jueves, 16 de julio de 2015

De París: Día 4: Paseando en L’ Open Tour

Como el día anterior, aunque conocí cosas maravillosas y será por siempre inolvidable, me cansé mucho, caminé demasiado al grado que hasta me salió una ampollita en un dedo del pié derecho, cabe mencionar que en los poco más de dos años que llevo corriendo nunca me había salido una jeje; además el calor estuvo a tope, creo que llegamos cerca de los 40°; bueno pues esto fue lo que me hizo decidir que visitaría la Torre Eiffel en los camioncitos de L’ Open Tour (que es como el Turibús de acá de la Cdad. de México), y aprovecharlos para pasearme por todo París.

Llegué a uno de los kioskos de los camioncitos, que se encuentra junto a La Madeleine, compré mi boleto y esperé el siguiente, permanecería en él hasta llegar a la Torre Eiffel.

Cuando el camión dobló una calle y por fin la tuvimos de frente, lo único que puedo decir es que fue ¡amor a primera vista! Majestuosa y bella toda ella. En la imagen que les comparto y que tiene por fondo un cielo azulísimo hasta me parece que se sale de la foto. Creo que las palabras no dan para describirla, hay que estar ahí para verla y admirarla, y para sorprenderse por esa maravilla de la arquitectura.

Me formé algo así como 30 minutos para ascender por las escaleras hasta su primer nivel, ¿elevadores? ¡Naaaa! La vista que abarca todo París es muy bonita, además había aire y el día era muy claro. No subí al siguiente nivel porque no creo que la vista cambie demasiado, eso sí me quedé en el primero un buen rato, me eché un tente en pié en una como cafetería no techada que tienen ahí y miré y miré hasta que quise.



Quien me conozca, sabe que las alturas no son lo mío, así que el paso que di para pararme en el piso de cristal de la Torre fue uno muy grande jajajajaja.


La boutique que también está en ese piso tiene cosas muy bonitas, compré algo de recuerdo y descendí a esperar el siguiente camión con destino a Les Invalides, donde se encuentra la tumba de Napoleón, antes pasamos por la Escuela Militar, en donde él estudió.

Les Invalides fue creado para que fuera una residencia para militares franceses retirados, lisiados o ancianos, hoy es un museo y desde 1840 los restos de Napoleón se encuentran ahí; sigue albergando un pequeño hospital, al que los visitantes no pueden acceder.

Caminé por fuera de Les Invalides con el propósito de visitar el museo Rodin, por el camino que tomé hay un jardín muy bonito y al voltear a verlo miré mis flores favoritas: Lupinos, y también una vista que me encantó: La Torre Eiffel al fondo enmarcada por el follaje de los árboles de ese jardín. Al mirar eso me sentí feliz de estar ahí.

Al museo Rodin no pude entrar, había una larga fila para poder hacerlo; así que volví a tomar el camión para darme una segunda vuelta. L’ Open Tour tiene cuatro rutas, pero dado que ese día se celebró la marcha del orgullo gay; por cierto que fue el día en que legalizaron el matrimonio entre personas del mismo sexo en USA, lo cual me hizo recordar desde muy temprano a aquel querido amigo que ya no está en este mundo y que hubiera sonreído feliz ante la noticia y quien además tocaba el piano de una manera virtuosa; bueno pues por ese motivo se cerraron 2 de  las líneas de los camioncitos turísticos (la de Montparnasse y la que llegaba a la Bastilla) y para abordar la 4ta había que esperar y caminar un poco más de lo que estaba dispuesta, además era la de Montmatre, rumbo por el que ya había estado paseando a pié.

Volví a mirar a la Torre Eiffel le tome fotos con la luz de la tarde que me gusta más y la volví a amar, prometiendo regresar alguna vez.

Terminó mi día en un cafecito, cenando una rica baguette la mitad de jamón serrano y la mitad de pavo, con un vinito y un delicioso postre que consistió en un volován de crema pastelera y fresas.

No hay comentarios: