jueves, 29 de julio de 2010

Se despide de Viena

Mientras llega la fecha del 2º concierto Chopin socializa: Fue frecuente visitante de los Blahetka, donde tocaba con Marie Leopoldine, defendiendo su piano y criticando el fortissimo de ella, hasta que la amable muchacha fue convencida razonablemente. También fue invitado de Czerny, famoso compositor y brillante maestro (a quien vemos en la imágen), discipulo de Beethoven y maestro de Liszt; cuando Federico lo visitaba tocaban composiciones para 2 pianos.

La fecha para el 2º concierto se fijó para el 18 de agosto y sería una especie de despedida de Viena ya que partiría al día siguiente.

El programa del 2º concierto comprendía: La obertura de Berokönig ópera de Lindpaintner, El Rondó a la Cracoviana de Chopin, La Polonesa de Mayseder para violín, ejecutada por el joven violinista Joseph Khayl, Las Variaciones sobre La ci darem la mano de Chopin y un ballet.

Para el Rondó Federico tocó con su mejor estilo y triunfó como pianista y compositor. Al finalizar esta pieza hubo un tremendo estallido de aplausos y ¡Bravos! Desde Lachner, el director, al afinador del piano, todos felicitaron a Chopin por su ejecución. Esto se repitió después de Las Variaciones, que cautivaron especialmente a Haslinger y Blahetka.

A la mañana siguiente se despide de sus nuevos amigos, quienes le piden que vuelva pronto. Wurfel le da cartas de presentación y lo insta para dar conciertos en Praga y Desde. Se va sin revisar las críticas de su concierto. A las 9 de la noche la diligencia parte hacia Praga.

lunes, 26 de julio de 2010

Un escucha de Chopin tuvo un altercado con Beethoven

Entre las personalidades que asistieron al primer concierto de Chopin en Viena estuvo el príncipe Lichnowski, quien en aquella época, y en la de Beethoven era un mecenas del arte y particularmente de los músicos, y fue con él con quien precisamente Beethoven tuvo un dramático altercado. Bernard Gavoty nos lo describe así:

En 1806, el príncipe Lichnowski, bienhechor de Beethoven, recibe a oficiales franceses que están de paso. Cuando se le pide que se siente al piano, Beethoven se niega. El príncipe reitera su orden. Beethoven, furioso, corre a encerrarse en su habitación. El príncipe ordena a sus criados que derriben la puerta, detrás de la cual encuentran al maestro, con los ojos chispeantes de cólera. Se apodera de una butaca, la blande; se la arrancan de las manos. Entonces, sin vacilar se va del castillo. En la primera parada, en el camino a Viena, envía unas líneas a su mecenas, quien las leerá con extremo enojo: “Príncipe, lo que sois lo sois por el azar de nacimiento. Lo que soy yo lo soy por mí. ¡Siempre habrá príncipes y nobleza, pero hay un solo Beethoven!”

NOTA Aclaratoria: El Lichnowski que escucha a Chopin se llama Moritz y es hermano de Karl, el príncipe mecenas de Beethoven. A diferencia de Karl, Moritz sí conservó la amistad con Beethoven y fue quien escuchó a Federico en su primer concierto en Viena, de hecho le ofreció para su segundo concierto el piano de Beethoven. Una disculpa por la confusión de los hermanos Lichnowski.

viernes, 23 de julio de 2010

Su Primer Concierto en Viena

Pasa la primera semana en Viena, han sido 7 hermosos y felices días, nublados sólo por el pensamiento de que es necesario que de un concierto.

Finalmente acepta el ofrecimiento que Gallenberg le hizo, el cual consistía en presentarse en el Teatro de la Opera Imperial y Real, del cual es el administrador, es un escenario venerable y temible. Chopin elige un piano Graff para su debut en Viena.

Este primer concierto tiene lugar el 11 de Agosto de 1829 y fue conformado por el siguiente programa: La obertura de Prometeo y un ballet; de Chopin sus variaciones sobre "La ci darem la mano" y unas improvisaciones que resultaron ser de "La Dama Blanca " y de una canción polaca llamada "Shmiel" (El hombrecito); ambas intervenciones del polaco separadas por un trozo de canto.

