lunes, 22 de junio de 2015

De París


"París responde a todo lo que el corazón desea. Uno puede divertirse, aburrirse, reír, llorar o hacer lo que se le antoje sin llamar la atención, puesto que miles de personas hacen otro tanto... y cada uno como quiere" F.Chopin

... Tan fácil como tomar un avión.

viernes, 19 de junio de 2015

De Chopin: Un verano enamorado.

Una vez que Chopin reúne el dinero suficiente para sus vacaciones, decide pasar el verano con los Wodzinski, obvio el principal motivo de esto era María. Por el hermano de ella, Antonio, Chopin se entera de que la condesa y sus hijas irán a Marienbad; él llega al mismo hotel unos días después que ellas y permanece ahí del 28 de julio al 24 de agosto. Lo que pude leer de su estancia ahí es que se sabe que estuvo muy contento, alegre y enamorado, sin embargo mal de salud, el clima de Marienbad que en el día era seco y cálido y por las noches frío no le favorecía.

María lo llama “carissimo maestro” y lo hace posar mientras pinta un retrato de él, que es el que vemos en la imagen de arriba en este post.

La condesa lo quiere y trata como a un hijo. Chopin les toca el piano por las tardes y también hace de mimo, imita a Liszt, a Kalkbrenner y a Thalberg. Pero también trabaja, compone el primero y segundo de los Estudios Op.25, por cierto que el segundo lleva en la escritura del polaco la leyenda: “Retrato del alma de María”.

Después de esta estancia en Marienbad los Wodzinski regresan a Dresde y Chopin los acompañará, platicamos de eso en un siguiente post.



Pd. De corredera: El domingo corrí la carrera de Disney y me gustó mucho todo el show (al principio la playera no mucho jeje), me gustó más el circuito que fue en CU con variantes al que normalmente se corre ahí, pero lo que más me gustó es que bajé mi tiempo de 10 km. Mi app me anunció que a los 10 mi tiempo fue 55:29 y al final 10.26 km en 56:15. Y como me escribió un amigo “Eso es lo chido de correr,  que no compites contra nadie más que contigo mismo”. Así a mi playera de la emoción tristeza terminé poniéndole una gran sonrisa. (La medalla es la emoción furia jeje)

viernes, 12 de junio de 2015

De: Chopin su cara A y B según Eusebio Ruvalcaba

En el 2010 la revista Pauta le dedicó un  par de números a Chopin, con motivo de festejar su cumpleaños 200; ese número de la revista me costó un poco de trabajo encontrarla, pero la hallé en la librería del Centro Cultural Elena Garro en Coyoacán, ha sido la primer revista Pauta que leí y me hice fan de la publicación, por cierto he de ir a buscar algún número reciente. Bien, de la Pauta 115/116 releí el artículo de Eusebio Ruvalcaba, en donde muestra, en su particular punto de vista las caras A y B de Chopin, les comparto lo que más me gustó, en orden de menor a mayor:

De la cara A:

  1. Chopin le inoculó el veneno de la tragedia al romanticismo por vía intravenosa.

De la cara B:
  1. Quien pretende encontrar en la poesía la equivalencia de Chopin, habrá de remontarse a la bóveda celeste.
  2. Chopin produce adicción. Y ningún adicto cambia la coca por la piedra. Ningún adicto cambia a Chopin por Rachmaninov.
  3. El mejor momento para pedirle a una mujer que haga el amor contigo es cuando está escuchando a Chopin; con toda seguridad te va a decir que no.
  4. La música entra por donde encuentra una fisura; tal cual el agua se abre paso entre las rocas. En el centro de todo corazón existe una fisura llamada tragedia; es la fisura por la que entra Chopin.
  5. Chopin nunca envejece. Su edad está en la palma de la mano de cada hombre joven que lo escucha.
  6. El filo de la noche es Chopin.
  7. Cuando por fin la noche nos cubre y el manto de la tristeza se adueña de nuestra voluntad, cuando por fin dejamos de percibir en nuestras mejillas el dulce viento de la alegría de vivir, cuando nos damos cuenta de que hemos estado engañándonos, Chopin se presenta y nos da la mano. No estamos solos en nuestra desesperación. En nuestra derrota. Él nos mira con los ojos amorosos de sus Valses. Que nunca son nuestros.
  8. Un corazón cumple 24 palpitaciones por minuto. Son los preludios.
  9. Si abres el diccionario enciclopédico en la letra ch, la música escurre.

