Mientras tanto en Varsovia, la insurrección mal dirigida por generales incapaces, se desmorona. El príncipe Adán Czartoriski, quien presidía el gobierno nacional, buscaba, por caminos diplomáticos, el apoyo de una potencia extranjera; tan desesperado era el asunto que incluso ofreció la corona real de Polonia a un archiduque austriaco: el duque Reichstadt, cuya respuesta fue que se abstenía. Francia, que acaba de recibir el golpe de una revolución, permanece callada. Polonia estaba debilitada y dividida y los rusos no tardarían en aprovecharse de esta situación.
Lejos de los suyos y deprimido por el resultado mediocre de un viaje desilusionador Chopin se desmorona. Nos deja ver através de su pluma, en su cuaderno de notas, que en su cabeza hay imágenes dramáticas, trastornadoras y macabras:
"Stuttgart, septiembre de 1831 ¡Cosa extraña! Es posible que este lecho en el cual voy a acostarme haya servido a más de un moribundo, y este pensamiento no me produce hoy desagrado alguno.
¿Pero en qué sentido un cadáver es menor que yo? ¡El cadáver tampoco sabe nada de su padre ni de su madre, ni de sus hermanas, ni de Tytus!
¡Tampoco un cadáver tiene una amada, no puede hablar en su idioma a quienes lo rodean! Un cadáver es pálido como yo. Está tan frío como en este momento lo estoy yo frente a todo. ¿Por qué vivimos una vida tan desgraciada, que nos devora, y que sólo sirve para convertirnos en cadáveres?
La una de la noche suena en los relojes de las torres de Stuttgart. ¡Ah! ¿Cuántos seres humanos mueren en este mismo instante en todo el mundo? Todos son hermanos de la muerte.
¿Para qué sirve mi existencia? No sirvo para nada entre los hombres; porque no tengo pantorrillas, ni músculos: una pobre carita... ¿Estaría mejor con pantorrillas? Un cadáver no tiene más que yo. Otra semejanza. Decididamente, no me falta mucho para fraternizar con la muerte...
¿Konstancja ha simulado que me amaba? ¡Es un enigma sin resolver! ¿Me ama de verdad? ¡Que haga lo que quiera!
¿Estas son lágrimas? Hace tiempo que no brotan de mis ojos. ¡Una tristeza seca me había invadido desde hace tiempo, que me era imposible llorar desde hace muchos dias!
He dejado de llorar. No cabe duda de que fue una especie de muerte momentánea de mis sentimientos; durante unos instantes morí para mi corazón. O más bien mi corazón murió durante un momento para mí ¿Por qué no para siempre? ¿Es posible que eso me resultara más soportable? Solo, solo...
¡Ah mi desdicha no se puede describir! Mi pasaporte vencerá el mes que viene, y ya no podré vivir en el extranjero; por lo menos no podré hacerlo oficialmente. Y entonces me pareceré más a un muerto..."
No hay comentarios:
Publicar un comentario