miércoles, 10 de junio de 2015

De Liszt: Franz y Marie

Como platicamos en los posts anteriores, Marie se vio deslumbrada con la figura del virtuoso del piano, recordemos que estaba casada con un hombre mayor y sin chiste a quien la unía el matrimonio y 3 hijos. En Liszt vio el reflejo de sus ideales de libertad y amor por las artes, además de que era un hombre guapísimo y encantador; era justo la clase de hombre por quien, a pesar de todos los razonamientos, dejaría a su familia y con ella a sus privilegios y posición social. Era Franz Liszt.

Él por su parte no tenía ningún compromiso, nada qué perder, ni familia a quien pudiera hacerle daño.

Como dijimos, Marie ya era madre de 3 hijos, pero hacia a finales de 1834, su hija mayor de 6 años muere de meningitis, lo que propicia una separación entre ella y Franz, un intento por terminar definitivamente y seguir cada quien con sus vidas. Marie pasa el invierno en Lamennais.

Pero su amor “prohibido” no terminaría ahí, en la primavera de 1835 se vuelven a ver y deciden huir hacia Suiza, primero llegan a Basilea y luego a Ginebra. Nadie hubiera predicho que este “gran y loco amor” terminaría de manera tan poco amable, y es que Marie se convirtió realmente en una pesadilla para Franz, pero para saber de eso todavía nos falta.

Antes de volverse a ver, Liszt le escribe:
“No hay en el mundo nada más que tú que sea la vida. Sin ti no hay en el mundo nada verdadero, nada divino… Déjame estar loco, ser un insensato. La realidad mezquina, prudente, estrecha, no me basta. Tenemos que vivir de toda nuestra vida, de todo nuestro amor, de todas nuestras desgracias…”

Ahora sí, ya equiparé los años en el relato de las vidas de Liszt y Chopin, en el siguiente post les platicaré del round pianístico entre Thalberg y Liszt, algo que causó revuelo en aquella época y en el que hasta Chopin se vio involucrado.

Foto: Fuente del Parque de los Venados, me gustó mucho la luz del agua, en medio de los oscuros del follaje de los árboles y sus sombras.

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