Es un libro
fabuloso que cuenta la historia de uno de los mejores corredores del mundo:
Scott Jurek, el libro fue escrito por él mismo con ayuda de Steve Friedman.
Inicia su
libro con este texto: “No te voy a empezar a contar extrañas parábolas sobre
inspiración y confianza. No te voy a prometer que para conseguir tus sueños
basta con tener fe. No; te voy a enseñar cómo me transformé.” Y en verdad lo
hace es un libro lleno de experiencias de lo que es lo suyo: Correr, correr y
correr; pero también nos deja ver sus experiencias de vida, ya que Scott como
todo ser humano, disfruta muchísimo de hacer lo que le apasiona, pero también
se ha topado con adversidad y dolor de índole personal que hasta le hizo pensar
en la posibilidad de dejar de correr, por suerte todo ese conflicto interno al
que se enfrentó lo pudo solucionar, y saben cómo, sí, corriendo. Este es un
libro de un SuperCorredor que es un ser humano y que es LA onda. Es un libro
que hasta recetas de cocina trae, las cuales se leen apetitosas jejeje. Bueno
pues les compartiré frases de este libro, ya saben que eso me gusta.
“Correr es
lo que hago; lo que amo. Correr es -en gran medida- lo que soy. Es el deporte
que he escogido como vocación, profesión, obsesión e inefable aunque
inmisericorde profesor. Corriendo es como afronto cualquier desafío.”
“Corría y
sigo haciéndolo porque he aprendido que una vez que comienzas algo, no puedes
abandonar, porque en la vida, en muchos sentidos como en el ultramaratón,
tienes que seguir adelante.”
“ ‘El dolor
sólo duele’ Entrenador Sorenso”
“Según el
bushido, la mejor disposición mental para la batalla -o la carrera- es el
vacío, tener la mente vacía.
Bushido es
desentenderse del pasado, del futuro y centrarse en el momento.”
“Podías
llevar tu carga de forma ligera o realizando un enorme esfuerzo. Podías preocuparte
por el mañana o no. Nada de eso importaba mientras estuvieras en movimiento.
Preguntarse por qué está bien pero eso no era acción. Nada me reconfortaba
tanto como el movimiento, como correr.”
Nos dice
que la Western States 100 era probablemente el utramaratón más conocido del
mundo, la primera vez que la corrió ganó, pese a que vomitó hasta no poder más, y
justo de ese momento en el que su cuerpo parecía que no se recuperaría nos
dice:
“Quería
algo, así que me moví para conseguirlo. Es simple. Es algo que todos llevamos
dentro. Mi cuerpo no estaba preparado para continuar, pero no me importaba. Ese
fue el momento en que tomé conciencia del poder de la fuerza de voluntad.”
Nos habla sobre
la carrera de Las Barrancas del Cobre, a la que Caballo lo invitó y luego
también Chris McDougall (Nacidos para Correr) quien
le prometiera que los tarahumaras le ofrecerían una buena carrera.
Para ese
entonces, Scott ya había modificado completamente su alimentación, ahora era
vegano, así que casi pone el grito en el cielo, cuando Caballo les dice a los
corredores americanos que de regalo lleven a los rarámuri coca-colas.
“Uno de los
miembros de la tribu parecía estar mirándome con un interés especial. Se
trataba de Arnulfo, el gran campeón de los tarahumaras el más veloz de los “corredores”.
McDougall me había hablado de él y Caballo le había hablado a Arnulfo de mí,
que yo también era un gran campeón.”
“Estaba
comenzando a hacerme a la idea de que esta carrera no iba a tener nada de
ociosa o de simple divertimento. Yo sabía que iba a darlo todo. Sería una falta
de respeto si no fuera así.”
“Yo era un
corredor profesional. Estaba en lo más alto de mi carrera. Estos tipos nunca
habían oído hablar de “carrera continua” ni de entrenamiento a intervalos. Ahí
es cuando de repente atisbé el verdadero secreto de los tarahumaras. Ellos no
se preparan para las carreras. No corrían para ganar ni para conseguir
medallas. No comían para poder correr correctamente. Comían y corrían para
sobrevivir.
Corren -y
viven- con gran eficiencia, sin muchos pensamientos inútiles.”
Y cuando
corrían la parte final de la carrera:
“Vi a
Arnulfo en la última vuelta. Intercambiamos una mirada y pude ver la fatiga y
la deshidratación en sus ojos. Pero también vi algo más. Vi al luchador que
llevaba dentro. Cambié mi ritmo y despertó en mí el instinto animal puramente
competitivo. En esta ocasión no fue suficiente. Arnulfo también lo tenía. Me
ganó por 6 minutos. Menos de 1.5 km.”
Y seguimos
con más frases, algunas con las que me identifico y todas que alientan para
seguir corriendo y para seguir adelante en todos los aspectos.
“Lo que me
importa más que la victoria en sí es lo que hago para alcanzarla y cómo lo
hago.”
