molestado que no se hablara con la prosodia adecuada como si hablar mal fuera
un vicio; alguna vez le confesó al amor de su vida: George Sand -novelista que ciertamente tenía por las
palabras una preocupación que iba mucho más allá de lo esperado-, que atropellarse
al hablar era una de las muchas formas de vulgaridad. Y nadie tan enemigo de lo
prosaico como él mismo, para quien el espíritu de fineza vuelto música era como
su piedra de toque al momento de componer.
-Hoy es
cumpleaños de mi hermano- le dijo su viejo amigo, el sacerdote Alexander
Jelowicki-, y quiero que me des algo para él.
-Ya di todo
lo que podía dar- respondió Chopin, haciendo un esfuerzo por no toser y por
pronunciar cada palabra con todas sus letras, de tal modo que su interlocutor
entendiera perfectamente lo que estaba diciendo-, hasta mi corazón lo tengo
dado.
En efecto,
acaso un par de horas antes, abrumado por una hemorragia que se presentó en
modo de ráfaga y que lo había dejado exhausto., Frederick había pedido pluma y
papel -justo la pluma que habitualmente tenía a la mano, por si sobrevenía
alguna idea que fuera preciso apuntar-, y había escrito: “Como esta tos acabará
ahogándome, los convoco a que abran mi cuerpo para que no me entierren vivo y
que mi corazón sea extraído y llevado a Varsovia”. Puso este mensaje en la mano
de la condesa Delfina Potocka, quien había acudido desde Niza para despedirse
del hombre Chopin -y a quien él había dicho: “Por eso Dios tardaba tanto tiempo
en llamarme ante su presencia. Quería, por último, proporcionarme el placer de
volverte a ver. No podría aspirar a más”.
-Hay algo
que puedes darme… -insistió el padre Jelowicki. Amigos desde la juventud, los
dos llevaban muy en alto la sangre del pueblo polaco. Cada uno desde su
trinchera, no perdían oportunidad de evocar la gloria de esa gran nación, así
como la opresión de que era pasto. En el caso de Chopin, su padre se había
encargado de mantener encendida en su hijo la llama del patriotismo. Y de ahí
en adelante cada vez que los dos amigos se reunían, hablaban de su patria con
ardor y entusiasmo. Eso los mantenía unidos aún más que las aventuras que
habían vivido de adolescentes.
-No hay
nada más que pueda dar a los hombres. He vaciado en mi música todo lo que
estaba en mi mano. En esta mano.
Entonces,
haciendo acopio de una fuerza inusitada -que provocó la admiración del padre
Jelowicki-, levanto su mano hasta que la articulación entre brazo y antebrazo
quedó a la atura de sus ojos. Con esa mano había escrito toda su música. Con
esa mano había descubierto una veta musical y revolucionado el arte del
teclado.
-Puedes
darme tu alma.
-Es decir,
¿entregar mi alma a Dios?
-Así es.
-Siempre
quedará algo por darse -dijo Chopin mientras contemplaba con tristeza infinita
sus manos-. Uno pensaría que al momento de morir por fin se acabaron las
cuentas pendientes. Pero no es así.
Aunque después del alma, ya no hay nada que dar.
-Pues
procedamos.
En tanto el
padre Jelowicki preparaba sus objetos sagrados para aplicar la extremaunción,
el pianista y compositor cerró los ojos. Se vio de niño, corriendo en un claro del
bosque. Sus padres lo observaban de lejos, ella tomada del brazo de él. Había
nevado, y de pronto, en aquella superficie tan blanca que hería la vista,
distinguió el movimiento casi imperceptible de un pajarillo que inútilmente se
esforzaba por levantar el vuelo. Se acercó, lo cargó y lo puso junto a su
corazón para darle calor. Cuánto ímpetu, cuánta voluntad por vivir había en ese
pequeño e insignificante ser. Cada
partícula de su cuerpo luchaba por ese aliento de supervivencia que impele a
los seres vivos. Con sus manos enguantadas, el niño lo frotaba, o bien lo
aproximaba a su boca y trataba de calentarlo con oleadas de vaho tibio y
vibrante de vida. De repente, en un instante que juzgó él prodigioso, el pajarillo
se armó de valor, desplegó las alas y emprendió el vuelo.
Pero vio
más.
Se vio en
un carruaje, al lado de su querido y admirado Felix Mendelssohn Bartholdy, en
un viaje entre París y Lyon. Caía una lluvia torrencial, y los dos amigos
compartían una buena tanda de vino Rotschild, que Mendelssohn se había encargado
de adquirir por una cantidad estratosférica -no había poder humano que lo
hiciera desistir cuando se proponía cumplir algún capricho, y más aún si iba de
la mano del placer-, y cuyas botellas destapaba con un sacacorchos de mango de
marfil adornado con una esmeralda, “que alguna vez estuvo entre las piernas de
una mujer”, comentaría Felix Mendelssohn en uno de los arranques provocadores
que tan bien definían su personalidad. Los guiaba en este viaje un cometido
singular, para el cual se habían preparado a conciencia: asistir a un concierto
que daría Franz Liszt, y en el cual tocaría las últimas sonatas de Beethoven, hazaña
que nadie se atrevía a llevar a cabo por considerarse esas obras extremadamente
difíciles y áridas, tan incomprensibles para la mayoría. Se vio, pues,
sorbiendo aquel vino hasta la embriaguez. Pero entonces sucedió un acontecimiento
inesperado: se rompió el eje trasero del carruaje lo que detuvo violentamente el
vehículo y obligó a los pasajeros a apearse. Cubiertas sus espaldas con una
capa impermeable, de pronto Mendelssohn y Chopin se encontraron cara a cara
bajo aquella tormenta; y ahí, en ese momento y en ese lugar, con el agua que
resbalaba por sus ojos, Chopin tuvo una revelación que no lo abandonaría jamás:
distinguió en el rostro perlado de Mendelssohn el aura inconfundible de la
muerte. Apenas un año mayor Mendelssohn -y a la inversa de Chopin, dueño de una
salud portentosa-, sin embargo vio cruzar una sombra siniestra en esos rasgos finos y delicados de su amigo alemán; en
efecto, moría al poco tiempo, antes que Frederick. Por las gotas de lluvia que
resbalaban en su cara, Mendelssohn no distinguió las lágrimas de su amigo.
