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jueves, 7 de enero de 2021

De un libro sobre Beethoven

Recién terminé de leer el libro Pensemos en Beethoven de Eusebio Ruvalcaba, y me gustó mucho, en él encontramos citas y reflexiones del autor sobre el gran músico alemán, de quien recientemente celebramos su cumpleaños número 250.

Les comparto citas de esa maravillosa lectura.

“En Viena, un hombre sordo, un hombre melancólico, solitario, enamorado, soñador… (José Hierro)”

La dedicatoria: “A la memoria de mis padres, que me enseñaron a amar a Beethoven”. Recordemos que Eusebio Ruvalcaba fue hijo el violinista don Higinio Ruvalcaba y la pianista Carmela Castillo de Ruvalcaba.

Sonata Hammerklavier:

“La Hammerklavier, exige todo de quien la escucha; y exige todo porque da todo.

… ’No puede ser otro que Beethoven’, se dice el que escucha esta sonata desde sus notas iniciales. Porque hay ahí un coraje inveterado, una pasión arraigada y poderosa. La Hammerklavier se va desatando ante nuestros oídos, como si nos guiara a través del laberinto de la música. Al mismo tiempo nos va indicando el camino hacia el enriquecimiento del espíritu, y la forma de no perdernos, de pisar con firmeza, de compartir con alegría los frutos de la música.”



Carta de John Lennon a Beethoven:

“Su música ha contribuido como ninguna otra a hacer menos trágico el tramo de vida del ser humano en este planeta llamado destrucción.” (Y eso que a Lennon no le tocó vivir estos tiempos de pandemia).

... En mi colección de discos está la música completa de usted. A mí me ha servido de inspiración y ancla. De aprendizaje. De lección de vida y de conocimiento de todos los recursos habidos en el arte de la composición.

… Usted, respetabilísimo señor Beethoven, es un romántico. Y su Quinta Sinfonía es una catedral donde es posible sentir el romanticismo en carne propia.

… Aunque yo prefiero la Séptima. Quien no lo sabe, es la diosa del ritmo. Una sinfonía que equivale a un huracán. Es una sinfonía de contrastes – contrastes que usted, maestro Beethoven, reconstruyó en el alma del oyente. Le confieso que lo que yo escucho son los ritmos del corazón.

Diccionario Beethoveniano:

“Abuelo: El único retrato que el compositor conservó a su lado toda la vida, fue el retrato de su abuelo.”

Trilogía:

“’La música es superior a toda filosofía’, solía decir al que se aproximara. Y era cierto. Porque si de algo sirve la filosofía al hombre es para sembrar de inquietudes su espíritu. Lo cual está bien. Y para Beethoven, ese era el principio del pensamiento. Apenas el principio. Pero el final – o mejor aún, el trayecto – estaba en el devenir de ese camino. Hasta toparse con la música. Cuando se habían disipado las brumas, sobrevenía la cascada sonora. Entonces un consuelo se apropiaría del alma de ese hombre y estaría preparado para vivir y morir a plenitud.”

Beethoven Viejo:

“La amistad para él, era tan valiosa como el honor y como la libertad. Aunque el ejercicio de la bondad, también gozaba de un valor muy alto en su cuadro de virtudes.

... ‘en cuanto a la crítica no sé qué daño le puede causar un piquete de mosco a un caballo de carreras’.”

Aforismos:

“Cuando tiembla, Beethoven está de buen humor.”

El Testamento de Heiligenstadt:

“’… la dolorosa experiencia de no oír. Para mí no puede haber goce en las relaciones humanas, ni conversaciones inteligentes, ni intercambios de pensamientos. Estoy obligado a vivir en el destierro más absoluto. Todo esto me llevó al borde de la desesperación y poco me faltó para quitarme la vida. Sólo el amor al Arte lo evitó’.”

Carta de Ignaz Schuppanzigh a Beethoven:

“Habías sembrado en los pobres mortales que te rodeábamos, la duda: ¿de veras padecías la terrible enfermedad de la sordera? Nadie lo creía. ¿Cómo era posible entonces que compusieras música?

… Ahora tú ya no estás. Pero esa música la dejaste como una vereda que conduce al cielo.”

Sinfonía Coral:

“… la música de Beethoven en lo general, y la Sinfonía Coral en lo particular siguen ejerciendo una suerte de arrobamiento espiritual en el público varón, y melancólico, me atrevería a decir, en las mujeres; algo tiene este genio, algo tiene esta obra, que hechiza por completo a quien se encuentre a 10 mil kilómetros a la redonda. Y luego de 500 años.”

Beethoven Conquistador:

“No escuchaba el trueno, pero veía aquel zigzag eléctrico, que iluminaba la pronta noche, tal como su música iluminaba los corazones desolados.”

Concierto Emperador:

“… se dice que mientras lo componía los cañones de Napoleón bombardeaban Viena; que mientras le daba los últimos toques, el emperador de las armas francesas entraba triunfalmente a la ciudad envilecida.

… Lo que sea, primero hay que aclarar que el título de Emperador no alude a Napoleón sino al carácter heroico de la obra; en todo caso, bien podría intitularse este concierto Antiemperador y no Emperador si pensamos en la decepción que el general Bonaparte había causado, mucho tiempo atrás en Beethoven.

... ‘¡Lástima que yo no sepa tanta estrategia como música, para poder derrotarlo!’.”

Beethoven en el Reclusorio Norte:

“Todos los viernes doy clase en el Reclusorio Norte.

… ¿Si sabes que era sordo? Cada obra que el componía era un combate con todo en contra. Por eso cada vez que lo escuchamos nos sentimos renacer. Él sabía que estaba componiendo para la humanidad. Para darle un sostén a las generaciones de hombres que lo sucedieran. Su ejemplo es inagotable. Es una fuente de vigor. Un surtidor de energía. Más allá de lo que puede proporcionar cualquier otro remedio.

… Después de esa música estamos listos para enfrentar la adversidad. Que Beethoven recorra tu sistema nervioso.

… dejó una montaña de belleza: su música. Que si la oímos, aún sea en nuestra imaginación, nos permite remontar la jornada.”

Un Guerrero en el Horizonte:

“Beethoven tuvo una compañera que jamás lo abandonó: la bendita soledad. Arropado en las alas de la soledad, le dio forma a su obra y a su vida. Sólo en la interlocución de la soledad, encontró alivio a su tormenta interior.”


Y hasta aquí. Es una lectura que no tiene desperdicio, un libro editado por Ediciones Monte Carmelo, recuerdo haberlo comprado en Coyoacán en el Centro Cultural Elena Garro.

viernes, 5 de mayo de 2017

De lectura de corredera: Correr en Femenino

Terminé de leer el libro “Correr en Femenino” escrito por Alexandra Heminsley, quien es, según leo al final del libro, periodista, locutora y negro literario (por cierto que esta expresión no la conocía y me entero que se refiere a  la persona que hace trabajos anónimamente en provecho y lucimiento de otro, que pone la firma).

