miércoles, 31 de diciembre de 2014

De Adiós al 2014

2014... vaya año.
Difícil, pero también con muchos kilómetros en mis tenis, música linda en mis oídos y en mis manos, y con muchas oportunidades para revalorarme y valorar más lo que tengo en mi vida, sobre todo la salud, mi familia y la amistad sincera.
Este año coleccioné en mi agenda diaria frases que leía o escuchaba por aquí y por allá, las cuales quiero compartir con ustedes.
También les comparto un poema de mi escritora favorita, Lucy Maud Montgomery, con mi sincero deseo de que les vaya muy bien en el 2015 y que sea para todos un año de salud, alegrías, aprendizaje, amistad y sonrisas, ¡ah! y de mucha música.
El Libro de Año Nuevo
Por Lucy Maud Montgomery
El libro de Año Nuevo se encuentra abierto para ustedes,
Queridos amigos, para que todos escriban en él.
Sus páginas no tienen un punto o una mancha:
Mirad que permanezca sin estropearse,
Teniendo todo el cuidado,
Con esfuerzo y voluntad,
Para hacer de este volumen una cosa pura y justa.
No escribas en él ningún registro erróneo ni de maldad
Pero sí la nobleza y valentía y los actos de buena voluntad.
No dejes que la maldad influencie sigilosamente
Para oscurecer las páginas con las sombras.
Pero escriban todos los días,
A medida que el año avanza,
Luminosos pensamientos de alto valor que brillarán para siempre.
Pongan en él el esplendor y la esperanza de su juventud,
Líneas de honor, y gloria y belleza y verdad,
Tentaciones y debilidades fortalecidas
El sol de las sonrisas y la bendición de la canción,
Siempre esforzándose para que no haya
Un error o una mancha
Este hermoso libro del año puede ser genial.
Este registro una vez escrito lo estará para siempre,
No hay tiempo para borrar, para  arrepentirse y contradecir,
Con lo malo o lo bueno, con su alegría y sus lágrimas,
Estará firmado y sellado por el ángulo de los años.
Entonces vamos a estar atentos
Puesto que Dios ha decretado
Que en la eternidad lo que hemos escrito es lo que leeremos.

viernes, 5 de diciembre de 2014

Murió el Maestro Luis Herrera de la Fuente

Me voy enterando del fallecimiento del Maestro Luis Herrera de la Fuente. Una pena para la música.
Hace un par de años leí su extraordinario libro La música no viaja sola, del cual escribí un post que aquí pueden leer: La música no viaja sola

De ese libro, y a manera de un pequeño homenaje al maestro Herrera de la Fuente les comparto estas frases que me encantaron:
 
“La Música no viaja sola, viaja con la vida, se entreveran”.

“Tener orquesta es la circunstancia feliz en la carrera. No la busque; mi matrimonio con la música es de amor”.

“La vida es para vivirse, no para explicarse. La música igual, es para escucharse, gozarse, tocarse, no para explicarse”.



martes, 2 de diciembre de 2014

De El Monumento a Chopin

El 27 del mes pasado, escribí que El Monumento a Chopin cumplió 88 años, hoy voy a platicar un poco más de él.
 
Fue creado por un escultor y pintor polaco llamado Waclaw Szymanowski, quien vivió de 1859 a 1930.
 
Se encuentra ubicado en el Parque Real Lazienki, que es el más grande de Polonia, cuenta con 76 hectáreas. Este parque fue diseñado en el siglo XVII en un estilo barroco y adquirido por el rey Stanislaw August Poniatowski en 1764, quien lo hizo su residencia, el castillo del rey se encuentra en el lago y se conoce como "El Palacio del Agua"



Otras edificaciones que se encuentran en este parque son: El Teatro de la Isla, La Casa Blanca (donde vivía la amante del rey), El Palacio Myslewicki, El viejo y el nuevo Invernadero de Naranja, El Templo de Diana, El Templo Egipcio y La Torre de Agua.
 
En cuanto al Monumento a Chopin, está hecho en bronce y su diseño se inició en 1907, y se planeaba erigirla para 1910, a manera de celebración de los 100 años del nacimiento del gran músico polaco, pero esto no pudo ser debido a controversias sobre su diseño que retrasaron la obra, además de que estalló la primera guerra mundial. Finalmente fue terminada en 1926.

