jueves, 7 de enero de 2021

De un libro sobre Beethoven

Recién terminé de leer el libro Pensemos en Beethoven de Eusebio Ruvalcaba, y me gustó mucho, en él encontramos citas y reflexiones del autor sobre el gran músico alemán, de quien recientemente celebramos su cumpleaños número 250.

Les comparto citas de esa maravillosa lectura.

“En Viena, un hombre sordo, un hombre melancólico, solitario, enamorado, soñador… (José Hierro)”

La dedicatoria: “A la memoria de mis padres, que me enseñaron a amar a Beethoven”. Recordemos que Eusebio Ruvalcaba fue hijo el violinista don Higinio Ruvalcaba y la pianista Carmela Castillo de Ruvalcaba.

Sonata Hammerklavier:

“La Hammerklavier, exige todo de quien la escucha; y exige todo porque da todo.

… ’No puede ser otro que Beethoven’, se dice el que escucha esta sonata desde sus notas iniciales. Porque hay ahí un coraje inveterado, una pasión arraigada y poderosa. La Hammerklavier se va desatando ante nuestros oídos, como si nos guiara a través del laberinto de la música. Al mismo tiempo nos va indicando el camino hacia el enriquecimiento del espíritu, y la forma de no perdernos, de pisar con firmeza, de compartir con alegría los frutos de la música.”



Carta de John Lennon a Beethoven:

“Su música ha contribuido como ninguna otra a hacer menos trágico el tramo de vida del ser humano en este planeta llamado destrucción.” (Y eso que a Lennon no le tocó vivir estos tiempos de pandemia).

... En mi colección de discos está la música completa de usted. A mí me ha servido de inspiración y ancla. De aprendizaje. De lección de vida y de conocimiento de todos los recursos habidos en el arte de la composición.

… Usted, respetabilísimo señor Beethoven, es un romántico. Y su Quinta Sinfonía es una catedral donde es posible sentir el romanticismo en carne propia.

… Aunque yo prefiero la Séptima. Quien no lo sabe, es la diosa del ritmo. Una sinfonía que equivale a un huracán. Es una sinfonía de contrastes – contrastes que usted, maestro Beethoven, reconstruyó en el alma del oyente. Le confieso que lo que yo escucho son los ritmos del corazón.

Diccionario Beethoveniano:

“Abuelo: El único retrato que el compositor conservó a su lado toda la vida, fue el retrato de su abuelo.”

Trilogía:

“’La música es superior a toda filosofía’, solía decir al que se aproximara. Y era cierto. Porque si de algo sirve la filosofía al hombre es para sembrar de inquietudes su espíritu. Lo cual está bien. Y para Beethoven, ese era el principio del pensamiento. Apenas el principio. Pero el final – o mejor aún, el trayecto – estaba en el devenir de ese camino. Hasta toparse con la música. Cuando se habían disipado las brumas, sobrevenía la cascada sonora. Entonces un consuelo se apropiaría del alma de ese hombre y estaría preparado para vivir y morir a plenitud.”

Beethoven Viejo:

“La amistad para él, era tan valiosa como el honor y como la libertad. Aunque el ejercicio de la bondad, también gozaba de un valor muy alto en su cuadro de virtudes.

... ‘en cuanto a la crítica no sé qué daño le puede causar un piquete de mosco a un caballo de carreras’.”

Aforismos:

“Cuando tiembla, Beethoven está de buen humor.”

El Testamento de Heiligenstadt:

“’… la dolorosa experiencia de no oír. Para mí no puede haber goce en las relaciones humanas, ni conversaciones inteligentes, ni intercambios de pensamientos. Estoy obligado a vivir en el destierro más absoluto. Todo esto me llevó al borde de la desesperación y poco me faltó para quitarme la vida. Sólo el amor al Arte lo evitó’.”

Carta de Ignaz Schuppanzigh a Beethoven:

“Habías sembrado en los pobres mortales que te rodeábamos, la duda: ¿de veras padecías la terrible enfermedad de la sordera? Nadie lo creía. ¿Cómo era posible entonces que compusieras música?

… Ahora tú ya no estás. Pero esa música la dejaste como una vereda que conduce al cielo.”

Sinfonía Coral:

“… la música de Beethoven en lo general, y la Sinfonía Coral en lo particular siguen ejerciendo una suerte de arrobamiento espiritual en el público varón, y melancólico, me atrevería a decir, en las mujeres; algo tiene este genio, algo tiene esta obra, que hechiza por completo a quien se encuentre a 10 mil kilómetros a la redonda. Y luego de 500 años.”

Beethoven Conquistador:

“No escuchaba el trueno, pero veía aquel zigzag eléctrico, que iluminaba la pronta noche, tal como su música iluminaba los corazones desolados.”

Concierto Emperador:

“… se dice que mientras lo componía los cañones de Napoleón bombardeaban Viena; que mientras le daba los últimos toques, el emperador de las armas francesas entraba triunfalmente a la ciudad envilecida.

… Lo que sea, primero hay que aclarar que el título de Emperador no alude a Napoleón sino al carácter heroico de la obra; en todo caso, bien podría intitularse este concierto Antiemperador y no Emperador si pensamos en la decepción que el general Bonaparte había causado, mucho tiempo atrás en Beethoven.

... ‘¡Lástima que yo no sepa tanta estrategia como música, para poder derrotarlo!’.”

Beethoven en el Reclusorio Norte:

“Todos los viernes doy clase en el Reclusorio Norte.

… ¿Si sabes que era sordo? Cada obra que el componía era un combate con todo en contra. Por eso cada vez que lo escuchamos nos sentimos renacer. Él sabía que estaba componiendo para la humanidad. Para darle un sostén a las generaciones de hombres que lo sucedieran. Su ejemplo es inagotable. Es una fuente de vigor. Un surtidor de energía. Más allá de lo que puede proporcionar cualquier otro remedio.

… Después de esa música estamos listos para enfrentar la adversidad. Que Beethoven recorra tu sistema nervioso.

… dejó una montaña de belleza: su música. Que si la oímos, aún sea en nuestra imaginación, nos permite remontar la jornada.”

Un Guerrero en el Horizonte:

“Beethoven tuvo una compañera que jamás lo abandonó: la bendita soledad. Arropado en las alas de la soledad, le dio forma a su obra y a su vida. Sólo en la interlocución de la soledad, encontró alivio a su tormenta interior.”


Y hasta aquí. Es una lectura que no tiene desperdicio, un libro editado por Ediciones Monte Carmelo, recuerdo haberlo comprado en Coyoacán en el Centro Cultural Elena Garro.

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