Pintor
francés que murió un día como hoy en 1863 y con quien Chopin tenía una amistad
cercana. Delacroix es considerado el máximo representante del romanticismo burgués de la pintura
francesa de la primera mitad del siglo XIX.
Era un melómano
apasionado, por lo que prefería tener como amigos a los músicos y también a los
escritores, de amigos pintores él pasaba.
Con Chopin su amistad tenía toques paternales,
él era ya un gran artista de la época cuando conoció al polaco, a quien además
de verlo lejos de casa, su condición enfermiza hacía que el pintor lo quisiera
de forma protectora. Recordemos que él y Pauline Viardot (alumna y amiga de
Chopin) fueron quienes organizaron una colecta para que Chopin tuviera una
tumba muy hermosa.
De Chopin el pintor
opinaba en uno de sus diarios lo siguiente:
“Es un hombre de una rara distinción. Es el
artista más verdadero que he conocido. Y uno de los poquísimos que podemos
admirar y estimar enteramente. Chopin, hombre exquisito para el corazón y, ni
necesito decirlo, para el espíritu.”
Cuando visité el Musée du Louvre, buscaba el retrato que Delacroix pintó
de Chopin, como ya lo platiqué la sala
en la que se encuentra estaba cerrada al público, pero en mi búsqueda vi varios
cuadros del pintor, todos muy buenos, muy reales, el que me gustó más, es el de
La Huérfana en el Cementerio, y es que la muchacha parece viva.
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