Al ser un tesoro para el pueblo polaco, durante la intervención alemana, fue el primer monumento destruido por los nazis (desgraciados), el 31 de mayo de 1940, siendo restaurada en 1958.

 
 
 
Hay una réplica de esta hermosa estatua en Hamamatsu Japón, y hay planes para erigir otra frente al lago de Chicago.
 
A los pies de este monumento se llevan a cabo, desde 1959 conciertos de la música de Chopin todos los domingos a las 4 p.m. desde el mes de mayo y hasta septiembre. A mí me gusta mucho y espero visitarlo.
 
 

jueves, 27 de noviembre de 2014

miércoles, 26 de noviembre de 2014

jueves, 13 de noviembre de 2014

De el Vals del Adiós

Como ya hemos platicado, los valses de Chopin no son bailables, son evocativos y emocionales, no invitan como los de Strauss a bailar, por cierto que de Strauss mi vals favorito es El Murciélago.
 
Sobre el Vals del Adiós, que Chopin escribió en 1835, mucho se dice que fue inspirado y escrito para María Wodzinska, pero no hay que dejar que el romanticismo nos arrastre a fantasías. Esta fantasía se dio debido a un relato imaginado del conde Wodzinski, que era sobrino de María, el relato es el siguiente: "Era una tibia noche de septiembre,  todavía brillante como una noche de verano. Abajo, a la puerta, aguardaba el coche de posta. Había un ramo de rosas sobre la mesa, y María tomó una y la tendió a Federico. Este se puso muy pálido,  la mirada inspirada, como si hubiese escuchado una de esas canciones interiores que lo obsesionaban. Entonces se acercó al piano e improvisó un vals. Más tarde,  María lo llamó El vals del adiós. Se creería escuchar en él, después del murmullo de dos voces enamoradas, los golpes repetidos del reloj y el rodar de ruedas sobre el pavimento, cuyo ruido cubre el de los sollozos contenidos. Varias semanas más tarde, María recibía de París el vals copiado. Yo he visto ese precioso manuscrito. Arriba, esta sencilla dedicatoria: 'A la señorita María ' y abajo 'Dresden, septiembre 1835'."
 
El vals en la bemol mayor op 69 no 1 fue dedicado a la señorita Charlotte de Rothschild. A María, así como a otras personas, cuyos nombres también aparecen al márgen de la dedicatoria, el vals fue ofrecido, o lo que es lo mismo, es una obra con dedicatoria múltiple. Pienso que si Chopin lo  hubiera compuesto con fines románticos, la dedicatoria de la pieza sería para una sola persona: María, y no habría lugar para las dudas.
 
Chopin no lo publicó en vida, porque a pesar de ser muy bello no lo consideraba suficientemente bueno... Me pregunto por qué.
 
María y Charlotte
 
 



 

domingo, 2 de noviembre de 2014

De mantenerme ocupada

En mi afán de mantenerme ocupada estos días, saque las telitas de música que compré el año pasado, y me he inventado la tarea de coser un quilt navideño-musical para mi piano, sólo espero tener la voluntad de terminarlo, de ser posible para inicios de Diciembre... Ya les contaré... En breve más de Chopin y Liszt.

lunes, 27 de octubre de 2014

De por qué no me podía perder la carrera de la cruzada contra el cáncer de mama

Ya tiene más de un año que el correr se volvió parte de mi vida.
 
Lo que más me gusta de correr es disfrutar del movimiento de mi cuerpo, escuchar la música que selecciono para cada corrida, sentir el aire en mi cara, también me encanta mi soledad en esos momentos, esforzarme y ver que ¡sí las puedo!
 
Ayer corrí la carrera de la cruzada contra el cáncer de mama de Avon. Me encontraba toda enferma de tos y gripa, por lo que me costó mucho trabajo completarla, ya que no podía respirar bien, además hacía mucho frío, el día de hoy estoy pagando las consecuencias, pero no me arrepiento. Me fui despacito para lograr mi objetivo que era terminar la carrera en un tiempo x, no me importaba tanto ese número de medición como cruzar la meta con una sonrisa, y es que esta carrera me la dediqué a mí misma.
 
