En la época que escribe los primeros estudios, el pintor Miroszewski toma a los 5 miembros de la familia Chopin como modelos de su pincel.
El cuadro que hace de Federico es la primera imágen cronológica que tenemos de él. Va vestido con una gran capa byroniana, que deja asomar ampliamente el cuello de la camisa. Dos grandes ojos sombríos: azules, casi grises y tiernos, sobresalen sobre el rostro pálido y juegan ampliamente bajo los párpados hendidos como almendras. La nariz, importante, parece recta, cuando es claramente curva. Los labios no tienen aún el grosor repulgado que más tarde dibijará la boca. Hay en su cara precursores de la consunción, algo de fino, de altivo y de huidizo, una distinción principesca. Por mucha atención que se ponga en los detalles siempre se vuelve a la mirada dulce. Sin duda, las mujeres jóvenes, no han debido de ser indiferentes a este rotro de bachiller romántico e inclusive novelesco.
A mí en este retrato Federico Chopin me parece bastante guapo!
Foto: La tomé del número cero de la revista que con motivo de su bicentenario publica El Instituto Federico Chopin.
1 comentario:
Lo verdaderamente asombroso es que una mujer con tal grado de sensibilidad se haya casado con alguien que carece de la más mínima.
Algo no cuadra.
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