Liszt, que es su amigo, dice:
“Su aspecto distinguido y sus modales impregnados de tanta aristocracia, hacen que involuntariamente se lo trate como a un príncipe.”El escritor Legouvé, describe lo que vio cuando conoció a Chopin:
"Un joven elegante, pálido y triste; tenía ojos negros de expresión dulce y de una pureza incomparable, cabellos castaños, casi tan largos como los de Berlioz, y que le caían sobre la frente de la misma manera. Lo mejor que se puede decir al hablar de Chopin es que, según la frase de Heine, es un ‘trinidad encantadora’. Su personalidad, su ejecución y sus obras armonizan tan bien entre sí, que es tan poco posible considerarlas aisladamente como se podría hacerlo con las facciones de su rostro.”
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