jueves, 11 de septiembre de 2014

Del ciclo dedicado a Ricardo Castro en la Fonoteca Nacional de México


El pasado martes, asistí a la primera de tres sesiones de escucha dedicadas a Ricardo Castro y su música, esto en la Fonoteca Nacional de México, que se ubica en la hermosa Casa de Alvarado en Coyoacán.

Quien conduce y nos ilustra con sus conocimientos sobre la música en general, pero con un énfasis particular en la de Castro es el maestro Lázaro Azar.  El ciclo se llama: Ricardo Castro y sus influencias, y se lleva a cabo por ser este año el 150 aniversario del nacimiento del músico duranguense, además de la necesidad de dar más difusión a su música, la cual es muy hermosa.

El objetivo de esta primera sesión fue conocer de dónde salió y de quién se inspiró Ricardo Castro, tratando particularmente la música de salón.

Se nos dijo, que en la época en que vivió Ricardo Castro, finales del siglo XIX y principios del XX, el piano era un instrumento de la vida cotidiana de México, que prácticamente en todas las casas (salvo en las que se vivía con pobreza)  había un piano, estos pianos de la sociedad mexicana, eran traídos a México desde Europa, como una especie de lastre para los barcos. Pianistas de la época, entre otros artistas, venían a México porque eran muy bien pagados, y estas visitas que hacían no fueron desaprovechadas por Ricardo Castro, quien escuchó a muchos de aquellos buenos pianistas de su época que visitaban nuestro país, y ya luego también lo pudo hacer en el extranjero cuando estaba becado.
El maestro Azar compartió con nosotros varias grabaciones de estos pianistas, grabaciones hechas en fonógrafos y pianolas, pianistas que influyeron notablemente en la música de salón de Ricardo Castro.

Con la que iniciamos fue con una de Eugen d’ Albert, quien al visitar nuestro país solicitó a compositores mexicanos le proporcionaran música mexicana, y fueron Ricardo Castro y Felipe Villanueva quienes más aprovecharon la oportunidad. 

También escuchamos a Teresa Carreño, de quien nos platicó el maestro Azar, fue la primera mujer en grabar la sonata Waldstein de Beethoven. A Paderewski, quien fue el último gran pianista a quien escuchó Ricardo Castro en México, y quien lo desilusionó grandemente, al incurrir en vicios al tocar el piano, tales como “Quebrar” o “Agregarle de su cosecha”, el maestro Azar nos explicó que “Quebrar” es cuando las manos entran a destiempo una de otra, aunque la partitura indique que deben de tocar al mismo tiempo. Fue tanto lo que le impactaron y disgustaron estos vicios de un pianista tan renombrado como Paderewski, que Castro decidió retirarse de los conciertos, y las giras, y por dos años sólo se dedicó a estudiar, para no permitirse caer en este tipo de malas interpretaciones al piano.

Una vez que obtiene la beca por parte de Porfirio Díaz, y se traslada a París, conoce a muchos músicos, asiste a innumerables conciertos, aprende y toma influencias, el maestro Azar nos dijo que quien más impactó a Castro fue Emil Von Sauer, de quien nos puso una grabación de un vals de Chopin:Op64 No2, a mí me gustó particularmente escuchar a Von Sauer, quien estuvo casado con la pianista mexicana Angélica Morales y de quien leí una biografía, fue muy interesante y lindo escucharlo, en la biografía de Angélica Morales se habla mucho del talento de este músico alemán, que además fue alumno de Franz Liszt.

Escuchamos también la primera grabación que se hizo del Vals Capricho, interpretado por el pianista mexicano José F. Velázquez, interpretación que tiene de los vicios que a Castro no de gustaban, coincido con el maestro Azar, es una grabación muy valiosa por ser la primera que se hizo de este vals, pero la interpretación no es muy buena.

Se habló de la influencia de Chopin, que se escucha en los valses, mazurkas y polonesas de Ricardo Castro, de esto ya habíamos platicado en un post anterior, en el que la maestra Zuk nos explicó ampliamente esta influencia de Chopin en la música de Castro y Villanueva: Chopin y México 2 de 2

Entre otras piezas escuchamos la Impromptu Op41 de Castro, que para el maestro Azar, es de lo mejor de toda su escritura, a mí me ha gustado mucho, no la conocía.

Para finalizar la sesión escuchamos de nuevo el Vals Capricho, esta vez  interpretado al piano por la maestra Bolívar y acompañada por la Orquesta Sinfónica Nacional dirigida por el maestro Luis Herrera de la Fuente  ¡Ah que bonita interpretación! Pero para mí la más hermosa de todas es la que me regaló mi maestra Lolita el día que cumplí 18 años, y que fue también la última vez que la escuché tocar el piano.

Sólo estoy platicando de algunas de las grabaciones que escuchamos. Aquí el link del audio de la sesión de escucha: Sesión de escucha Ricardo Castro y sus influencias: Chopin y la música de salón

Las siguientes sesiones serán en Noviembre y Enero.

Y bueno como un granito de arena a este 150 aniversario del nacimiento de Ricardo Castro, voy a leer un libro que tengo de él: Álbum de Ricardo Castro, y por acá les platicaré.