lunes, 12 de agosto de 2013

De Liszt: Cuando conoce a Chopin

El hecho sucede al finalizar el primer concierto que Chopin da en París el 26 de Febrero de 1832 en la Sala Pleyel, del cual ya hablamos en un post anterior: Primer Concierto de Chopin en ParísLiszt se acerca a saludar al polaco junto con Mendelssohn, Osborne y Hiller, después de haberle aplaudido estruendosamente. Paër es quien los presenta.

A partir de este concierto nace en Liszt una profunda admiración por Federico, admiración que no cesará nunca, prueba de ello es la biografía de Chopin que Liszt escribió tras la muerte del polaco.

Los dos eran geniales y a la vez muy opuestos, Chopin por ejemplo era introvertido, habitaba un mundo íntimo y rehuía la mirada del público tanto como Liszt la cortejaba. Mientras la salud del polaco era frágil la de Liszt era robusta. Chopin un polaco, orgulloso de su nacionalidad y añorando su tierra natal, buscaba siempre la compañía de sus compatriotas y a través de su música renovaba su lealtad nacional, Liszt en cambio se convirtió en un ciudadano del mundo en un ser cosmopolita. A pesar de, y yo creo que al mismo tiempo por esas diferencias, lograron entablar una cordial amistad y hacerse muy asiduos el uno del otro.

Se admiraban mutuamente, aunque cada uno a su manera. Liszt admiraba completamente a Chopin, el refinamiento de su forma de ser, su manera de componer música y de interpretarla, de hecho en algunas de sus composiciones absorbe ciertos elementos del estilo pianístico de Chopin. En cuanto a Federico admiraba el virtuosismo de Liszt como ejecutante, pero no su composición.

Hay una anécdota que según leí, Liszt le contó al conde Albert Appoyi y va así: Chopin y Liszt fueron invitados a una reunión musical en París, y Liszt sentía que Chopin lo había dejado en la sombra, acaparando toda la atención. Así que mientras Chopin tocaba, Liszt fue con la anfitriona y le sugirió que apagara las luces, que sería una experiencia deliciosa escuchar a Chopin en la oscuridad. Las luces se apagaron, y mientras Chopin tocaba, Liszt se sentó junto a él, quien al participar en la broma le cedió su lugar sin dejar de tocar ni interrumpir la pieza; cuando las luces se encendieron, la gente se sorprendió mucho al ver sentado al piano a Liszt y no a Chopin, no habían notado la diferencia en la ejecución. Liszt entonces se levantó y le dijo a Chopin: “Mi querido Federico, ahora hazme el favor de sentarte al piano y tocar, haciendo que la gente crea que es Liszt quien lo hace.” 

En la película Canción Inolvidable, hay una escena parecida a esta anécdota, sólo que con los papeles invertidos, es decir, el que se suponía que estaría tocando era Liszt, y cuando se encienden las luces es Chopin quien lo hace. En la película Liszt y George Sand idean esto para ayudar a Chopin, quien supuestamente, había fracasado en su primer concierto en París, ya que momentos antes de salir a escena se entera de que amigos muy queridos habían sido ejecutados por ayudarlo a escapar de Varsovia. Pura ficción, pero que linda escena, aquí se las dejo.



Hubo un distanciamiento entre ambos cuando Liszt, aprovechando la ausencia de Chopin, usó el departamento de éste sin su permiso, para una cita galante con Marie Moke, la coqueta que le había causado decepción y problemas a Berlioz antes de casarse con Camile Pleyel. Sin embargo seguían en contacto aunque ya no coincidían tan a menudo. Además debemos recordar que es Franz Liszt quien presenta a Chopin con George Sand, la novelista que será el amor de su vida.

En la biografía que Liszt escribe de su amigo nos deja ver la admiración que sentía por él: “Su genio se revela a través de las emociones que se permite expresar en su arte, a través de la nobleza de su obra creada, a través de una unión tan perfecta del concepto y la forma.”

“Al analizar las obras de Chopin, nos encontramos con bellezas de orden muy elevado, expresiones enteramente nuevas, y un tejido armónico tan original como erudito. En sus composiciones, el atrevimiento siempre está justificado, la riqueza, incluso la exuberancia, no excluye la claridad. Sus mejores piezas abundan en combinaciones que puede decirse que han creado época en el mejor estilo musical.”


Pienso: ¿Qué más prueba de admiración que el dejarte influir por el estilo del admirado sin perder tu originalidad? Eso fue lo que Liszt hizo y eso no cualquiera lo logra, pero los genios sí.

1 comentario:

Julieta dijo...

Hola!
Me gustó mucho esta entrada. La verdad es que he estado desconectada de los blogs por razones diversas, pero me ha gustado mucho leerte y ver la secuencia fílmica que nos compartes. Recuerdo esa película de manera muy vaga, aunque me pareció encantador que la compartieses en su forma original.
Te mando un beso enorme y gracias mil por acercarme a tu compositor favorito de manera tan amena.