El libro se anuncia como motivador para corredoras, que inician, que ya tienen experiencia y también para las que aún no se animan a entrarle a este deporte que es maravilloso. Y sí cumple con experiencias motivadoras y de las cuales se puede aprender, aunque la verdad me pareció un poco tedioso, ya que todas las anécdotas empezaban con un pero, salvo la del primer maratón de Londres que corrió, y que es el capítulo que más me gustó. En consecuencia, no es un libro favorito, pero tiene algunas perlas que vale la pena tener presentes.

Comparto con la escritora esa opinión de que correr es, aparte de ser una magnífica forma de ejercitar nuestro cuerpo, “es un honor, un privilegio y un regalo. Correr es una fuente de placer inconmensurable, de confianza en uno mismo y de compañerismo inesperado, correr nos aporta bienestar físico y claridad mental”. 

Les platico que en los últimos tres meses he pensado mucho en eso de que correr es también un privilegio, porque he estado lesionada y ha sido un privilegio del que no he gozado, me ha costado mucho (hasta la lagrima) el tener que estar sin poder correr, pero también he aprendido que debo ser disciplinada en cuanto a las indicaciones médicas, ser paciente y dejar que mi cuerpo descanse y se recupere el tiempo que necesite, todo esto en conjunto para poder tener un feliz retorno a esto de la corredera, porque eso sí, aunque en algún momento de pesimismo llegué a pensar que no correría más, no era algo a lo que estaba ni estoy dispuesta a resignarme, simplemente porque correr me hace feliz. Y mientras me vuelvo a calzar unos tenis para correr, mi piano el amor mío, ha sido mi gran consuelo, así como mi familia y mis amigos con sus porras y abracitos. 

Y volviendo al libro, precisamente sobre una lesión que la escritora sufrió estas frases: 

“Pero no era el dolor ni los tediosos ejercicios lo peor de esta experiencia, sino no poder correr.” 

“… pude observar el papel de mi mente en la recuperación, porque en el caso de las lesiones por correr suele pasar que no sabes hasta qué punto estás recuperada hasta que haces una carrera larga. Has de estar preparada para fracasar, pero no has de alimentar esa pequeña posibilidad”

Y también nos  dice: “¿Por qué hemos de ir hechas una facha cuando nos estamos esforzando? No creo que debamos ir así” Y es que no hay como verse linda a la hora de ir a correr, porque nunca nunca se debe perder el glamour jajajaja.

También recuerda a su padre, que en su juventud corrió 19 maratones: “… su silenciosa aceptación de que correr puede ser duro, pero que también merece la pena”

Nos platica de sus desventuras al ir por primera vez a una tienda especializada en running para escoger unos tenis, y de cómo lo superó y ahora se siente como pez en el agua, bueno hasta una serie de consejos lista al respecto.

De su primer maratón, el de Londres, en el que muy al principio se cayó y tuvo la fortaleza, de como le gritó en un calle su mamá Seguir y Sonreír al dolor: 

“La línea de meta parecía que venía hacia mí mientras cada parte mi cuerpo se debatía entre el esfuerzo final y el alivio intenso de estar a punto de cruzarla”

Del maratón de mujeres de Nike en San Francisco: 

“Eran mujeres intentando dar lo mejor de sí mismas. Se inspiraban entre ellas. Corríamos juntas.”

Sobre la música: “Iba recibiendo pequeños impulsos extra de vida con mi música, la intensidad de cada emoción que despertaba aceleraba el bombeo de mi sangre”

Y ahora mis frases favoritas:

“A veces lo único que se puede hacer es seguir adelante y esperar que las emociones pasen”

“No siempre es el tiempo lo que importa sino la experiencia, lo que sientes cuando estás ahí”

“Con las piernas fuertes y el corazón bombeando”

sábado, 25 de marzo de 2017

De Lectura: Libro Al Servicio de la Música

Recientemente terminé de leer "Al Servicio de la Música", libro de Eusebio Ruvalcaba, quien tristemente falleció hace muy poco. Estuve investigando sobre su bibliografía, ya que los artículos de su autoría que he leído me han gustado mucho; encontré un libro de cuentos sobre música y músicos y bueno lo pude conseguir en formato no electrónico (no me gustan para nada los libros electrónicos, aunque hay veces que no queda de otra para poder llevar a cabo una lectura interesante). El libro me ha gustado mucho son cuentos muy pequeños en total 29, que están divididos entre los que están dedicados a figuras históricas de la música  y otros cuyos protagonistas viven por y para la música, me atrevería a pensar que algunos son más bien anécdotas, leí sobre Beethoven, Schumann, Mozart, Bach y por supuesto uno dedicado a mi amor Chopin.

Antes de compartirles el texto dedicado a Chopin, también quiero incluir en esta entrada un párrafo de Don Eusebio que se lee en sus Palabras introductorias de su libro: 
"el artista dedicado a la música no puede dejar de lado su cometido de conmover. Que en igual medida habría de distinguir a quien se dedica a las letras".

Ahora sí el cuento ¡Disfruten!:

El ángel guardián
Para Carlos Vázquez

En el lecho de muerte, apoyada su espalda en un almohadón de plumas, con el rostro aún más pálido que el de un cadáver, los ojos inyectados de una bruma que sólo era capaz de traspasar un inusitado brillo, como si del fondo de sí mismo se atisbara un rayo de luz, Frederick Chopin se enjugó un hilillo de sangre que le resbalaba por la comisura luego de la última hemorragia, la segunda de esa mañana, y que le habría impedido hablar con claridad. Porque siempre le había molestado que no se hablara con la prosodia adecuada como si hablar mal fuera un vicio; alguna vez le confesó al amor de su vida: George Sand  -novelista que ciertamente tenía por las palabras una preocupación que iba mucho más allá de lo esperado-, que atropellarse al hablar era una de las muchas formas de vulgaridad. Y nadie tan enemigo de lo prosaico como él mismo, para quien el espíritu de fineza vuelto música era como su piedra de toque al momento de componer.

-Hoy es cumpleaños de mi hermano- le dijo su viejo amigo, el sacerdote Alexander Jelowicki-, y quiero que me des algo para él.

-Ya di todo lo que podía dar- respondió Chopin, haciendo un esfuerzo por no toser y por pronunciar cada palabra con todas sus letras, de tal modo que su interlocutor entendiera perfectamente lo que estaba diciendo-, hasta mi corazón lo tengo dado.

En efecto, acaso un par de horas antes, abrumado por una hemorragia que se presentó en modo de ráfaga y que lo había dejado exhausto., Frederick había pedido pluma y papel -justo la pluma que habitualmente tenía a la mano, por si sobrevenía alguna idea que fuera preciso apuntar-, y había escrito: “Como esta tos acabará ahogándome, los convoco a que abran mi cuerpo para que no me entierren vivo y que mi corazón sea extraído y llevado a Varsovia”. Puso este mensaje en la mano de la condesa Delfina Potocka, quien había acudido desde Niza para despedirse del hombre Chopin -y a quien él había dicho: “Por eso Dios tardaba tanto tiempo en llamarme ante su presencia. Quería, por último, proporcionarme el placer de volverte a ver. No podría aspirar a más”.

