miércoles, 22 de junio de 2011

De Liszt: Hacia París

Días después del exitoso concierto de Franz en Viena, Adam Liszt recibió correspondencia que provenía del despacho del príncipe Esterhazy, en la cual se le invitaba a reintegrarse sin pérdida de tiempo a su cargo de inspector con sede de Doboryan, se le hacía notar que el tiempo que había estado fuera de su puesto era ya excesivo y que no era posible esperarle más. En ese mismo momento Adam escribió al príncipe solicitando le concediese una nueva licencia, ya que estaba decidido a marchar hacia París. La solicitud fue rechazada, lo cual no impidió a Adam seguir con sus planes.

La familia Liszt sale hacia París el 20 de septiembre de 1823, por supuesto el viaje es largo, y esto lo aprovecha Adam arreglando conciertos para que se presente su hijo, por cierto, todos ellos muy bien remunerados. Franz da 3 conciertos en Munich, teniendo entre la audiencia al rey Ludwig I (a quien vemos en la imagen obtenida de la wiki) y a toda la corte bávara. En esta gira rumbo a París también se incluyeron 3 conciertos en Augsburgo, 2 en Stuttgart y 2 más en Estrasburgo. No está demás mencionar que todos los conciertos fueron un éxito.

Finalmente los Liszt llegan a París 2 semanas antes de navidad.

miércoles, 15 de junio de 2011

De Chopin: Dos descripciones

Liszt, que es su amigo, dice:
“Su aspecto distinguido y sus modales impregnados de tanta aristocracia, hacen que involuntariamente se lo trate como a un príncipe.”
El escritor Legouvé, describe lo que vio cuando conoció a Chopin:
"Un joven elegante, pálido y triste; tenía ojos negros de expresión dulce y de una pureza incomparable, cabellos castaños, casi tan largos como los de Berlioz, y que le caían sobre la frente de la misma manera. Lo mejor que se puede decir al hablar de Chopin es que, según la frase de Heine, es un ‘trinidad encantadora’. Su personalidad, su ejecución y sus obras armonizan tan bien entre sí, que es tan poco posible considerarlas aisladamente como se podría hacerlo con las facciones de su rostro.”

lunes, 13 de junio de 2011

De Liszt: Un beso de Beethoven

Se preparó un nuevo concierto, un solo, el cual se llevó a cabo el 13 de abril de 1823, los Liszt deseaban que Beethoven acudiera al concierto. Adam redacto la invitación, como si fuera el pequeño Franz quien la escribiera y decía:

“Daré un recital el domingo 13 y humildemente le ruego la gracia de contar con su eminente presencia.”

La invitación fue entregada en persona, los Liszt y Czerny se apersonaron en la casa de Beethoven para entregar la invitación, pero también para solicitarle un tema o melodía para que el niño tocara en el concierto; justamente ese día, Beethoven se encontraba de particular mal humor, por lo que las visitas no fueron, para nada bien recibidas y su petición fue tomada como indiscreta, irrazonable e impertinente.

Sin embargo, y para sorpresa de más de uno, Beethoven asistió al recital, hay que recalcar que para ese entonces ya estaba completamente sordo, y a pesar de ello ahí estuvo. Cuando el pequeño terminó de tocar, Beethoven, impulsivamente se acercó al escenario, tomó al niño en brazos y lo beso en la frente. Muchos tomaron este acto como un gesto de sucesión de un genio a otro.

Hay biógrafos que dicen que Beethoven no acudió al concierto, el mismo Schindler, quien era su secretario, se contradijo en diferentes años sobre este punto; algunos afirman que el beso fue dado en la casa de Beethoven, en fin, concluimos que de esta anécdota no se tiene suficiente documentación; pero de lo que no hay duda es de que el beso sí fue dado, así lo afirmó Liszt a Lina Ramann, cuando ella le preguntó acerca del suceso, esto ya en los últimos años del húngaro.

Otra afirmación dice que Beethoven en ese encuentro le dijo al niño:

“Eres un ser feliz y harás felices a los demás. Nada más hermoso…”

El éxito en Viena era una realidad y Adam decidió que su hijo continuaría su educación en la capital de la música en Europa, decidió que Franz conquistaría París.

Foto: Busto de Beethoven que tomé en la escuela de música de la Universidad de Guadalajara, en Guadalajara Jalisco.

jueves, 2 de junio de 2011

De Chopin: Dando lecciones (parte 2)

Menciono ahora a algunos de los alumnos aficionados, ojo, no se entienda como sinónimo de alumnos sin talento, ya que no es así, solamente son alumnos que aunque les encanta la música, no dedicarán su vida a este arte; entre ellos encontramos a: la princesa Marcelina Czartoryska, a quien vemos en la imagen tomada de la wiki y que era compatriota y fiel amiga de Chopin, ella lo acompañará en su lecho de muerte hasta su último aliento:

Foto: Pintura de Kwiatkowski: Chopin en su lecho de muerte, aquí se aprecia a la princesa Czartoryska sentada del lado derecho. Tomada de la wiki.

Entre sus alumnas se encuentran condesas, marquesas y alumnas idólatras, algunas de ellas son: la princesa de Chimay, la condesa Potocka, Mlle. De Noailles, Mme. Petruz, la baronesa de Rothschild y la cantante Pauline Viardot.
Chopin basa su enseñanza en el canto, enseña una estética vocal, el objetivo es hacer cantar al piano, y ese piano no sería cualquier cosa, con Chopin el alumno toca siempre en un excelente piano de concierto: "¡Jamás se podrá hacer cantar a una cacerola!" Otra regla del maestro es que el alumno no debía estudiar más allá de 3 horas al día: “Después viene el embrutecimiento”

Entre los consejos que daba a sus alumnos estaban los siguientes: Tener el cuerpo flojo “hasta la punta de los pies”; tener la mano suspendida con naturalidad en el aire; mantener los codos pegados al cuerpo, utilizar muy rara vez el peso del brazo; trabajar las escalas comenzando por las que tienen más alteraciones; utilizar los pedales con moderación, aprender a combinar su uso. Además Federico, sin duda alguna da muchos consejos de viva voz; hizo el intento de escribir un “Método”, pero nunca lo culminó, solamente existen un conjunto de notas muy resumidas.

Como es sabido Chopin hace muchas innovaciones en la técnica pianística, aquí unas cuantas (poquitas para que no se me aburran):

La extensión de los acordes repetidos o no arpegiados rápidamente.
La escritura en dobles octavas.
La emancipación del pulgar, al que se permite hacer sonar las teclas negras.
La invención de digitaciones elegidas por sus virtudes expresivas.
Chopin crea, junto con Liszt, la técnica del piano contemporáneo. Desde entonces no se ha inventado otra.