miércoles, 8 de febrero de 2017

De que murió un melómano: Eusebio Ruvalcaba

Apenas hoy me he enterado de que ayer murió "El Escritor que vino al mundo a escuchar Música", así lo decía él mismo.

Es triste saber que falleció Eusebio Ruvalcaba quien fuera escritor, poeta, ensayista y periodista mexicano, pero más que nada era un melómano de hueso colorado. Decía que él había venido al mundo a escuchar música. Y a hablar sobre música. Y a escribir sobre música. 

Se entiende perfecto que la amara tanto, la llevaba en la sangre y desde su misma gestación, su padre fue un reconocido violinista y su madre pianista, así que siempre respiró música.

Nos hemos quedado sin ese melómano escritor, ya no habrá más jirones de música en la revista pauta como ese artículo que escribió sobre Chopin y que aquí les compartí De Chopin su cara a y b según Eusebio Ruvalcaba, también apenas hace unos días les compartí su colaboración sobre Alfred Cortot y los preludios de mi amor Chopin en la Revista de la Universidad de México. Se le va a extrañar.

Por cierto que tenía un blog, por si gustan leer https://eusebioruvalcaba.wordpress.com/

A manera de homenaje les comparto parte de sus jirones de música de la Revista Pauta nro.126, que es lo último que de él leí:

Silvestre Revueltas 
Un día pasó una banda por su pueblo, 
y se quedó bizco del pasmo.
Se dice que estropeó una tina de tanto golpe
que le dio. Por imitar el tambor.

Guty Cárdenas
Con su título de contador en las manos,
le dijo a su padre: "Con esto pago mi deuda.
De aquí en adelante soy músico."

Manuel M. Ponce
Salía a caminar por la calle de Damas, 
en la Guadalupe Inn.
En su cabeza, la guitarra y el piano
se disputaban el cetro. 

Agustín Lara
Mis maestros fueron los prostíbulos, respondió
alguna vez. Cuando cumplía años, las putas 
le obsequiaban una mujer virgen. Afuera de la XEW
lo esperaban por centenares. Noche a noche.

José Pablo Moncayo
Sacaba a rastras a su hermano Francisco, El Barrilito,
de las cantinas. No bebas tanto,
le decía, que te vas a morir. El Barrilito, 
violinista de prosapia, le sobrevivió años.

Ricardo Castro
De palidez extrema, su rostro parecía marcado
por un romanticismo clásico. Las mujeres 
lo espiaban cuando tocaba su piano Steinway
de media cola. Murió joven, con su madre al lado.

Higinio Ruvalcaba (padre de Eusebio)
Tocó de zurdo. Los mariachis lo miraban sonrientes.
Y recogían las monedas que el público de la calle
le arrojaba. Atilano González, su padrino, dijo:
"Este niño me gusta para mariachi". Y se lo llevó.

Eusebio Ruvalcaba
Tuvo dos preceptores: Mozart y Brahms.
Desayunaba vino con Schubert,
comía pato y cerveza con Beethoven
y cenaba arenques y ajenjo con Schumann.
Perdió la cabeza cuando puso papel pautado
en la máquina de escribir.

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