lunes, 26 de julio de 2010

Un escucha de Chopin tuvo un altercado con Beethoven

Entre las personalidades que asistieron al primer concierto de Chopin en Viena estuvo el príncipe Lichnowski, quien en aquella época, y en la de Beethoven era un mecenas del arte y particularmente de los músicos, y fue con él con quien precisamente Beethoven tuvo un dramático altercado. Bernard Gavoty nos lo describe así:

En 1806, el príncipe Lichnowski, bienhechor de Beethoven, recibe a oficiales franceses que están de paso. Cuando se le pide que se siente al piano, Beethoven se niega. El príncipe reitera su orden. Beethoven, furioso, corre a encerrarse en su habitación. El príncipe ordena a sus criados que derriben la puerta, detrás de la cual encuentran al maestro, con los ojos chispeantes de cólera. Se apodera de una butaca, la blande; se la arrancan de las manos. Entonces, sin vacilar se va del castillo. En la primera parada, en el camino a Viena, envía unas líneas a su mecenas, quien las leerá con extremo enojo: “Príncipe, lo que sois lo sois por el azar de nacimiento. Lo que soy yo lo soy por mí. ¡Siempre habrá príncipes y nobleza, pero hay un solo Beethoven!”

NOTA Aclaratoria: El Lichnowski que escucha a Chopin se llama Moritz y es hermano de Karl, el príncipe mecenas de Beethoven. A diferencia de Karl, Moritz sí conservó la amistad con Beethoven y fue quien escuchó a Federico en su primer concierto en Viena, de hecho le ofreció para su segundo concierto el piano de Beethoven. Una disculpa por la confusión de los hermanos Lichnowski.

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