A la hora del concierto, la sala no estuvo llena, cosa que, como el mismo Chopin confesó, lo animó en realidad. Demer, el anciano director de escena le informa que, si bien no es una sala llena, hay personalidades notables entre el público: Lichnowski, Schwarzenberg, Wrbna y el mismísimo conde Deietrichstein de la corte imperial. Los compañeros de viaje de Federico eran sus espías de platea.

Saludado por los aplausos, se halló solo en el escenario del gran teatro. La orquesta estaba en la platea como en la ópera. Y llegó la hora de su interpretación.

Después de la primera variación, los aplausos fueron tan fuertes que no pudo oir el tutti de la orquesta. Con la improvisación de "La Dama Blanca" de Boïeldieu, con añadidura de la improvisación de la canción polaca "Shmiel", el publicó enloqueció de entusiasmo. Los aplausos se mezclaban con los gritos de "BRAVO"; incluso la orquesta que se había mostrado rebelde ante el joven desconocido se rindió al virtuoso y lo llenó de aplausos. Sus espías de platea, le informaron que el público se sobresaltaba en sus asientos. Gallenberg inmediatamente sugirió otro concierto.

Una vez pasada la euforia del emotivo concierto, Chopin escribe a sus padres tanto su perceptión, como los comentarios que recibió, aquí fragmentos de la carta a su familia: "ejecución de una sonoridad demasiado débil, demasiado delicado para oyentes acostumbrados, como los de aquí, a escuchar a los artistas que desfondan su piano. Pero a mí me gusta más eso, y no que me digan que toco con demasiada fuerza. Por lo menos tengo a las damas a mi favor: mi ejecución les gusta."

Las personalidades de la música como Schwarzenberg o Wrbna, hablaron de la elegancia de su ejecución, se lo encuentra simpático, gusta.

Del siguiente concierto en Viena platicaremos posteriomente.
Foto: Rosa Polaca la tomé en el Hospicio Cabañas el noviembre pasado que anduvimos de vacaciones por allá.

martes, 20 de julio de 2010

Rodeado de celebridades

En Viena conoce a mucha gente. El editor Haslinger, quien quiere publicarle la Sonata en do menor y las Variaciones sobre "La ci darem la mano", lo recibe amablemente.

Stein y Graff, 2 fabricantes de pianos rivales, le muestran sus más hermosos instrumentos.

Es presentado al conde Gallenberg, esposo de Guilietta Gucciardi (a quien vemos en la imagen), la que hizo sufrir mucho a Beethoven, le inspiró la Sonata Claro de Luna, y que al final prefirió a ese joven aristócrata.

Würfel, además de ser amigo de la familia, como ya platicamos antes, es el antiguo profesor de órgano de Federico, y es él quien lo presenta con gente importante: Schuppanzigh, jefe de un renombrado cuarteto, a quien Beethoven quería mucho; Seyfried un alumno de Mozart; Czerny, heredero de una gran tradición; y más músicos: Girowetz, Lachner, Merck, Lewi. Todos ellos se alegraron de conocer a Chopin, quien es recibido con el papel de "desconocido-conocido", "figura del año", "el extraño vestido de negro de quien se dicen maravillas". Le aconsejan establecerse en Viena, o bien pasar un buen tiempo ahí, y también le dicen que debe hacerse escuchar sin demora; con respecto a esto Federico es muy tímido y le cuesta decidirse a dar o no un concierto, está rodeado de celebridades, y él no ha practicado por más de 2 semanas, ¿se decidirá finalmente a hacerse escuchar en Viena? platicaremos de eso en el siguiente post.

lunes, 19 de julio de 2010

¡Llegó mi auto-regalo de cumpleaños!

Algunos meses atrás había yo visto en internet un libro que se llama Chopin’s Europe, la descripción decía que es un libro que cuenta la historia de Federico Chopin y la ilustra con fotografías de los lugares en los que estuvo presente físicamente, me creó bastante curiosidad.

A principios de julio me di cuenta que un vendedor lo tenía con un precio de casi 20 dólares más barato del de la tienda en la que suelo comprar por internet, y como mi cumple está cerca, tuve el pretexto perfecto para obsequiarme el libro que tanto me llamó la atención, al dar el último click a la transacción y ver cuánto costó en moneda nacional pensé, "ojalá que no me arrepienta".