miércoles, 10 de junio de 2015

De Liszt: Franz y Marie

Como platicamos en los posts anteriores, Marie se vio deslumbrada con la figura del virtuoso del piano, recordemos que estaba casada con un hombre mayor y sin chiste a quien la unía el matrimonio y 3 hijos. En Liszt vio el reflejo de sus ideales de libertad y amor por las artes, además de que era un hombre guapísimo y encantador; era justo la clase de hombre por quien, a pesar de todos los razonamientos, dejaría a su familia y con ella a sus privilegios y posición social. Era Franz Liszt.

Él por su parte no tenía ningún compromiso, nada qué perder, ni familia a quien pudiera hacerle daño.

Como dijimos, Marie ya era madre de 3 hijos, pero hacia a finales de 1834, su hija mayor de 6 años muere de meningitis, lo que propicia una separación entre ella y Franz, un intento por terminar definitivamente y seguir cada quien con sus vidas. Marie pasa el invierno en Lamennais.

Pero su amor “prohibido” no terminaría ahí, en la primavera de 1835 se vuelven a ver y deciden huir hacia Suiza, primero llegan a Basilea y luego a Ginebra. Nadie hubiera predicho que este “gran y loco amor” terminaría de manera tan poco amable, y es que Marie se convirtió realmente en una pesadilla para Franz, pero para saber de eso todavía nos falta.

Antes de volverse a ver, Liszt le escribe:
“No hay en el mundo nada más que tú que sea la vida. Sin ti no hay en el mundo nada verdadero, nada divino… Déjame estar loco, ser un insensato. La realidad mezquina, prudente, estrecha, no me basta. Tenemos que vivir de toda nuestra vida, de todo nuestro amor, de todas nuestras desgracias…”

Ahora sí, ya equiparé los años en el relato de las vidas de Liszt y Chopin, en el siguiente post les platicaré del round pianístico entre Thalberg y Liszt, algo que causó revuelo en aquella época y en el que hasta Chopin se vio involucrado.

Foto: Fuente del Parque de los Venados, me gustó mucho la luz del agua, en medio de los oscuros del follaje de los árboles y sus sombras.

martes, 9 de junio de 2015

De: Liszt vs Thalberg

¿Quién era ese hombre que mientras Liszt vivía su “luna de miel” se apoderó del gusto de los parisinos? 
Pues fue un pianista talentoso del siglo XIX, nació en Ginebra en 1812 y muere en Nápoles en 1871. De apellido Thalberg, en 1835 se da conocer en Europa gracias a una gira, es precisamente en esa gira en la que deslumbra a los mismísimos fans de Liszt, gracias a su enamorada ausencia jajaja.

Y muy enamorado Liszt, pero cuando se entera de la creciente fama de Thalberg, decide regresar y demostrar quién es quién en el arte de no nada más tocar el piano. Además, en diciembre de 1835 nace la primera hija que tiene con Marie, la llaman Blandine, su llegada incrementa los gastos y hay que dar conciertos para hacerse de dinero.

El agarrón, (ejem) quise decir, el duelo pianístico se da en cuatro asaltos en 1836:

Primero, ya en París, Franz toca la transcripción de la Sinfonía Fantástica de su amigo Berlioz, suceso que desencadena un gran entusiasmo.

Tres meses después Thalberg, cuyo nombre de pila era Segismundo, obtiene un gran éxito en el Théâtre – Italien.

Liszt arremete alquilando la Sala de la Ópera y en un concierto de 2 horas reconquista a su público.

Finalmente se ven las caras, aunque quedaría mejor decir “se ven las manos”,  en un concierto que se da en los salones de la princesa Belgiojoso, organizado para una obra de caridad. Thalberg toca su Fantasía sobre Moisés y Liszt la suya sobre Niobé. El triunfo de Liszt fue avasallador y la opinión que externa la princesa resume la de los demás: 
“¡Thalberg es el primer pianista del mundo, Liszt es el único!”

