Estaba
hojeando la Revista Pauta dedicada a Chopin, en busca de algo que pudiera
compartirles, y me encontré la explicación de un par de retratos de mi amor
Chopin, hechas por Alfred Cortot. Me permitiré agregar otros dos retratos muy
famosos del músico polaco y que son mis favoritos:
Data de
1836 y fue pintado por la mismísima María Wodzinska, en la época en la que era
novia de Chopin, ya sabemos que ese noviazgo no se concretó, debido a que los
padres de María se opusieron por la débil salud de Federico. Este retrato se
encuentra en el Museo Nacional de Varsovia.
Mi favorito
es el retrato más conocido de Chopin, el cual fue pintado en 1838 por su amigo Eugène Delacroix, se dice que el pintor tenía la intención de mostrar en el mismo
cuadro tanto a Chopin como a George Sand: El lienzo mostraba al compositor tocando el piano mientras la escritora
está sentada a su derecha escuchando la música y cosiendo.
Sin embargo, como sucedió con
su relación, las pinturas permanecieron separadas, poco después de la muerte
del pintor, el cuadro fue partido en dos: Una, la del músico (mostrándose sin el piano), se expone actualmente en Paris, en el museo del
Louvre; y la de la escritora se encuentra en Dinamarca, en el Museo
Ordrupgard de Copenhague.
Ahora sí
voy con lo que encontré en la Revista Pauta:
Demacrado, con más melancolía
que dolor, el conmovedor rostro aparece marcado por los estigmas de la
enfermedad que no perdona. La boca y en mentón siguen siendo los de un
adolescente, salvo que los labios están exangües y la línea del óvalo embebida
de inquietante fragilidad.
Sólo una trémula nariz
borbónica –objeto de sus constantes bromas y que en otros podrá calificarse de
sensual- opone a esos amenazadores índices de consunción interior el extraño
ardor de su vitalidad.
Está aquí tal y como su
mensaje sonoro nos invita a imaginarlo y maravillosamente próximo a la ternura
compasiva que nos inspira su breve y dolorosa existencia, dividida entre una
irresistible necesidad de confianza y un instintivo terror a la decepción.”
Es importante mencionar que
este retrato claramente fue atribuido durante mucho tiempo a Luigi Rubio, hoy
se sabe que en realidad fue pintado por Teofil Kwiatkowski en 1843.
“Alfred Cortot sobre la
fotografía.
Embebido de cierta gravedad,
el ancho rostro de salientes fuertemente acusados despierta una especie de
concentración amarga y casi de rechazo instintivo a dejarse captar así por un
medio extraño a los fenómenos del espíritu y de la sensibilidad.
Una fatiga extrema a sus
rasgos contraídos se lee con evidencia. Una fatiga que lo mismo podría ser la
señal involuntaria de una defensa interior. La mirada firmemente tensa y casi
malintencionada, los labios nerviosamente crispados, todo prueba falta de
abandono y espontaneidad.
La placa sensible solo ha
retenido del ser una apariencia transitoria y propiamente exterior a su verdad
profunda. Sólo ha captado un rostro del que estaba ausente el alma, una
envoltura corporal en la que, por un momento, no habitaba su espíritu.”
La fotografía fue tomada por
Louis-Auguste Bisson en 1849, mismo año en el que Chopin muere.
Y bueno muy personalmente
puedo decir que el retrato que pintó María me gusta mucho, porque se mira un
Chopin guapo y contento, el de Delacroix me fascina, por ser una imagen
sumamente romántica; mientras que el de Teofil Kwiatkowski no me gusta mucho, y
el daguerrotipo, vaya pues me encanta que Chopin se haya animado a hacérselo,
pues el daguerrotipo es el antecedente de la fotografía que es otra de las
cosas que más me gustan y disfruto, pero sí, se le ve atormentado, no muy a
gusto en esa imagen, recordemos que fue hecho en el mismo año de su muerte,
cuando su salud estaba ya muy minada y supongo que eran pocos los momentos en
los que no se sentía mal.
Y esta frase de Cortot se va para mi colección:
"una irresistible necesidad de confianza y un instintivo terror a la decepción"
No hay comentarios:
Publicar un comentario