jueves, 28 de julio de 2011

De Chopin: Como lucía la vivienda de Chopin en París.

A pesar de ser carlista y por lo tanto antifelipista, Federico elige un mobiliario de la época, es decir estilo Luis Felipe, como los colores de las butacas, sillas y canapés no son de su agrado los manda cambiar por seda blanca y dice: “Eso es frágil, pero arrebatador”. Recordemos que sus colores favoritos son el blanco, el negro y el lila.

Sobre la chimenea tiene un hermoso reloj de péndulo Luis XV, también una vitrina que encierra finas porcelanas y delante de la chimenea un biombo delicadamente bordado. Pleyel le proporcionó un gran piano de concierto, el cual ocupa el lugar principal en el salón, y para el dormitorio un pianino negro. Estos pianos no son alquilados, sino puestos por Pleyel a disposición de Chopin, cuyo talento sirve a los intereses de la casa; y es que ¿Qué mejor publicidad para una firma de pianos que sean sus instrumentos los preferidos de un genio musical y que además está de moda?

En las ventanas, según lo comenta Liszt hay grandes cortinas de seda clara y muselina blanca.

La alcoba del dormitorio está cerrada por un velo de tul blanco. Al lado de la cama, una butaquita cuyo tapizado fue realizado por la señora Chopin, hay también un secreter que se ubica en medio de 2 ventanas, y un sahumerio de plata.

En el comedor hay un sofá de terciopelo rojo. Liszt, quien visita a su amigo con frecuencia dice de las paredes: “empapelado de color gris perla. La presencia en las paredes, de grabados y cuadros de armoniosa belleza”.

Una antecámara, una cocina y una habitación secundaria completan la vivienda de Chopin.

viernes, 22 de julio de 2011

De Liszt: En París

Los Liszt llegaron a París 2 semanas antes de la navidad de 1823.

Adam y Franz dirigen sus pasos al Conservatorio; el niño observa con devoción la entrada del mismo, llevan consigo una carta de recomendación del príncipe Klemens von Metternich, dirigida a Cherubini, quien en ese entonces era el director del recinto y a quien vemos en la imagen tomada de la wiki, gracias a esta carta los Liszt fueron recibidos por el mencionado director, tan pronto como estuvieron en su presencia, Adam empezó con su discurso, en el cual recalcaba que el Conservatorio era el único lugar donde el niño se podía perfeccionar y que por eso confiaba, con la más profunda devoción la enseñanza de su hijo a las manos de un maestro de tanta fama.

Cherubini preguntó entonces la nacionalidad del niño, y ante la respuesta: “Somos húngaros”, el director contestó que no podía tomarlo como alumno, ya que el reglamento de la escuela dictaba que solamente se podían recibir alumnos de nacionalidad francesa.

Al escuchar esto el niño rompió en llanto, mientras su padre cuestionaba: “¿No admitía el Conservatorio al niño que era por cierto, uno de los más grandes pianistas?”

Cherubini contestó secamente que no se trataba de las cualidades del niño sino del reglamento del Conservatorio, el cual debía ser respetado, y para lo cual él estaba ahí, terminó diciendo que no podría aceptar al mismísimo Mozart.

Bueno pues este músico al parecer se olvidaba que él mismo no era francés sino italiano, y que para toda regla hay una excepción, en fin él se perdió del privilegio de tener a Franz Liszt como alumno.

Adam Liszt no se desanimó, llevaba suficientes cartas de recomendación que le abrirían otras puertas, aunque las del Conservatorio les hubiesen sido cerradas.

Por otro lado Franz ya no necesitaba un maestro de piano, lo aprendido y desarrollado con Czerny era más que suficiente, eso sí su padre le consiguió maestros de teoría de la música y de composición y técnica, primero fue un compositor de ópera llamado Fernando Paer, luego Anton Reicha, quien había estudiado con Michael Haydn, hermano de Joseph Haydn.

Así Franz Liszt siguió su preparación e inició su nueva vida, en París, la cual estaría llena de música y de triunfos.

jueves, 7 de julio de 2011

De Chopin: ¿Cómo se siente Chopin en París?

En algún momento de 1832, Chopin escribe a su amigo Dominik Dziewanowski:

“He penetrado en la más alta sociedad; me siento al lado de embajadores, princesas y ministros.

Este es mi primer año conviviendo entre los artistas de aquí y pienso que tengo su amistad y su respeto. Una prueba de ese respeto es que hasta personas con gran reputación me han dedicado sus composiciones, antes de que yo hubiera hecho lo mismo por ellos: Pixis me dedicó sus últimas variaciones para banda militar; también hay quien ha compuesto variaciones de mis temas. Artistas consumados me toman como parte de sus lecciones e igualan mi nombre con el de Field. En resumen si fuera yo más estúpido de lo que soy, pensaría que estoy en la cima de mi carrera, pero sé que estoy muy lejos de la perfección; lo veo claramente ahora que vivo entre los mejores artistas.

Tengo 5 lecciones que dar el día de hoy; pensarás que estoy haciendo fortuna, pero los carruajes y guantes blancos cuestan mucho, y sin ellos no estaría yo a gusto.

Amo a los Carlistas, y no soporto a los Felipistas, yo mismo soy revolucionario; además no me importa el dinero, sólo la amistad.

Fryderyk.”

A juzgar por sus palabras, Federico se siente contento con su nueva vida, le agrada convivir con personas que comparten su gusto por el arte de la música, le complace ser reconocido y respetado; y nos deja ver que la comodidad y el buen gusto son muy importantes para él y que aunque tenga que gastar una buena parte de sus ganancias en ello, está conforme y lo ve más que como un lujo, como una necesidad.