-Hay algo que puedes darme… -insistió el padre Jelowicki. Amigos desde la juventud, los dos llevaban muy en alto la sangre del pueblo polaco. Cada uno desde su trinchera, no perdían oportunidad de evocar la gloria de esa gran nación, así como la opresión de que era pasto. En el caso de Chopin, su padre se había encargado de mantener encendida en su hijo la llama del patriotismo. Y de ahí en adelante cada vez que los dos amigos se reunían, hablaban de su patria con ardor y entusiasmo. Eso los mantenía unidos aún más que las aventuras que habían vivido de adolescentes.

-No hay nada más que pueda dar a los hombres. He vaciado en mi música todo lo que estaba en mi mano. En esta mano.

Entonces, haciendo acopio de una fuerza inusitada -que provocó la admiración del padre Jelowicki-, levanto su mano hasta que la articulación entre brazo y antebrazo quedó a la atura de sus ojos. Con esa mano había escrito toda su música. Con esa mano había descubierto una veta musical y revolucionado el arte del teclado.

-Puedes darme tu alma.

-Es decir, ¿entregar mi alma a Dios?

-Así es.

-Siempre quedará algo por darse -dijo Chopin mientras contemplaba con tristeza infinita sus manos-. Uno pensaría que al momento de morir por fin se acabaron las cuentas pendientes. Pero  no es así. Aunque después del alma, ya no hay nada que dar.

-Pues procedamos.

En tanto el padre Jelowicki preparaba sus objetos sagrados para aplicar la extremaunción, el pianista y compositor cerró los ojos.  Se vio de niño, corriendo en un claro del bosque. Sus padres lo observaban de lejos, ella tomada del brazo de él. Había nevado, y de pronto, en aquella superficie tan blanca que hería la vista, distinguió el movimiento casi imperceptible de un pajarillo que inútilmente se esforzaba por levantar el vuelo. Se acercó, lo cargó y lo puso junto a su corazón para darle calor. Cuánto ímpetu, cuánta voluntad por vivir había en ese pequeño e insignificante ser.  Cada partícula de su cuerpo luchaba por ese aliento de supervivencia que impele a los seres vivos. Con sus manos enguantadas, el niño lo frotaba, o bien lo aproximaba a su boca y trataba de calentarlo con oleadas de vaho tibio y vibrante de vida. De repente, en un instante que juzgó él prodigioso, el pajarillo se armó de valor, desplegó las alas y emprendió el vuelo.

Pero vio más.

Se vio en un carruaje, al lado de su querido y admirado Felix Mendelssohn Bartholdy, en un viaje entre París y Lyon. Caía una lluvia torrencial, y los dos amigos compartían una buena tanda de vino Rotschild, que Mendelssohn se había encargado de adquirir por una cantidad estratosférica -no había poder humano que lo hiciera desistir cuando se proponía cumplir algún capricho, y más aún si iba de la mano del placer-, y cuyas botellas destapaba con un sacacorchos de mango de marfil adornado con una esmeralda, “que alguna vez estuvo entre las piernas de una mujer”, comentaría Felix Mendelssohn en uno de los arranques provocadores que tan bien definían su personalidad. Los guiaba en este viaje un cometido singular, para el cual se habían preparado a conciencia: asistir a un concierto que daría Franz Liszt, y en el cual tocaría las últimas sonatas de Beethoven, hazaña que nadie se atrevía a llevar a cabo por considerarse esas obras extremadamente difíciles y áridas, tan incomprensibles para la mayoría. Se vio, pues, sorbiendo aquel vino hasta la embriaguez. Pero entonces sucedió un acontecimiento inesperado: se rompió el eje trasero del carruaje lo que detuvo violentamente el vehículo y obligó a los pasajeros a apearse. Cubiertas sus espaldas con una capa impermeable, de pronto Mendelssohn y Chopin se encontraron cara a cara bajo aquella tormenta; y ahí, en ese momento y en ese lugar, con el agua que resbalaba por sus ojos, Chopin tuvo una revelación que no lo abandonaría jamás: distinguió en el rostro perlado de Mendelssohn el aura inconfundible de la muerte. Apenas un año mayor Mendelssohn -y a la inversa de Chopin, dueño de una salud portentosa-, sin embargo vio cruzar una sombra siniestra en esos rasgos  finos y delicados de su amigo alemán; en efecto, moría al poco tiempo, antes que Frederick. Por las gotas de lluvia que resbalaban en su cara, Mendelssohn no distinguió las lágrimas de su amigo.

Cuando el padre Jelowicjki terminó el sacramento, una sensación de pesadez cayó como un manto negro en todos los que se encontraban en la habitación. Nadie se atrevía a mover un músculo. Chopin volvió en sí -aquellas evocaciones lo habían turbado sobremanera-, y le dijo a su amigo el sacerdote: “Gracias. Garcias a ti no moriré como una bestia”.

Enseguida pidió escuchar un poco de música. La música, ése su ángel guardián.

En cuanto esta gripe inmunda me abandone (y por ende la medicina que me tiene medio dopada y soñolienta)  prometo reanudar la vida de George Sand para alcanzar el punto que llevo de la biografía de Chopin y así continuar conociendo más de mi músico favorito.

lunes, 20 de febrero de 2017

De Chopin: Una novela corta en torno a uno de sus Nocturnos

El otro día recordaba que en una de la revistas pauta encontré un poema en el que se menciona a mi amor Chopin, de hecho en cada número de la revista se incluyen poemas, algunos tienen como tema la música, o hacen referencia a ella o a algún músico, entonces me puse a buscar a ver si encontraba alguna historia en la que se incluyera a mi músico favorito, encontré una novela corta (no muy buena por cierto) del mexicano Manuel José Othón, se llama Un Nocturno de Chopin y fue escrita en 1891, les contaré de qué trata, aunque es un verdadero drama.

