lunes, 6 de julio de 2015

De París: Chopineando el primer día

Llegué a París a medio día y después de acomodarme en un hotelito del distrito 9 puse mis pies rumbo al Sacré Coeur que no quedaba muy lejos, me gustó mucho caminar por ahí atravesando un parque lleno de chamaquitos que jugaban muy quitados de la pena. La iglesia del Sagrado Corazón es muy bonita, y la vista desde ahí espectacular, además me encantó ver el carrusel y recorrer las escalinatas que subió Nino el novio de Amélie, que es una de mis pelis favoritas.


De ahí, muy abrazada de mi guía de París me fui caminando rumbo a la tienda Printemps, y no precisamente de compras, sino para subir a su terraza, que leí en algún blog que tiene una vista sensacional de todo París, claro que antes me detuve en la Casa de la Opera, que es un edificio majestuoso.


Lo primero de comer que probé en París fue un helado de vainilla de la Mansión del Chocolate en la terraza que les comento y sí la vista desde ahí es genial; el helado estuvo delicioso aunque no tanto como aquel de Cows de la Isla Príncipe Eduardo. 


Desde la terraza ubiqué la iglesia de La Madeleine, que no estaba nada lejos, y que fue en donde se llevaron a cabo las exequias de Chopin, momento en el cual también se estrenó su Marcha Fúnebre. Hacia ahí me dirigí, pero erróneamente pensé que del lado del que llegué era la entrada, ya que se veía una gran puerta cerrada, y me dije, pues está cerrada, ya vendré mañana, era la parte trasera de la iglesia y eso lo descubriría un par de días más tarde cuando regresé al lugar.

Ya de regreso a mi hotelito para descansar, al atravesar una calle, miré hacia mi derecha, y ahí estaba la Place Vendôme, donde se encuentra la última vivienda que ocupó Chopin, lugar en donde murió. Sonreí y caminé hacia ahí, con un cielo azulísimo en una tarde preciosa, el apartamento de Chopin ahora es ocupado por la joyería Chaumet y en la parte de afuera hay una placa conmemorativa de mi músico favorito. Le di la vuelta a toda la plaza imaginándolo caminar por ahí, y pensando que sin planearlo así, desde mi primer día en París estuve Chopineando.





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