Mi libro llegó el jueves pasado; había decidido envolverlo para regalo y abrirlo el 7 de agosto, pero ayer ya no aguanté la espera, abrí mi libro y me pude dar cuenta que es simplemente ¡maravilloso! Las fotografías son hermosas y en el texto de la historia de Chopin, al menos en lo que alcancé a leer, aprendí nuevas cosas.

Al admirar las bellas imágenes me dije, probablemente este año no pueda ir a Polonia, ni hacer mi tour chopinesco, pero mientras llega ese momento tengo este libro que me hará viajar con sus bellas fotografías y sus explicaciones.

viernes, 16 de julio de 2010

Conociendo Viena

Con sus partituras empacadas y algunas cartas de presentación, Chopin emprende su viaje hacia Viena. No va solo, lo acompañan 4 compañeros de clase: Hube, Celisnki, Maciejowski y Brandt.

Se detuvieron en Cracovia una semana y pudieron admirar los tesoros históricos de la antigua capital de Polonia, también hacen una excursión a Ojow, Federico se siente plenamente feliz. Prosiguieron su viaje a través de las hermosas montañas de Beskid y finalmente el 31 de julio de 1829 llegan a Viena.

De inmediato visita a Wurfel, quien es un antiguo amigo de los Chopin, y a Nidecki, alumno de Elsner; fue recibido con atenciones y afecto. Le muestran las calles de la ciudad y lo llevan a las casas de Schubert, Gluck, Haydn, Mozart y Beethoven, ya desde entonces estas casas son un santuario. Se paseó por la catedral donde Haydn a los 8 años cantaba en el coro, por el palacio imperial en el que Mozart a los 6 años dio un recital; y, en Hamberger Haus Beethoven había tomado de Haydn sus primeras lecciones. También fue a la ópera, escuchó 2 óperas de Rossini, una de Boïeldieu y otra más de Meyerbeer.

Mientras estaba leyendo este pasaje de su visita a las casas y lugares de músicos que él admiraba, me lo pude imaginar con la cara llena de fascinación y contento; cara que yo espero tener cuando visite los lugares en los que él dejó grabada su presencia.
Supongo que cuando él paseó y admiró aquellos lugares no imaginó que él llegaría a provocar el mismo sentimiento en millones de gentes, a quienes nos encanta seguir sus huellas.

jueves, 15 de julio de 2010

¡Debe salir al extranjero!


Una vez terminados sus estudios en el Conservatorio, y aprovechando los recientes éxitos de Federico, Nicolás Chopin dirigió una solicitud a Grabowski quien era ministro de instrucción pública.
Aquí un trozo:
“Tengo un hijo cuyas innatas dotes para la música piden que se le eduque en este arte. Su Majestad Imperial, el difunto zar Alejandro, de bendita memoria, se dignó graciosamente regalarle una preciosa sortija, como muestra de su satisfacción cuando mi hijo tuvo el honor de ser oído por el monarca, Su Majestad Imperial. Su Alteza Imperial el Gran Duque, Comandante Supremo del Ejercito, tuvo a bien graciosamente permitirle a menudo dar pruebas ante Su Serenísima presencia de los progresos de su talento. Y, finalmente, muchos de los más altos personajes y entendidos en música pueden apoyar la creencia de que mi hijo podrá ser una honra para su país en la profesión que eligió, si se le dan facilidades para proseguir hasta el fin los necesarios estudios. Terminó ya sus estudios preliminares; con respecto a esto, me remito al testimonio del Sr. Elsner, rector de la Escuela Superior de Música y Profesor de la Universidad. Todo lo que necesita ahora es visitar países extranjeros, especialmente Alemania, Italia y Francia, de modo que pueda formarse según los mejores modelos. Como para efectuar tal viaje, que puede durar tres años, se requieren de fondos que mis modestos recursos, basados exclusivamente en mi sueldo de profesor, son insuficientes a proveer, dirijo a V.E., Señor Ministro, mi más humilde súplica rogándole se sirva obtener del Consejo de Administración alguna ayuda para el viaje de mi hijo, tomada de los fondos de que dispone el gobierno.”
Grabowski propuso que se concedieran a Federico Chopin 5000 zlotys anuales; pero el gobierno rechazó la disposición del ministro, alegando que “los fondos públicos no se podían disipar en apoyo de semejantes artistas”. En cambio, Tomás Nidecki, compañero de estudios de Federico, había conseguido una beca como la que solicitaba Nicolás Chopin para su hijo.