Sucede que a finales del pasado mes de junio me llevé el susto de mi vida, bueno, hasta el momento; en mi chequeo anual me detectaron mucha fibrosis en las mamas, me mandaron un ultrasonido y ahí estaba, una lesión que se veía muy sospechosa; tras una mastografía y dos biopsias se determinó que era una lesión benigna. En agosto me la extirparon, mi Doctor quien es genial, me operó, como él mismo lo dijo, con mucho amor y es que a penas se nota la pequeña cicatriz que quedó de esa operación.
 
Debo decir que mi lesión no me la sentí hasta que el Doc me puso los dedos donde estaba, era profunda y difícil de percibir. Se me grabaron mucho sus palabras: "Lo más importante para todas las mujeres es que conozcan bien sus mamas y que se exploren, para que en cuanto sientan algo anormal se chequen". Hay que tenerlo en cuenta siempre.
 
Creo que nunca había sentido tanto miedo, ansiedad y angustia, la posibilidad de enfrentar algo así me hizo sentirme muy mal, la verdad es que mientras esperaba los resultados de las biopsias, especialmente de la segunda que se hizo con más precisión, estaba yo cagada de susto, claro que me documenté para saber a lo que me podría o no enfrentar, porque es mejor siempre estar informado y saber a qué atenerse, aunque muchas veces esto no sirva para tranquilizarnos.
 
De esta experiencia aprendí que no importa por lo que estemos atravesano, y que por mucho que no nos guste lo que nos pasa o estamos viviendo, no nos podemos hacer a un lado, a todo hay que hacerle frente y sobre todo si se trata de nuestra salud, que no hay que perder de vista que de quien más necesitamos para salir adelante es de nosotros mismos, claro que el cariño sincero y las atenciones de familiares y amigos nunca están demás, muy al contrario, y  yo fui afortunada al respecto.
 
Es por eso que de cualquier manera, con gripa y tos, y siendo un foquito de infección, no podía perderme esta carrera que me dedico con todo mi amor.
 
 
 


 

jueves, 11 de septiembre de 2014

Del ciclo dedicado a Ricardo Castro en la Fonoteca Nacional de México


El pasado martes, asistí a la primera de tres sesiones de escucha dedicadas a Ricardo Castro y su música, esto en la Fonoteca Nacional de México, que se ubica en la hermosa Casa de Alvarado en Coyoacán.

Quien conduce y nos ilustra con sus conocimientos sobre la música en general, pero con un énfasis particular en la de Castro es el maestro Lázaro Azar.  El ciclo se llama: Ricardo Castro y sus influencias, y se lleva a cabo por ser este año el 150 aniversario del nacimiento del músico duranguense, además de la necesidad de dar más difusión a su música, la cual es muy hermosa.

El objetivo de esta primera sesión fue conocer de dónde salió y de quién se inspiró Ricardo Castro, tratando particularmente la música de salón.

Se nos dijo, que en la época en que vivió Ricardo Castro, finales del siglo XIX y principios del XX, el piano era un instrumento de la vida cotidiana de México, que prácticamente en todas las casas (salvo en las que se vivía con pobreza)  había un piano, estos pianos de la sociedad mexicana, eran traídos a México desde Europa, como una especie de lastre para los barcos. Pianistas de la época, entre otros artistas, venían a México porque eran muy bien pagados, y estas visitas que hacían no fueron desaprovechadas por Ricardo Castro, quien escuchó a muchos de aquellos buenos pianistas de su época que visitaban nuestro país, y ya luego también lo pudo hacer en el extranjero cuando estaba becado.
El maestro Azar compartió con nosotros varias grabaciones de estos pianistas, grabaciones hechas en fonógrafos y pianolas, pianistas que influyeron notablemente en la música de salón de Ricardo Castro.

Con la que iniciamos fue con una de Eugen d’ Albert, quien al visitar nuestro país solicitó a compositores mexicanos le proporcionaran música mexicana, y fueron Ricardo Castro y Felipe Villanueva quienes más aprovecharon la oportunidad. 

También escuchamos a Teresa Carreño, de quien nos platicó el maestro Azar, fue la primera mujer en grabar la sonata Waldstein de Beethoven. A Paderewski, quien fue el último gran pianista a quien escuchó Ricardo Castro en México, y quien lo desilusionó grandemente, al incurrir en vicios al tocar el piano, tales como “Quebrar” o “Agregarle de su cosecha”, el maestro Azar nos explicó que “Quebrar” es cuando las manos entran a destiempo una de otra, aunque la partitura indique que deben de tocar al mismo tiempo. Fue tanto lo que le impactaron y disgustaron estos vicios de un pianista tan renombrado como Paderewski, que Castro decidió retirarse de los conciertos, y las giras, y por dos años sólo se dedicó a estudiar, para no permitirse caer en este tipo de malas interpretaciones al piano.