“En la
Western States 2006 aprendí más de una lección. Una de ellas: no importa lo que
hagas, siempre va a haber gente que te odie. Lo que los demás piensen de ti
realmente no importa. El truco está en serte fiel a ti mismo.”
Nos dice
que el Hardrock es el ultramaratón más duro del mundo, el cual corrió por
primera vez con un esguince en el tobillo. Scott llegó primero.
“Algunas
personas se preguntan si un ultracorredor hardrocker agonizante y en los
estertores del agotamiento puede disfrutar el paisaje. Cuando descendí el
último tramo final, no es que lo disfrutara, es que me deleité, me regodeé”
Del
Spartathlon nos dice que es una carrera que inicia en la Acrópolis de Atenas y
termina frente a una estatua del rey Leónidas en Esparta, con una distancia
total de 245.3km
“De repente
me sentí más ligero y más fuerte. No sé
si fue su amabilidad (una señora que a su petición le dio cubitos de hielo y
que hizo que se pusiera ramitas de albahaca en sus orejas), el agua o la
albahaca… Era ese momento en que sientes que todo es imposible, en que seguir
adelante parece una estupidez y en que un pequeño acto de bondad, dar otro
paso, beber un trago de agua, te pueden hacer darte cuenta de que nada es
inútil, de que continuar –sobre todo cuando continuar parece absurdo- es lo que
más significado tiene en el mundo.”
Y cuando da
alcance y rebasa al puntero
“Aquel tipo
me caía bien, admiraba su valor y su tenacidad, pero cuando tienes la
oportunidad de desmoralizar a un competidor, lo haces. Y yo lo hice.”
“Separa los
pensamientos negativos de la realidad. No te preocupes de cosas que no van a
ayudarte. Seguí adelante.”
Nos platica
del tiempo en que su esposa decide que no quiere seguir más a su lado, y junto
con la muerte de su madre se pone muy triste y se siente perdido; y cómo sale
de ese bache y decide que abandonar el correr no es una respuesta, y que sí que
como siempre lo había hecho seguiría adelante. En ese período también pierde a
un amigo, el corredor Dave Terry, a quien visitó antes de que Dave decidiera
quitarse la vida, en esa ocasión Dave le dijo: “Scott. En ocasiones tenemos que
ir a lugares oscuros. Todo mejorará y tú crecerás, lo que pasa es que todavía
no lo sabes.”
Pasado un
tiempo se fue a correr al Gran Cañón junto con uno de sus amigos, iban solos y
fue una travesía mucho más difícil de lo que habían proyectado, sin embargo ahí
fue donde decidió poner fin a su período de oscuridad, donde decidió que
seguiría corriendo.
“Todos perdemos
en ocasiones. Fallamos al intentar conseguir lo que queremos. Nuestros amigos y
nuestros seres queridos se marchan. Tomamos decisiones de las que nos
arrepentimos. Intentamos dar el máximo y nos quedamos cortos. No es lo que
perdemos lo que nos define, sino cómo lo perdemos. Es lo que hacemos después.”
El libro
cierra con un epílogo en el que Scott nos platica de su segundo intento en
participar en una carrera de 24 hrs en Francia, esto en el ya lejano y muy querido
2010.
Esta parte
me encantó, porque aunque sea poquito, habla de música y de cómo la ve él en
esto de correr:
“Evité
llevar nada de música durante las ocho primeras horas porque quería estar
abierto a todo lo que me rodeaba y porque, cuando la monotonía se estuviera
convirtiendo en algo demasiado pesado, necesitaría la música. El pensamiento en
las melodías se convirtió en algo ansiado, más allá de la montaña cubierta de
nieve que marcaba el progreso en mi mente.
Los
investigadores especulan con la idea de que la música suprime el dolor,
básicamente porque el cerebro se centra en algo diferente –la melodía-.”
“Pero en la
retorcida carrera francesa, el futuro no importaba. El pasado, como su nombre
lo indica, había pasado. Solo estaba el camino, solo el movimiento. Solo el
ahora. Y el ahora era suficiente, más que suficiente. Era todo. Corrí. Corrí y
corrí”
Scott ganó
esa carrera e impuso un nuevo record americano para una carrera de 24 horas con
un recorrido de 266.7 km
Correr,
Comer, Vivir, es ya uno de mis libros favoritos, y Scott se ha colado en mi top
10 de personas que admiro. Mi amiga Caro fue quien me recomendó leerlo y se lo
agradezco mucho mucho, ha sido una lectura feliz y de aprendizaje. Mi mayor
deseo es también seguir adelante en todos los aspectos, seguir corriendo y
mejorando en eso y en todo. Mientras tanto
esta última frase del gran Scott Jurek:
“La vida no es una carrera. No hay una línea de
llegada. Corremos hacia una meta y alcanzarla o no es importante, pero no es lo
más importante. Lo verdaderamente trascendente es cómo nos movemos hacia ese
objetivo.”