Un Nocturno de Chopin cuenta la historia de un escritor llamado Teodoro, que se enamora a primera vista de una hermosa mujer llamada María Teresa, quien a su vez está casada con un músico y notable ejecutante del piano, antes de tener una relación cercana, Teodoro y María Teresa coinciden en un par de ocasiones, pero son unos desconocidos, en la segunda de estas coincidencias, Teodoro y demás invitados son testigos de la interpretación al piano del marido de la hermosa mujer: “tocó de una manera arrobadora y estética, el Primer Nocturno de Chopin”

Teodoro, reflexionando sobre lo que escucha nos dice: “Hay en las vaguedades de la música, dolores escondidos que sollozan y desesperaciones comprimidas que palpitan. Chopin es el gran poeta del piano, y el instrumento, cuando exhala sus inspiraciones, transforma las cuerdas en nervios humanos y los sonidos en quejas y gritos escapados de una garganta apretada por el dolor”. Yo opino que si bien mucha de la música de mi amor Chopin es melancólica, también tiene melodías alegres, muchas que pueden ser tiernamente tristes, y otras en las que, como bien dice Teodoro podemos sentir su desesperación, y es que sin duda en su música plasmaba su sentir, porque no creo que fuera agradable para él estar lejos de sus seres más queridos, sin poder retornar a su patria, viendo desde lejos toda la injusticia cometida sobre su pueblo; y pues menos agradable aún el sentir la muerte tan cerca de él cuando todavía era joven. Pero lo que todas sus composiciones tienen es genialidad y romanticismo.

Volviendo al relato, Teodoro y María Teresa se vuelven a encontrar más de un año después, ella es viuda, Teodoro es vecino de la finca donde ella vive y se hacen amigos, él la visita muy seguido, ella le cuenta que su marido muere con la razón perdida en un manicomio, preso de la frustración al ver que la ópera que había escrito no era lo suficientemente buena para ser representada, ya que si bien Federico era un muy buen ejecutante, como compositor no tenía talento alguno; pero esta no fue la única causa por la que perdió la razón, vivía atormentado porque él amaba con todo su ser a su esposa, pero no era correspondido, ella amaba el talento que él tenía para tocar el piano, pero apenas lo estimaba como su esposo que era. La última vez que María Teresa lo vio, él tocaba el Primer Nocturno de Chopin y mientras lo tocaba también perdía la razón. Por indicaciones médicas fue trasladado al manicomio, en donde murió 2 meses después.

Teodoro visitaba casi a diario a María Teresa, esas visitas se convirtieron en una necesidad que era recíproca. Él le leía lo que escribía, ella tocaba el piano para él.

Un día le pide que toque el mismo Nocturno de Chopin, ella se niega diciéndole lo que significaba ese Nocturno para Federico: “estos lamentos, no son lamentos, son sollozos ahogados que retumban dentro del piano como golpes dados en el interior de un ataúd”, y agregó: “… Si tocara yo ese Nocturno, me parecería que tales sollozos no habían de brotar de la concertada encordadura. Creería escucharlos surgiendo de aquel ataúd como golpes secos”, obvio se refería al ataúd de su difunto marido.

Pero Teodoro persistió y un día logró convencerla de tocar ese Nocturno, mientras la escuchaba tocar se dio cuenta de que la amaba, pero también le vino la certeza de que ese era un amor imposible, pese a que ambos eran libres. Al terminar el Nocturno ambos se confiesan enamorados el uno del otro, pero ella se siente atormentada con el recuerdo de su marido y le pide que se vaya y que no regrese sino hasta 2 días después; el escritor se va  y cumplido el plazo se apersona en la casa de María Teresa, pero ella ya no está, sólo le ha dejado una carta en la que le pide perdón por alejarse para siempre de él, y además le dice que lo suyo es imposible porque el fantasma de su marido la atormenta y no los dejaría ser felices. El pobre Teodoro hasta se enferma, con el tiempo se recupera físicamente, pero la alegría no vuelve a él nunca; finalmente pasado un tiempo se entera de casualidad que María Teresa había partido a Europa para ingresar a un convento.

Esta historia me recuerda un poco la de Pepita Jiménez de Juan Valera Benito Pérez Galdós, pero sin ser tan buena.

Por cierto que el autor no especificó bien cuál de los Nocturnos No.1 de Chopin es el protagonista de su historia ya que hay nueve: El Opus 9, 15, 27, 32, 37, 48, 55, 62 y 72. Como mi favorito es el Opus 48 (de hecho está en mi lista de las 10 piezas para piano que más me gustan), lo he seleccionado como el protagonista de esta historia y se los dejo en la interpretación de mi querida Val ¡Disfruten!


sábado, 11 de febrero de 2017

De Lectura de Corredera: Correr, Comer, Vivir

Es un libro fabuloso que cuenta la historia de uno de los mejores corredores del mundo: Scott Jurek, el libro fue escrito por él mismo con ayuda de Steve Friedman.

Inicia su libro con este texto: “No te voy a empezar a contar extrañas parábolas sobre inspiración y confianza. No te voy a prometer que para conseguir tus sueños basta con tener fe. No; te voy a enseñar cómo me transformé.” Y en verdad lo hace es un libro lleno de experiencias de lo que es lo suyo: Correr, correr y correr; pero también nos deja ver sus experiencias de vida, ya que Scott como todo ser humano, disfruta muchísimo de hacer lo que le apasiona, pero también se ha topado con adversidad y dolor de índole personal que hasta le hizo pensar en la posibilidad de dejar de correr, por suerte todo ese conflicto interno al que se enfrentó lo pudo solucionar, y saben cómo, sí, corriendo. Este es un libro de un SuperCorredor que es un ser humano y que es LA onda. Es un libro que hasta recetas de cocina trae, las cuales se leen apetitosas jejeje. Bueno pues les compartiré frases de este libro, ya saben que eso me gusta.

“Correr es lo que hago; lo que amo. Correr es -en gran medida- lo que soy. Es el deporte que he escogido como vocación, profesión, obsesión e inefable aunque inmisericorde profesor. Corriendo es como afronto cualquier desafío.”

“Corría y sigo haciéndolo porque he aprendido que una vez que comienzas algo, no puedes abandonar, porque en la vida, en muchos sentidos como en el ultramaratón, tienes que seguir adelante.”

“ ‘El dolor sólo duele’ Entrenador Sorenso”

“Según el bushido, la mejor disposición mental para la batalla -o la carrera- es el vacío, tener la mente vacía.
Bushido es desentenderse del pasado, del futuro y centrarse en el momento.”

“Podías llevar tu carga de forma ligera o realizando un enorme esfuerzo. Podías preocuparte por el mañana o no. Nada de eso importaba mientras estuvieras en movimiento. Preguntarse por qué está bien pero eso no era acción. Nada me reconfortaba tanto como el movimiento, como correr.”

Nos dice que la Western States 100 era probablemente el utramaratón más conocido del mundo, la primera vez que la corrió ganó, pese a que vomitó hasta no poder más, y justo de ese momento en el que su cuerpo parecía que no se recuperaría nos dice:
“Quería algo, así que me moví para conseguirlo. Es simple. Es algo que todos llevamos dentro. Mi cuerpo no estaba preparado para continuar, pero no me importaba. Ese fue el momento en que tomé conciencia del poder de la fuerza de voluntad.”

Nos habla sobre la carrera de Las Barrancas del Cobre, a la que Caballo lo invitó y luego también Chris McDougall (Nacidos para Correr) quien le prometiera que los tarahumaras le ofrecerían una buena carrera.