Cuando el
padre Jelowicjki terminó el sacramento, una sensación de pesadez cayó como un
manto negro en todos los que se encontraban en la habitación. Nadie se atrevía
a mover un músculo. Chopin volvió en sí -aquellas evocaciones lo habían turbado
sobremanera-, y le dijo a su amigo el sacerdote: “Gracias. Garcias a ti no
moriré como una bestia”.
Enseguida pidió escuchar un poco de música. La
música, ése su ángel guardián.
En cuanto esta gripe inmunda me abandone (y por ende la medicina que me tiene medio dopada y soñolienta) prometo reanudar la vida de George Sand para alcanzar el punto que llevo de la biografía de Chopin y así continuar conociendo más de mi músico favorito.
miércoles, 1 de marzo de 2017
De Chopin: ¡Feliz Cumpleaños!
Hoy es el
cumpleaños número 207 de Federico Chopin, mi músico favorito, a quien está
dedicado este blog, a quien adoro.
A manera de
celebración voy a transcribir un pequeño texto que leí en la revista Pauta
dedicada al cumpleañero, es una cita de André Boucourechliev de un escrito o declaración
(eso no lo tengo claro) de George Sand sobre Chopin y sus momentos de
composición:
"Su creación
era espontánea, milagrosa. Chopin la encontraba sin buscarla, sin
premeditación. La música llegaba repentinamente a su piano, completa, sublime.
Sonaba en su mente mientras él paseaba y luego se empeñaba en escucharla de
nuevo mientras la hacía descender al instrumento. Pero en ese instante
comenzaba una de las labores más desconsoladoras a la que yo haya jamás
asistido. Se trataba de una serie de esfuerzos, de irresoluciones y de
impaciencias por encontrar ciertos detalles del tema que él había escuchado con
anterioridad: así, aquello que había concebido de un solo golpe era analizado
en exceso en el intento de plasmarlo sobre el papel. El pesar de no
reencontrarlo plenamente, según él, lo sumía en una especie de desesperación.
Se encerraba en su cuarto durante días enteros, llorando, caminando de un lado
a otro, rompiendo en pedazos sus plumas, repitiendo y cambiando cien veces el
mismo compás que escribía y borraba y volvía a escribir. Al día siguiente
recomenzaba con una perseverancia minuciosa y desesperada. Pasaba seis semanas
trabajando en la misma página para volver a escribirla tal y como la había
trazado en su primer chispazo."
Y no es un pastel lo que está en ese platito, es un bombón de frambuesa cubierto de chocolate oscuro en forma de corazón, una delicia digna para celebrar a Chopin.
¡Felices 207! y a festejar escuchando su música.
¡Felices 207! y a festejar escuchando su música.
martes, 28 de febrero de 2017
De una noticia triste: Falleció la Maestra Eva María Zuk
Ayer por la noche me enteré de la triste noticia de que ya no podré presenciar ni un concierto más de la Maestra Eva María Zuk. Tuve la suerte de asistir a algunos y aunque para mi gusto fueron muy poquitos, también han sido experiencias inolvidables.
Fue una gran intérprete de mi amor Chopin, le agradezco profundamente todo lo que aprendí de su conferencia en la Fonoteca Nacional acerca de la influencia de Chopin en los músicos mexicamos.
Y aunque su repertorio era muy amplio me atrevo a creer que el querido músico polaco era uno de sus consentidos.
Nunca olvidaré la emoción que me embargó al escuchar el encore que nos regaló, después de que le pedimos la Polonesa Heroica en el Magno Concierto de Homenaje a los 200 años de Chopin, allá en el querido 2010 y con una sonrisa nos contesto: “El pueblo mexicano se merece la Heroica”
¡Gracias a la Maestra Zuk por todo su arte y el sentimiento que nos obsequiaba en cada interpretación!
El Piano está triste y creo que ayer Chopin murió un poco también.
Por aquí algunas fotos que tuve la oportunidad de tomarle, no muy buenas, pero que ya son para mí recuerdos hermosos de momentos inolvidables.
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En el concierto homenaje a los 200 años de Chopin y En un Concierto en Coyoacán |
![]() |
Concierto conmemorativo del aniversario 219 de la Constitución Polaca del 3 de Mayo |
![]() |
Conferencia: El papel innovador de Chopin en la música mexicana |
Entradas dedicadas a la Maestra Zuk y a Chopin:
Invitación al Concierto Homenaje de los 200 años de ChopinMagno Concierto de Eva María Zuk homenajeando a Federico Chopin
Concierto en Coyoacán
Concierto In Memoriam
El papel innovador de Chopin en la música mexicana
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