En esta época, Viena sigue siendo con París, una de las 2 grandes capitales de la Europa musical. Beethoven ha muerto allí 2 años antes, Schubert el año siguiente, Haydn, Gluck y Mozart vivieron allí, el pequeño Liszt estudió allí con Czerny y Salieri, muchos amigos o alumnos de los grandes maestros mantienen viva su tradición, la ópera goza de gran renombre, los más célebres virtuosos aspiran a presentarse en la ciudad. Chopin sabe que Viena puede ser para él un trampolín para un impulso decisivo. Estando allí, espera poder tener contacto con los editores, hacerse conocer y presentarse de forma adecuada y provechosa.

Con esa resolución y con un poco de dinero que son ahorros de su padre, Federico Chopin se lanza a la conquista de Austria. A fines de julio de 1829 toma la diligencia a Viena.

martes, 13 de julio de 2010

La mano de un pianista


¿Cómo era la mano de Chopin? ¿Era la mano típica del pianista ideal?
La mano de Federico Chopin nos la describe Bernard Gavoty de la siguiente manera: Largos dedos delgados, claramente separados de sus bases, articulaciones y ligamentos tendinosos. Gran facilidad de dislocación y de extensión. La del pulgar chato está especialmente desarrollada. Una musculatura fina de incersiones robustas. Se dice que tiene "dedos de terciopelo", "dedos de serpiente".
El alumno de Chopin, llamado Georges Mathias expresó: "Una osamenta de soldado bajo una apariencia frágil".

Continuemos con su historia: Al día siguiente de la partida de Paganini, Chopin presentó sus exámenes finales en el Conservatorio. En su informe del 20 de julio de 1829, Elsner escribió "Federico Chopin, especial habilidad, genio musical, etc."
El joven gradudado de los cursos de armonía y contrapunto del Conservatorio se hallaba dispuesto a enfrentarse con el mundo.

Foto: Réplica mortuoria de su mano, tomada de la wiki.

jueves, 8 de julio de 2010

Paganini en Varsovia

Es claramente cierto que Niccolo Paganini fue el más grande violinista que ha existido. Así lo pensaban Liszt, Berlioz, Rossini, Schubert y Schumann, quienes expresaron alguna vez lo siguiente:
Suchumann: “Marca un giro en la historia del virtuosismo”
Liszt: “¡Qué hombre, qué violín, qué artista! ¡Cielos!”
Berlioz: “El único de su especie”
Rossini: “He llorado nada más 3 veces en mi vida. La primera fue a raíz del fracaso de mi primera ópera. La segunda durante un paseo en barco, cuando una pavita trufada cayó al agua. La tercera, al escuchar tocar a Paganini.”
Goethe: “No entendí muy bien lo que pasaba. Sencillamente, vi una columna de llamas y de fuego…”
Fue una de esas raras figuras que pueden electrizar la atmósfera de una habitación con su presencia. Su nombre eclipsaba el esplendor de los tronos y deslumbraba a toda Europa. En 1829 contaba con 47 años y era conocido como “El violinista infernal”, llamado así por una leyenda que su propia madre había contribuido a lanzar: ¡su vástago era hijo del diablo! Niccolo no había hecho nada para disipar ese rumor que para él era halagador, muy al contrario, acentuaba por medio de artificios la palidez de sus mejillas, la extenuación de su rostro, el aspecto insólito de su silueta, bastante parecida a un esqueleto.

Lo rodeaban anécdotas sorprendentes como la que cuenta que un crítico de vista penetrante pretendió haber distinguido, detrás de Paganini, al diablo en persona, que movía el arco del violín en lugar de Niccolo.