Para ese entonces, Scott ya había modificado completamente su alimentación, ahora era vegano, así que casi pone el grito en el cielo, cuando Caballo les dice a los corredores americanos que de regalo lleven a los rarámuri coca-colas.

“Uno de los miembros de la tribu parecía estar mirándome con un interés especial. Se trataba de Arnulfo, el gran campeón de los tarahumaras el más veloz de los “corredores”. McDougall me había hablado de él y Caballo le había hablado a Arnulfo de mí, que yo también era un gran campeón.”

“Estaba comenzando a hacerme a la idea de que esta carrera no iba a tener nada de ociosa o de simple divertimento. Yo sabía que iba a darlo todo. Sería una falta de respeto si no fuera así.”

“Yo era un corredor profesional. Estaba en lo más alto de mi carrera. Estos tipos nunca habían oído hablar de “carrera continua” ni de entrenamiento a intervalos. Ahí es cuando de repente atisbé el verdadero secreto de los tarahumaras. Ellos no se preparan para las carreras. No corrían para ganar ni para conseguir medallas. No comían para poder correr correctamente. Comían y corrían para sobrevivir.
Corren -y viven- con gran eficiencia, sin muchos pensamientos inútiles.”

Y cuando corrían la parte final de la carrera:

“Vi a Arnulfo en la última vuelta. Intercambiamos una mirada y pude ver la fatiga y la deshidratación en sus ojos. Pero también vi algo más. Vi al luchador que llevaba dentro. Cambié mi ritmo y despertó en mí el instinto animal puramente competitivo. En esta ocasión no fue suficiente. Arnulfo también lo tenía. Me ganó por 6 minutos. Menos de 1.5 km.”

Y seguimos con más frases, algunas con las que me identifico y todas que alientan para seguir corriendo y para seguir adelante en todos los aspectos.

“Lo que me importa más que la victoria en sí es lo que hago para alcanzarla y cómo lo hago.”

“En la Western States 2006 aprendí más de una lección. Una de ellas: no importa lo que hagas, siempre va a haber gente que te odie. Lo que los demás piensen de ti realmente no importa. El truco está en serte fiel a ti mismo.”

Nos dice que el Hardrock es el ultramaratón más duro del mundo, el cual corrió por primera vez con un esguince en el tobillo. Scott llegó primero.

“Algunas personas se preguntan si un ultracorredor hardrocker agonizante y en los estertores del agotamiento puede disfrutar el paisaje. Cuando descendí el último tramo final, no es que lo disfrutara, es que me deleité, me regodeé”

Del Spartathlon nos dice que es una carrera que inicia en la Acrópolis de Atenas y termina frente a una estatua del rey Leónidas en Esparta, con una distancia total de 245.3km

“De repente me sentí más ligero y  más fuerte. No sé si fue su amabilidad (una señora que a su petición le dio cubitos de hielo y que hizo que se pusiera ramitas de albahaca en sus orejas), el agua o la albahaca… Era ese momento en que sientes que todo es imposible, en que seguir adelante parece una estupidez y en que un pequeño acto de bondad, dar otro paso, beber un trago de agua, te pueden hacer darte cuenta de que nada es inútil, de que continuar –sobre todo cuando continuar parece absurdo- es lo que más significado tiene en el mundo.”

Y cuando da alcance y rebasa al puntero

“Aquel tipo me caía bien, admiraba su valor y su tenacidad, pero cuando tienes la oportunidad de desmoralizar a un competidor, lo haces. Y yo lo hice.”

“Separa los pensamientos negativos de la realidad. No te preocupes de cosas que no van a ayudarte. Seguí adelante.”

Nos platica del tiempo en que su esposa decide que no quiere seguir más a su lado, y junto con la muerte de su madre se pone muy triste y se siente perdido; y cómo sale de ese bache y decide que abandonar el correr no es una respuesta, y que sí que como siempre lo había hecho seguiría adelante. En ese período también pierde a un amigo, el corredor Dave Terry, a quien visitó antes de que Dave decidiera quitarse la vida, en esa ocasión Dave le dijo: “Scott. En ocasiones tenemos que ir a lugares oscuros. Todo mejorará y tú crecerás, lo que pasa es que todavía no lo sabes.”

Pasado un tiempo se fue a correr al Gran Cañón junto con uno de sus amigos, iban solos y fue una travesía mucho más difícil de lo que habían proyectado, sin embargo ahí fue donde decidió poner fin a su período de oscuridad, donde decidió que seguiría corriendo.

“Todos perdemos en ocasiones. Fallamos al intentar conseguir lo que queremos. Nuestros amigos y nuestros seres queridos se marchan. Tomamos decisiones de las que nos arrepentimos. Intentamos dar el máximo y nos quedamos cortos. No es lo que perdemos lo que nos define, sino cómo lo perdemos. Es lo que hacemos después.”

El libro cierra con un epílogo en el que Scott nos platica de su segundo intento en participar en una carrera de 24 hrs en Francia, esto en el ya lejano y muy querido 2010.

Esta parte me encantó, porque aunque sea poquito, habla de música y de cómo la ve él en esto de correr:

“Evité llevar nada de música durante las ocho primeras horas porque quería estar abierto a todo lo que me rodeaba y porque, cuando la monotonía se estuviera convirtiendo en algo demasiado pesado, necesitaría la música. El pensamiento en las melodías se convirtió en algo ansiado, más allá de la montaña cubierta de nieve que marcaba el progreso en mi mente.
Los investigadores especulan con la idea de que la música suprime el dolor, básicamente porque el cerebro se centra en algo diferente –la melodía-.”

“Pero en la retorcida carrera francesa, el futuro no importaba. El pasado, como su nombre lo indica, había pasado. Solo estaba el camino, solo el movimiento. Solo el ahora. Y el ahora era suficiente, más que suficiente. Era todo. Corrí. Corrí y corrí”

Scott ganó esa carrera e impuso un nuevo record americano para una carrera de 24 horas con un recorrido de 266.7 km

Correr, Comer, Vivir, es ya uno de mis libros favoritos, y Scott se ha colado en mi top 10 de personas que admiro. Mi amiga Caro fue quien me recomendó leerlo y se lo agradezco mucho mucho, ha sido una lectura feliz y de aprendizaje. Mi mayor deseo es también seguir adelante en todos los aspectos, seguir corriendo y mejorando en eso y en todo. Mientras tanto esta última frase del gran Scott Jurek:

“La vida no es una carrera. No hay una línea de llegada. Corremos hacia una meta y alcanzarla o no es importante, pero no es lo más importante. Lo verdaderamente trascendente es cómo nos movemos hacia ese objetivo.”

lunes, 7 de noviembre de 2016

Del reto de leer la saga de Anne of Green Gables: Cuarto libro -> leído

Apenas terminé el cuarto libro: Anne la de Álamos Ventosos, y lo sé que voy muy atrasada, tengo menos de dos meses para leer los cuatro restantes y espero lograrlo.

