sábado, 20 de noviembre de 2010

Tristes noticias

Los presentimientos y dudas expresa en su cuaderno de notas (y que pudimos leer en el post anterior), no lo engañaron se entera que el 5 de septiembre de 1831 los ejercitos rusos han llegado a las fortificaciones de Varsovia. La primera línea de defensa atravesaba Powazki, donde estaba enterrada Emilia, y Wola, la familiar Wola, que Federico había cruzado tantas veces para ir a la finca de los Skarberk, y donde Elsner lo había despedido con su cantata. Las trincheras eran defendidas por el general Sowinski, quien opone una resistencia heroica hasta el instante en que, cercado por el enemigo muere perforado a bayonetazos. Finalmente el 8 de septiembre Varsovia capitula. Esto representó el abandono de toda perspectiva de independencia, el adiós a las bellas esperanzas de desquite que había acunado toda una generación, de la que Chopin formaba parte. Una vez más, Polonia se encuentra en el fondo del abismo.

Después de enterarse de estas terribles noticias, Federico se desahoga en su cuaderno de notas, y se le nota desesperado, impotente y muy triste.

"Stuttgart, después del 8 de septiembre de 1831.
Escribí las páginas precedentes sin saber que el enemigo se hallaba dentro de la casa. Los suburbios han sido destruídos, incendiados.
¡Jan! ¡Wilus! Probablemente murieron.
¡Sowinski, el querido general en manos de esos canallas!
¡Oh Dios! ¿Tú existes? ¡Sí, existes y no nos vengas! ¿No estás ya harto de los crímenes moscovitas? ¿o es que eres moscovita también?
¡Mi pobre padre! ¡El ser más querido, quizá muerto de hambre, sin dinero para comprar pan para mi madre! Mis hermanas quizás han caído bajo la furia de las desatadas bestias moscovitas. Madre tierna y paciente, ¿has sobrevivido a tu hija para ver como pisan sus huesos los moscovitas que vienen a oprimirte?
¡La ciudad incendiada! ¡Ah! ¿Por qué no pude al menos matar a un moscovita? ¡Oh Tytus, Tytus!
¿Dónde está Konstancja? ¡Quizá en manos de los moscovitas! ¡Un moscovita la oprime, la estrangula, la asesina, la mata! ¡Ah mi amada, estoy solo aquí, ven a mi lado para que te enjugue las lágrimas y calmaré las heridas del presente recordándote el pasado, el tiempo en que todavía no existían los moscovitas!
¿Es posible que ya no tenga madre? y yo, con las manos vacías, aquí, sólo suspiro de vez en cuando ¡vuelco mi desesperación en el piano! ¡Para qué sirve Dios, mi Dios, resquebraja la tierra y que ella devore a los hombres de este siglo, que las torturas más crueles atormenten a los franceses que no nos han auxiliado!"
Foto: General Sowinski, imágen tomada de la Wiki.

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