En dos compositores en particular la influencia de Paganini fue decisiva y ninguno de los dos era violinista. Uno fue Liszt y el otro Chopin. Ambos resolvieron que harían en el piano lo que Paganini hacía con el violín. Aquellos dos hombres con el mismo deseo al mismo tiempo, llevarían a cabo esta resolución cada uno en su estilo, y esto es una de las más fascinantes delicias en la historia de la música, además de que constituye el capítulo más importante en la larga y colorida historia del piano.

Chopin quedó deslumbrado con Paganini, y como un tributo en su honor compone una paráfrasis con el título “Recuerdos de Paganini”, que es una variación de “El Carnaval de Venecia”, un tono popular que Paganini usaba como base para algunas de sus propias variaciones deslumbrantes. Se debe decir que el "Estudio No.1 Op.10", rinde un testimonio más elocuente a la iluminación que recibió del virtuoso violinista. Quizá la audacia y la originalidad del artista más viejo animó al joven en esta primera afirmación de su propio temperamento.

martes, 6 de julio de 2010

Una soprano canta en su corazón

Debido a la reserva de Federico Chopin, no sabemos nada acerca de sus emociones o las que provoca. Sus éxitos mundanos y artísticos no le dieron temeridad. Además teme a las manifestaciones del ridículo que él descubre en los demás. El temor al qué dirán es ya muy vivo en él. Alejandrina de Moriolles y María Wodzinska tienen sin duda un sentimiento hacia el seductor maestro; pero él se conforma con bromear en su compañía. Sólo el nombre de una hermosa soprano aparecerá muy pronto en sus cartas confidenciales que escribe a su amigo Titus Wojciechowski.

La primavera de 1829 trajo nuevos aires revolucionarios a la capital polaca. El zar Nicolás I, que había sucedido a Alejandro, era esperado en Varsovia, donde se le coronaría como Rey de Polonia. Elsner componía una nueva misa para la ocasión, pero los jóvenes anhelaban la revolución y hacían caso omiso de los preparativos, reuniéndose en cafés y platicando al respecto.

Por esos mismos días, y también debido a los festejos para el zar Nicolás I, se anuncia que Paganini visitaría Varsovia, y Federico está decidido a no perderse sus presentaciones.

Una de aquellas veladas de festejos por el zar, la del 21 de abril de 1829, quedó eternamente grabada en su memoria. Escuchó un programa con obras de Haydn, Händel y Cherubini, con orquesta, coros y solistas. Madame Meier, de la ópera, recibió los mayores aplausos, pero a Federico le gustó especialmente otra solista, una linda muchacha de cabellos rubios, ojos azul oscuro y graciosa figura. Aquella noche un nuevo sentimiento se unió a sus inspiraciones en su estudio. Días después, al leer una reseña de aquel concierto en la “Gaceta Polaca” supo el nombre de aquella joven era Konstancja Gladkowska (a quien podemos ver en la imágen que saqué de uno de mis libros de consulta). No compartió su secreto con nadie, ni buscó la oportunidad de conocerla; se contentaba con verla en la iglesia y en eventos culturales, y gracias a la presencia del zar en la ciudad tuvo varias oportunidades de admirarla.

Me pregunto, siendo tan querido y admirado, ¿por qué Chopin sería tan tímido?

viernes, 2 de julio de 2010

Su primer retrato


En la época que escribe los primeros estudios, el pintor Miroszewski toma a los 5 miembros de la familia Chopin como modelos de su pincel.

El cuadro que hace de Federico es la primera imágen cronológica que tenemos de él. Va vestido con una gran capa byroniana, que deja asomar ampliamente el cuello de la camisa. Dos grandes ojos sombríos: azules, casi grises y tiernos, sobresalen sobre el rostro pálido y juegan ampliamente bajo los párpados hendidos como almendras. La nariz, importante, parece recta, cuando es claramente curva. Los labios no tienen aún el grosor repulgado que más tarde dibijará la boca. Hay en su cara precursores de la consunción, algo de fino, de altivo y de huidizo, una distinción principesca. Por mucha atención que se ponga en los detalles siempre se vuelve a la mirada dulce. Sin duda, las mujeres jóvenes, no han debido de ser indiferentes a este rotro de bachiller romántico e inclusive novelesco.

A mí en este retrato Federico Chopin me parece bastante guapo!
Foto: La tomé del número cero de la revista que con motivo de su bicentenario publica El Instituto Federico Chopin.