Aunque este es el cuarto libro en la secuencia de la historia de Anne Shirley, en realidad fue escrito después del último libro de la saga y publicado en 1936. En él leemos a una Anne que ya se ha graduado en Redmond y tiene un trabajo como directora de una escuela para señoritas en Summerside que desde aquel entonces y hasta ahora es la segunda ciudad en importancia dentro de la hermosa Isla Príncipe Eduardo. 

Atardecer en Summerside
La mayor parte del libro son cartas o extracto de ellas que Anne le escribe a Gilbert, su prometido. Si bien no es el mejor libro de la saga, sí es muy entretenido y como siempre me ha sacado varias sonrisas, y como he hecho después de las lecturas de los tres anteriores aquí les dejo las frases favoritas:

“Los vientos serán mis amigos. Gemirán, suspirarán y cantarán alrededor de mi torre… los vientos blancos del invierno… los vientos verdes de primavera… los vientos azules del verano… los vientos carmesí del otoño… y los vientos salvajes de todas las estaciones…” Anne

“¿Seremos viejos alguna vez Gilbert? Me parece imposible” Anne

“Anoche di un lindísimo paseo conmigo misma” Anne

“La imitación es la adulación más sincera” Anne

“Detesto prestar un libro que amo (nunca me parece igual cuando me lo devuelven)” Anne

“El tiempo de la próxima vez, pero no de la última vez porque ese es demasiado triste para el País de las Hadas… tiempo de alguna vez, tiempo de darse un beso, y tiempo inmemorial… que es una de las frases más hermosas del mundo” Anne

“¡Y lo más importante de todo… te quiero por ser solamente Gilbert!” Anne

“Todo el tiempo pienso en el viejo huerto de Tejados Verdes, con los árboles florecidos de nieve… el puente sobre el Lago de Aguas Refulgentes… el murmullo del mar en los oídos… una tarde de verano en el Sendero de los Enamorados… y ¡tú!” Anne

“Nadie nunca es demasiado grande para soñar. Y los sueños nunca envejecen” Anne

“Sea corto o largo el día, llegará por fin el atardecer” Anne

“Siempre me gustó lavar platos. Es divertido ver cómo las cosas sucias vuelven a quedar resplandecientes” Anne

‘Nunca se era pobre mientras se tuviera a alguien a quien amar’ Pensamiento de Anne

“Mi cerebro está totalmente de acuerdo con usted, pero mi corazón, no” Anne

“Si acercas una cara sonriente al espejo, encontrarás una sonrisa” Anne

‘… Había sido primavera, y ahora era diciembre, pero a lo largo del camino, todo parecía decirle ¿Recuerdas? ¿Recuerdas?’ LMM

‘¡Cuán acogedoras y amistosas eran las sombras!’ Pensamiento de Anne

“Y nunca se sabe lo que puede haber detrás de la próxima curva en el camino” Anne

“Mira la preciosa caja de papel para escribir cartas que me envió Diana. ¿No es fascinante mirar las hojas en blanco y preguntarse qué se escribirá sobre ellas?” Anne

“Siempre se encuentra algo bonito para mirar o escuchar” Anne

“Nada que valga la pena se consigue con facilidad” Anne

“No tengamos nunca miedo de las cosas. Es una esclavitud tan terrible. Seamos osados, aventureros y expectantes. Salgamos bailando al encuentro de la vida y de lo que nos pueda traer” Anne

“Es hermoso cuando la oscuridad es tu amiga” Anne

“Siento que he sido traicionada en todo… tanto en la amistad como en el amor. Bien, dicen que una vez que se nos ha roto el corazón, no sufrimos más” Hazzel

‘Me pregunto si alguna vez volveré a pasar quince días tan felices, pensó Elizabeth mientras se alejaba de Tejados Verdes’ LMM

“Una aprende por experiencia… aun una persona incorregiblemente optimista y confiada como yo” Anne

“Pero Gilbert querido, la luz de la Luna sin nadie con quien compartirla no es luz… es penumbra” Anne

“La pequeña Elizabeth se lo pasaba hablando del Mañana, pero la Casa Tomgallon es el Ayer. Me alegro de no vivir en el Ayer… de que el mañana siga siendo un amigo” Anne

“He terminado con Álamos Ventosos y con los años ligados a ella” Anne

El siguiente libro es Anne y la Casa de los Sueños, uno de mis tres favoritos de la saga.


jueves, 13 de octubre de 2016

De Lectura de Corredera

Nacidos Para Correr es el libro que recién termine de leer y del cual les quiero platicar un poco. De esta lectura puedo decir que me ha enseñado y emocionado mucho, y que en pocas palabras: ¡me ha encantado!

Fue escrito por Christopher McDougall -> Oso, quien en su afán por mejorar su forma de correr, debido a una lesión, conoce a Caballo Blanco y a La Gente Que Corre. El libro, en pocas palabras trata de, como dice su cita de presentación: El misterioso pueblo de los tarahumaras, un grupo de superatletas y la más increíble carrera jamás contada.

En este post, no voy a hacer una reseña o resumen del libro, mucho menos una crítica, sino que como coleccionadora de frases que soy, les compartiré las citas y frases que más me gustaron, ojalá lo disfruten y les den ganas de leer el libro, si es que no lo han hecho ya. Gracias a mi amiga Caro que me lo recomendó.

‘Hay algo tan universal en esa sensación, la forma en que correr reúne dos de nuestros impulsos más primitivos: el miedo y el placer. Corremos cuando estamos asustados, corremos cuando estamos extasiados, corremos cuando huimos de nuestros problemas y correteamos en busca de diversión.’

“Cada mañana una gacela despierta en África. Esa gacela sabe que debe correr más rápido que el león más veloz o de lo contrario morirá. Cada mañana en África un león se despierta. Y sabe que debe correr más rápido que la gacela más lenta, o pasará hambre. No importa si eres la gacela o el león cuando el sol sale, será mejor que estés corriendo.” Proverbio atribuido a Rogger Bannister

‘Tarahumara apodo que les pusieron los conquistadores que no entendían su lengua tribal. Su nombre real es rarámuri, que significa “La Gente Que Corre”.’

‘Kuri-bá: Somos todos uno’

‘A los tarahumara les gusta que se les vea solo si ellos así lo han decidido’

‘En la lengua tarahumara, existen humanos de dos tipos: están los rarámuris, aquellos que huyen de los problemas; y los chabochis, aquellos que los causan’

‘Ariwará: el alma de un muerto. Los tarahumaras, una vez muertos se mueven a toda prisa recuperando cualquier huella o cabello suelto que su cuerpo haya dejado atrás. Una vez que el alma del muerto ha borrado todas las huellas de su existencia terrenal, podía aventurarse a la vida eterna. Aun muertos, siguen siendo La Gente Que Corre’

‘Rarájipari: el juego de las carreras tarahumara’

‘Las virtudes tarahumaras: fortaleza física, paciencia, trabajo en equipo, dedicación y perseverancia. Y por encima de todo, debe adorar correr’

Sobre la carrera de Leadville:

“Eres más duro de lo que crees y eres capaz de hacer más de lo que crees” Lema de la carrera de Leadville.