A Chopin le preguntan su opinión sobre Thalberg y así se expresa, y algo más: 
“¡Lo mejor que tiene son los botones de su camisa, de diamantes!”, y parodia su ejecución al piano: lanza las dos manos a los extremos del teclado y dice “¿No se diría –pregunta a los oyentes, divertidos- que parte a la caza de las palomas?”… 
¡Tan dandy y filosito mi querido Chopin!

viernes, 5 de junio de 2015

De: El cuaderno de música de una pintora

Hace ya varios años (quisiera que no fueran tantos) fui al museo de arte moderno de Chapultepec a ver una exposición de Remedios Varo, una amiga de aquel entonces era fan y nos arrastró (por cierto que ella dice que me perdí en Moria jajaja), bueno, yo no sé de pintura, y la exposición a la que estaba dirigida de nuestra visita, pese a las muy buenas explicaciones de la amiga que me perdió en Moria, la recuerdo vagamente. De lo que sí me acuerdo es que en la planta baja del museo había una exposición de pintura de Joy Laville, me explicaron que es una pintora inglesa que fue esposa de Jorge Ibargüengoitia, escritor mexicano que ya en ese entonces conocía y gustaba de su literatura.

Recuerdo que las pinturas de Joy me gustaron mucho, su simpleza, alegría y desenfado simplemente me encantaron. Las vi todas y cada una con atención, sin buscar técnicas ni explicaciones, sólo porque eran agradables a mi vista, recuerdo que busqué alguna cuyo tema fuera la música, pero no vi ninguna, y pensé: ¡Ojalá Joy tenga pinturas sobre mi tema favorito y pueda conocerlas alguna vez!  Pues bien la oportunidad me llegó a través de la revista Pauta 111, y aunque no se pueden apreciar a color, me gustaron mucho, es obvio que mis favoritas son en las donde aparece un piano.

Creo que, como dice Alberto Blanco en la revista: “Joy Laville nació para cantar con los colores”. Aquí les dejo un poco de su Cuaderno de Música, espero lo disfruten.


lunes, 1 de junio de 2015

De Liszt: Cuando Marie lo vio por primera vez

La lluvia no me dejó correr, así que me apuro a publicar este post, con el que retomo la narración de la vida de Liszt en este blog.

Franz Liszt y Marie d’Agoult se conocieron una tarde de finales del año de 1833 en una fiesta que ofrecía la marquesa Le Vayer en su casa.

Marie, quien en un futuro, y copiando un poco (aunque con un pelín menos de talento y fama) a George Sand, escribiría bajo el seudónimo de Daniel Stern;  entre sus escritos nos dejó una descripción de este amor a primera vista:

"De pronto apareció la persona más extraordinaria que jamás había visto."

"Alto, extremadamente delgado, pálido, con grandes ojos color verde mar, que tenían un brillo como el que refleja el sol en las olas, rasgos fueres plagados de sufrimiento, vacilante en sus movimientos y que más bien parecía deslizarse en lugar de caminar, aparentemente preocupado, pero al mismo tiempo inquieto, como un fantasma a la espera de que el reloj se detuviera y lo convocara de nuevo a las sombras...

Franz charlaba con emoción, quitaba el aliento; con pasión pronunció pensamientos y opiniones totalmente extrañas a oídos como los míos, acostumbrados como estaban a escuchar, puntos de vista convencionales y banales. Recuerdo sus ojos brillantes, sus gestos y su manera de sonreír, a veces con seriedad y con una dulzura profunda, a veces irónico, cáustico."

A esta descripción de Marie, quiero agregar algo de lo que he leído, y es que ni sus rivales y detractores podían negar su amabilidad, honestidad y el ser buena gente y humanitario, la gente, su público lo amaba y eso no era de a grapa.
 
Es curioso, cuando leía para escribir este post, pensé que nunca me había imaginado la sonrisa de Chopin, y sí la de Liszt, de hecho al primero lo imagino serio, sobrio (lo que no es sinónimo de amargoso), a pesar de que dicen que era un gran mimo y poseedor de un gran sentido del humor; y al segundo, a Liszt lo imagino totalmente cautivador, guapísimo con esa sonrisa y sus hermosos ojos verdes, y hasta con su narizota… ¿quién no se iba a enamorar de él? Yo me enamoro cada vez.