Una vez que obtiene la beca por parte de Porfirio Díaz, y se traslada a París, conoce a muchos músicos, asiste a innumerables conciertos, aprende y toma influencias, el maestro Azar nos dijo que quien más impactó a Castro fue Emil Von Sauer, de quien nos puso una grabación de un vals de Chopin:Op64 No2, a mí me gustó particularmente escuchar a Von Sauer, quien estuvo casado con la pianista mexicana Angélica Morales y de quien leí una biografía, fue muy interesante y lindo escucharlo, en la biografía de Angélica Morales se habla mucho del talento de este músico alemán, que además fue alumno de Franz Liszt.

Escuchamos también la primera grabación que se hizo del Vals Capricho, interpretado por el pianista mexicano José F. Velázquez, interpretación que tiene de los vicios que a Castro no de gustaban, coincido con el maestro Azar, es una grabación muy valiosa por ser la primera que se hizo de este vals, pero la interpretación no es muy buena.

Se habló de la influencia de Chopin, que se escucha en los valses, mazurkas y polonesas de Ricardo Castro, de esto ya habíamos platicado en un post anterior, en el que la maestra Zuk nos explicó ampliamente esta influencia de Chopin en la música de Castro y Villanueva: Chopin y México 2 de 2

Entre otras piezas escuchamos la Impromptu Op41 de Castro, que para el maestro Azar, es de lo mejor de toda su escritura, a mí me ha gustado mucho, no la conocía.

Para finalizar la sesión escuchamos de nuevo el Vals Capricho, esta vez  interpretado al piano por la maestra Bolívar y acompañada por la Orquesta Sinfónica Nacional dirigida por el maestro Luis Herrera de la Fuente  ¡Ah que bonita interpretación! Pero para mí la más hermosa de todas es la que me regaló mi maestra Lolita el día que cumplí 18 años, y que fue también la última vez que la escuché tocar el piano.

Sólo estoy platicando de algunas de las grabaciones que escuchamos. Aquí el link del audio de la sesión de escucha: Sesión de escucha Ricardo Castro y sus influencias: Chopin y la música de salón

Las siguientes sesiones serán en Noviembre y Enero.

Y bueno como un granito de arena a este 150 aniversario del nacimiento de Ricardo Castro, voy a leer un libro que tengo de él: Álbum de Ricardo Castro, y por acá les platicaré.

jueves, 27 de marzo de 2014

Heinrich Heine escribe acerca de Liszt

Heinrich Heine  fue un poeta alemán que llega a vivir a París en 1830, exiliado de su patria y huyendo de una persecución de la que era objeto por ser judío y liberal. Se queda en París hasta su muerte en 1856, ahí se codea con intelectuales y artistas, entre los cuales se encuentra Liszt. Se conocen en 1831 y se hacen amigos.

Heine también era periodista y crítico, gracias a ello podemos leer la descripción que escribió de una velada bohemia, con Liszt como el centro de atención:
Deslizando sus manos por el pelo dejando al descubierto su frente inspirada nos muestra una de sus manifestaciones más deslumbrantes de combate. La sangre parecía surgir de las teclas. Si no estoy equivocado, tocó un pasaje de Palingénésie de Ballanche, trasladando las ideas de éste a la música, algo que es de bastante ayuda para aquellos quienes no pueden leer el trabajo original del famoso escritor. Luego tocó ‘Marcha au supplice’ de Berlioz, una espléndida pieza escrita por el joven compositor, creo que la mañana del día de su boda. Las caras de todos en el salón se tornaron pálidas y cenizas, pechos agitados, con gran expectación durante los silencios, y finalmente ensordecedor aplauso. Las mujeres llegan casi al estado de embriaguez cuando Liszt toca para ellas.”