‘Lo que hace falta para cruzar la línea de meta en Leadville: no tienes que ser rápido. Pero será mejor que seas intrépido’

‘Parecían moverse con el terreno -dijo un espectador-. De la manera que el viento o la niebla se mueve a través de las montañas.’

‘Iban a paso seguro y seguros de sí mismos. Eran La Gente Que Corre’

“Ahí estaban estos dos tipos bajitos que llevaban sandalias y, en realidad, nunca habían entrenado para la carrera. Y pasaron por delante de algunos de los mejores ultramaratonistas del mundo” Harry Dupree (New York Times)

Ann Trason: “Me gusta correr para sentir el viento en mi pelo”

“Mis amigos dicen que no soy adicta al crack sino a las endorfinas”

‘A Ann le gustaba decirles que correr tantas millas en las mañanas era “romántico”.’

“Tienes que estar en sintonía con tu cuerpo, y saber cuándo puedes apretar y cuándo debes parar. Debes escuchar atentamente el sonido de tu propia respiración; ser consciente de cuánto sudor te adorna la espalda; no olvidar premiarte con agua fría y un tentempié salado y preguntarte, con cierta frecuencia y honestamente, cómo te sientes de verdad. ¿Qué podría ser más sensual que prestarle una atención exquisita a tu propio cuerpo? Lo sensual cuenta como romántico ¿no?” Ann Trason

De mujeres tarahumaras: ‘De todos modos, las mujeres son respetadas como excelentes corredoras y normalmente hacen las veces de cho’kéame, combinación de capitán de equipo y jefe de apuestas, cuando los hombres corren’

‘En la cultura tarahumara correr no divide aldeas, sino que las une. Los tarahumaras veían las carreras como un festival de la amistad’

Sobre su calzado: ‘Los tarahumaras se arrodillaron para atarse la lengüeta de cuero alrededor de los tobillos y hasta arriba de las pantorrillas, ajustándola con tanto cuidado como quien afina las cuerdas de una guitarra. Es todo un arte calzarse un trozo de caucho a la planta del pie con una sola tira de cuero de manera que no se suelte ni se corra a lo largo de 87 millas de camino rocoso’

‘… el verdadero secreto de los tarahumaras: no habían olvidado nunca cuánto amaban correr’

‘Y cuando nuestros ancestros finalmente realizaron sus primeras pinturas rupestres ¿cuáles fueron las primeras imágenes? Un rayo cortante caía del cielo y atravesaba la imagen por debajo, y en el medio el Hombre Corredor.
Teníamos que amar correr porque, de lo contrario, no hubiéramos vivido lo suficiente para amar nada más’

‘Todos nacimos para correr; todos nacimos porque podemos correr. Todos somos La Gente Que Corre, como siempre han sabido los tarahumaras.’

Sobre el gran Emil Zatopek: ‘Las carreras para él eran como una especie de tour por bares. Adoraba tanto competir que, en lugar de dosificarse, se inscribía en tantas carreras como era capaz de encontrar’

‘Cuando el ejercito rojo invadió Praga en 1968, a Zatopek le dieron a elegir: podía unirse a los soviéticos y hacer las veces de embajador deportivo, o podía pasarse el resto de la vida limpiando retretes en una mina de uranio. Zatopek eligió los retretes. Y de esa manera, uno de los atletas más queridos del mundo desapareció’

‘Ron Clarke correría por la medalla de los 10 mil metros en las Olimpiadas de México 1968, pero fue noqueado por el mal de altura, de vuelta a casa paso a Praga a visitar a Zatopek, el tipo que nunca perdía. Hacia el final de su visita alcanzó a ver a Zatopek escondiendo algo en su maleta. “Pensé que estaba llevando de contrabando algún mensaje suyo para alguien en el mundo exterior, así que no me atreví a abrir el paquete hasta que el avión se había alejado lo suficiente.” Zatopek se había despedido con un fuerte abrazo. “Porque te lo mereces” le dijo. Sólo después Clarke descubriría que Zatopek no se refería al abrazo: en su maleta, encontró la medalla de oro que Zatopek había ganado en los 10 mil metros en las Olimpiadas de 1952. Dársela al hombre que lo sucedería en los libros de récords era noble; dársela en el preciso momento, cuando él mismo estaba perdiendo todo lo demás, fue un acto de una compasión casi inimaginable’

“Su entusiasmo, su amabilidad y su amor por la vida, alumbraban cada momento. No ha habido, ni nunca habrá, un hombre más grande que Emil Zatopek” Ron Clarke

“No luches con el camino. Coge lo que te ofrece” Caballo

“Piensa fácil, ligera, suave y rápidamente” Caballo

Sobre ultramaratonistas: “Más allá de lo extremo de la fatiga y el sufrimiento, encontramos cantidades de alivio y poder que nunca habíamos soñado con poseer; fuentes de fortaleza nunca antes puestas a prueba porque nunca habíamos empujado la puerta de oclusión” William James

“Cuando corres sobre la tierra y cuando corres con la tierra, puedes correr para siempre” dicho tarahumara

Sobre Scott Jurek: ‘Correr no se reducía a ganar’

El grupo de superatletas (o los Más Locos) lo conformaban: Scott Jurek, Jenn Shelton, Billy Barnett, Ted Desclazo (Barefoof Ted), Luis Escobar, Eric Orton.

Sobre Jenn: ‘Todo lo que hacía era… correr. Correr y sonreír. Como si no hubiera una sola cosa en la Tierra que prefiriese estar haciendo en ese momento’

“Cuando estoy metida en una carrera, lo único que importa en esta vida es terminar la carrera. Por una vez, mi cabeza no está diciendo bla bla bla todo el tiempo. Todo se calma y fluye. Soy solo yo y el desplazamiento y el movimiento. Por eso lo adoro… ser una bárbara corriendo en el bosque” Jenn Shelton

“Si existe una bala mágica para mantenerse saludable es correr” Dr.Liberman

“Cuando se trata de zapatillas de correr, no es oro todo lo que reluce” Ken Learman

Swoosh: nombre del logotipo de Nike

El credo del ultramaratonista: “Si no puedes ver la cima, camina”

“Nuestros pies son perfectamente felices amoldándose a las rocas. Todo lo que hay que hacer es relajarse y dejar que el pie se doble. Es como un masaje” Ted Descalzo

“Uno no deja de correr porque se hace viejo, uno se hace viejo porque deja de correr” Jack Kirk (Demonio de Dipsea)

