miércoles, 27 de octubre de 2010

Soledad en Viena

Federico trata de distraerse, sus amigos de la colonia polaca lo visitan y con ellos evitaba abrumarse por la situación de la patria.

Escribe a sus padres platicando su vida, les cuenta que Hummel está terminando un retrato suyo y se los describe:

"En el estoy en un taburete, vestido con un batón, y el rostro inspirado, no sé por qué".

Hace amistad con Joseph Slavik, primer violinista de la orquesta imperial y colabora con él en algunas variaciones de Beethoven para violín y piano.

Strauss y Lanner tocan, en una famosa posada donde él desayuna a veces, los valses vieneses que le encantan y los potpurrís clásicos que lo irritan. Compone un vals y algunas mazurkas.

Sin embargo se siente muy solo, lo atormenta el recuerdo y la incertidumbre de su bienamada ciudad y de sus seres queridos, así lo podemos leer en el siguiente extracto de una carta dirigida a su amigo Jan Matuszynski:

"A media noche me fuí solo a San Esteban. Cuando entré no había nadie allí. Me quedé de pie en el rincón más oscuro, al pie de una columna gótica, no para rezar, sino para contemplar el inmenso edificio a aquellas horas. El esplendor, la grandeza de aquellas enormes bóvedas es indescriptible. Estaba silencioso, sólo de vez en cuando interrumpía mi ensueño el paso del sacristán que encendía las velas. Un ataúd detrás de mí, un ataúd a mis pies... sólo sobre mí no había un ataúd. En mi cabeza se fraguaba una armonía triste... Sentía mi soledad más que nunca."
También recuerda mucho a Konstancja y siente celos de no poder estar cerca de ella y le escribe a Jan:
"Dile que hasta el dia de mi muerte, y que aún después de mi muerte, mis cenizas se depositarán bajo sus pies."
Y en la misma carta una frase que sintetiza la esencia de Federico Chopin:
"En los salones parezco calmo, pero cuando vuelvo a casa me descargo en el piano."
Justamente de esta época data el primer esbozo del Scherzo en si menor, en el que podemos escuchar esa descarga de la que le habla a su amigo: la ráfaga y la canción de cuna, el desencadenamiento del odio y el colmo de la ternura.

Y escuchando esta pieza la frase de Shumann no podía ser más adecuada: "¿Chopin? Cañones bajo las flores"

Foto: Retrato de Chopin realizado por Hummel

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