Muchos otros escritores han descrito el efecto que provocaba Liszt en las mujeres, decían que de pronto, sentado al piano levantaba la mirada del teclado, y fijaba sus ojos en alguna mujer de la audiencia sometiéndola a su hechizo durante el tiempo que él elegía, haciéndola sentir que estaba tocando sólo para ella. ¡Si a mí me hubiera pasado, yo creo que sí me hubiera desmayado! Y hasta ahora entiendo, tan sólo de imaginarme bajo el hechizo de Liszt, a esas chicas que he visto en documentales y que siempre me parecieron estúpidas por desmayarse al ver a los Beatles.

Un crítico americano llamado James Huneker, quien escuchó a Liszt ya al final de su vida, dijo con malicia que podía inspeccionar las sillas después de un recital de Liszt y decir donde habían estado sentadas las mujeres.
Pero sigamos con Heine, quien comparando a Chopin y Liszt dijo: “Chopin es la tierra de la poesía. La tierra de Mozart, Raphael y Goethe”. “Liszt es el hijo de su época, interesado en la humanidad no sólo un pianista plácido para entretener a la gente.”

Y más de Heine sobre Liszt:
No es un pianista para los ciudadanos respetuosos de las leyes o somnolientos que se hacen a un lado.
Es de resaltar que nadie habla de él con indiferencia. Y lo que testifica más elocuentemente su nivel es el incalificable respeto que incluso sus oponentes le tienen.

“No obstante de mi amistad con Liszt, su música no tiene un efecto agradable en mis sentimientos.”

Liszt, por su parte también describiría a su amigo como “El más alegre y parisino de los alemanes.”

En la imagen, que tomé de la wikipedia, vemos al Heine de 1831.

miércoles, 12 de marzo de 2014

De Toca Conmigo

Hace unos días mi esposo me mandó la liga de una noticia acerca de un proyecto llamado “Toca Conmigo”, el cual llevará a las calles de la Ciudad de México a 20 pianos, para ser tocados por quien se anime, no es necesario que seas un virtuoso del piano, ni siquiera que sepas tocarlo mientras te den ganas de hacerlo.
Los pianos serán personalizados y decorados por artistas plásticos, dice la nota.

Este maravilloso proyecto es organizado por la asociación Crescendi, que nos dice que “Toca Conmigo” es un proyecto artístico y social que busca:
·         Abrir el acceso al piano para impulsar la educación artística.
·         Sensibilizar al público a través de la música.
·         Promover las artes en espacios públicos y lograr un intercambio cultural.
·         Apoyar el trabajo de artistas mexicanos.

“Toca Conmigo” es un proyecto que se une al de “Play Me I’m Yours”, creado por el inglés Luke Jerram y que se ha instalado, desde el 2008, en ciudades como Londres, Sydney, París, Nueva York, Sao Paulo, entre otras. Al respecto, he de decir que he visto videos de mi pianista favorita, Valentina Lisitsa tocando en una calle de París y en una estación de trenes de Londres,  mi querida Val formado parte de este proyecto genial, que ahora llega a México.

En cuanto terminé de leer la nota quise saber dónde se ubicarán los pianos para visitarlos, fotografiarlos, pero más que nada para tocarlos, espero llegar a los 20, pero si no puedo completarlos no importa, lo que sí importa y mucho es participar en este proyecto, con el piano que te topes, tócalo, siéntelo porque es ¡LA ONDA! y te puedes enamorar.

Este proyecto estará vigente del 23 de marzo al 13 de abril de 2014 y esperemos que se repita en más ocasiones. Justo un 23 de marzo participé en un concierto de piano inolvidable, festejaré ese, que ha sido uno de los momentos más felices, tocando en la calle.

La ubicación de los pianos, según la página de cultura del DF será: Centro Histórico (Alameda Central, explanada de Bellas Artes, calle Francisco I. Madero y Santo Domingo); Chapultepec-Polanco (explanada del Museo de Antropología e Historia, Plaza Uruguay, Casa del Lago, Plaza Antara y Parque Lincoln); delegación Benito Juárez (Casa de Francia); Condesa-Roma (Parque Río de Janeiro, Parque México y Parque Luis Cabrera); en el Sur (Plaza San Jacinto y centro de Coyoacán); Plaza Satélite, y en la Red de Faros de la Secretaría de Cultura (Oriente, Tláhuac, Indios Verdes y Milpa Alta).