Sobre el pinole: ‘Es una proteína incompleta, pero combinada con frijoles resulta mucho más nutritiva que una chuleta de res. Los tarahumaras normalmente lo mezclan con agua para beberlo. Puede reducir el riesgo de todos los tipos de cáncer. Según el doctor Robert Weinberg, catedrático de investigación del cáncer en MIT. La matemática es estricta: reduce la grasa y reducirás el riesgo al cáncer’

“Las cuestas son trabajos de velocidad camuflados” Frank Shorter

Louis Liebenberg, se dedicó a estudiar y experimentar la caza primitiva, para saber más sobre el Hombre Corredor y del por qué todos somos nacidos para correr, es el autor del libro The Art of Tracking: The Origin of Science y de él se lee en Nacidos Para Correr lo siguiente:
“¿Por qué la gente corre maratones? Porque correr se encuentra arraigado en nuestra imaginación colectiva, y nuestra imaginación se halla arraigada en correr. El lenguaje, el arte, la ciencia; los transbordadores espaciales, La Noche Estrellada de Van Gogh, la cirugía intravascular; todo tiene su origen en nuestra capacidad de correr. Correr es el superpoder que nos hizo humanos, lo que significa que es un superpoder que todos los seres humanos poseen” Louis Liebenberg

Algunas conclusiones del doctor Bramble:
‘Somos máquinas hechas para correr. Y la máquina nunca se desgasta. Las mujeres obtienen los mismos resultados de los hombres’

‘Tenemos un cuerpo hecho para la acción, pero un cerebro que siempre está buscando la eficiencia. La razón por la que algunas personas usan su don genético para correr y otras no es que el cerebro es un comprador de gangas’

‘Vivimos en una cultura que ve el ejercicio extremo como una locura, nuestro cerebro nos dice: ¿para qué apretar el acelerador si  no hace falta?’

‘Solo desde hace poco tiempo contamos con la tecnología necesaria para convertir el holgazaneo en una forma de vida’

‘Porque si no creemos que hemos nacido para correr, no solo estamos negando la historia, estamos negando lo que somos’

La carrera final:
‘… los tarahumaras, cuyo amor a la estrategia en las carreras rivalizaba con su amor por la cerveza de maíz’

‘Scott había entendido que no corremos para ganarnos los unos a los otros, sino para estar junto a esos otros. La alegría que sentía corriendo era la alegría de sumar su fuerza al grupo’

Caballo:
“Hay un problema con todos ustedes. A los rarámuris no les gustan los mexicanos. A los mexicanos no les gustan los americanos. Y a los americanos no les gusta nadie. Pero están todos aquí. Y siguen haciendo cosas que se supone no deben hacer. He visto a rarámuri ayudando a chabochis a cruzar el río. He visto a mexicanos tratando a rarámuri como grandes campeones. Miren a esos gringos tratando a la gente con respeto. Los mexicanos, americanos y rarámuri normales no actúan de esa forma”

“La gente loca. Más locos. Pero hay algo en la gente loca: ven cosas que el resto no ve. Mañana tendrá lugar una de las carreras más grandes de todos los tiempos, ¿y saben quiénes la verán? Solo gente loca. Solo ustedes ¡Más Locos!”

“Suelo visualizar un corredor más rápido, casi como un fantasma, con una zancada más veloz que va delante de mí” Gabe Jennings

‘Los tarahumaras podían ser amantes de la paz en casa, pero a la hora de correr salían con los nudillos afilados todo el tiempo’

'"Si sientes que requiere demasiado esfuerzo, es que estás esforzándote más de la cuenta”, así que decidí abstraerme de mis pensamientos y dejar de obsesionarme con mis zancadas. Comencé a embriagarme con la vida que tenía alrededor, observando cómo el sol se alzaba sobre la falda de la montaña, tiñendo el río de dorado’

‘Tu rival es el camino. Nadie más. Sólo el camino’

‘Mientras sepas a qué atenerte, puedes relajarte y reducir o aumentar la intensidad según lo requiera el esfuerzo’

‘Mientras más tardaban los corredores, más se animaba la multitud. Cada vez que un corredor conseguía cruzar la meta, de inmediato se volvía y empezaba a animar a los que quedaban por llegar’

Cuando Oso por fin cruzó meta, Scott lo felicitó. Oso llegó último, y a su comentario de que había sido muy lento Scott le dijo: “Yo he estado ahí, amigo. He estado ahí muchas veces. Y hacen falta más agallas que cuando vas rápido”

Al final Oso nos habla un poco de la historia de Caballo, de la cual sólo les platico su nombre y una descripción de él muy adecuada:  

Su nombre era Michael Randall Hickman, el cual cambió, antes de ser Caballo Blanco por Micah True, y su descripción: “Un indio gringo que no poseía nada, ni necesitaba a nadie, ni temía desaparecer de la faz de la tierra sin dejar rastro”

‘Ahora sé por qué los tarahumaras y los Más Locos se llevaron tan bien. Son personas únicas y maravillosas y haber pasado tiempo con ellos es uno de los mayores privilegios de mi vida.’

‘Caballo recibió una oferta única. The North Face quiso convertirse en su patrocinador. Caballo no aceptó: “No gracias. No quiero que nadie haga nada que no sea salir a correr, festejar, bailar, comer y pasar tiempo con nosotros. Correr no se trata de hacer que la gente compre cosas. Correr debe ser un acto de libertad, amigo”’.

Es un post largo, y es que fue mucho lo que me gustó del libro.
Cuando corro me pasa eso de que no me gustaría estar haciendo ninguna otra cosa en ese momento y también eso de que mi cabeza deja de estar lidiando con algo más que no sea mi movimiento, el camino y la música que voy escuchando. Siempre abro bien los ojos tanto para fijarme en donde piso como para ver lo que me rodea y es que corriendo se ven muchas cosas, y la mayoría son bellas.

Pienso comprar pinole y chía jejeje y es un alivio que mi cerebro no sea más un comprador de gangas, y no me refiero únicamente al ejercicio.

Creo firmemente que sí hemos nacido para correr y me siento privilegiada de poder hacerlo, de ser de La Gente Que Corre, de ser parte de Esos Locos Que Corren que son quienes si te caes en una carrera te ayudan a levantarte, y que si les pides un tingo de agua porque ya no alcanzaste en la hidratación lo hacen sin chistar; de esos que van gritando “¡¿Ya se cansaron?!” o los que a su paso, al ver que ya no las puedes te dicen “¡vamos, vamos ya falta poco, sí se puede!”; de esos a los que nos gusta o no la foto al final de cualquier carrera, haya o no medalla; de esos que se abrazan a sus amigos, que también son de Esos Locos, al final de cada carrera. De esos que disfrutan cada zancada y hasta el dolorcito muscular que puede dejar el esfuerzo por la meta lograda.

Cuando Caballo dice: “Correr no se trata de hacer que la gente compre cosas.” Creo que es correcto, sin embargo, vestir lindo para correr simplemente me encanta jajaja

Me quedo con esta frase de Caballo: “Correr debe ser un acto de libertad, amigo