¡Salgamos a la calle y Toquemos Con Ellos! 

jueves, 6 de marzo de 2014

De Chopin: Visitando a Mendelssohn y a Schumann

Después de visitar a los Wodzinska y en su camino hacia París, Chopin se detiene en Leipzig con la intención de visitar a Mendelssohn, a los Wieck y Schumann. Llega a Leipzig el 26 de Septiembre de 1835 y se dice que se alojó en el Hotel de Saxe.

Primero visita a Mendelssohn, se reconocen y pasan el tiempo entre música y charla, tan contentos el uno con el otro y tan entretenidos, que olvidan que deben visitar a la casa de los Wieck, en donde verán a Schumann; cuando se dan cuenta de la hora acuden rápidamente. Hay una anécdota que dice que al llegar a la casa de los Wieck y tocar a la puerta Mendelssohn grita desde fuera: “¡Aquí está Chopin!” y se va muy de prisa, y es que sabía que el Sr. Wieck se encontraría enfadado por la demora.

Una vez que lo recibieron, Chopin conoce a Schumann y a una jovencita de 16 años, Clara Wieck, que en un futuro se convertiría en Clara Schumann y quien toca para Chopin dos de sus Estudios y la Sonata en Fa Sostenido de Schumann, su manera de interpretar la música impresiona favorablemente al polaco, quien a su vez toca su Nocturno Opus 9 No.2 en mi bemol mayor, su música y su interpretación hacen que el Sr. Wieck olvide su enfado y admire profundamente a Chopin.

Por su parte, Schumann, quien ya admiraba a Chopin desde hace tiempo, es en ese momento director de una publicación semanal sobre música, y publica la impresión que le causó la visita de Federico a Leipzig: “El estilo de su ejecución es único, como el de sus obras; su ejecución me ha cautivado profundamente. No temo llamarlo virtuoso consumado… He experimentado un extremo placer en encontrar por fin un verdadero músico. Nos ha hecho conocer algunos de sus nuevos Estudios. Chopin me juró que vendría a Leipzig en invierno, para asistir a la audición de mi sinfonía, que yo querría tocar en su honor.”

También Mendelssohn deja testimonio de la visita de Chopin, en una carta a su padre y hermana: “Chopin estuvo aquí. En cuanto a mí, de nuevo me encantó su manera de tocar, y estoy seguro de que si tú, papá, oyeses algunas de sus mejores piezas, tocadas como él las toca, dirías lo que yo. En su ejecución hay algo completamente original, y al mismo tiempo tanta maestría, que se le puede llamar virtuoso perfecto. Porque yo sé apreciar la perfección, para mí fue un día muy agradable. Me alegré de ver nuevamente una meta clara y perfectamente definida, tan distinto de esos semivirtuosos y semiclásicos que quieren combinar en su música los honores de la virtud con los placeres de la vida. Aunque nuestros estilos sean tan distintos, como el cielo y la tierra, me es más fácil comunicarme con un hombre como él que con esas semipersonas.”

Finalmente Federico continúa su viaje rumbo a París, pero tiene que parar por unos día en Heidelberg, debido a que enferma de bronquitis, la cual no se curaría al llegar a París, por ahí de mediados de Octubre, muy al contrario, en Noviembre recae e incluso llega a escupir sangre y a tener fiebres altas acompañadas de alucinaciones; este estado lo hace permanecer alejado de todos, alejamiento que propició el falso rumor de su muerte. Veremos más adelante cómo su estado de salud afectará en su relación con María, quien por este tiempo es la dueña de sus pensamientos y de su amor.

martes, 25 de febrero de 2014

De Liszt: Una crónica de Madame Boissier

A partir de 1830 Liszt se encuentra en un período de estudio y de creatividad, pero también de esplendor. Tiene una magnífica reputación como maestro, que aunada a su elegancia, encanto y a que era muy guapo, hizo que la sociedad parisina no le quitara el ojo de encima.

Es de esta época que data la crónica de Madame Auguste Boissier, quien era una dama culta oriunda de Ginebra y que vivía en París, mamá de una de las alumnas de Liszt. Esta crónica la escribió en su diario y describe un poco el cómo era Liszt a sus ojos:

Acerca de él y su madre: “Uno no puede imaginarse dos personas más diferentes entre sí, sin embargo hacen su camino juntos por la vida con afecto mutuo, y en la pequeña casa están presentes la armonía y la felicidad.” 

En los textos que he encontrado, se describe a Liszt siempre modesto, incluso humilde, nunca agobiante, impaciente o intolerante.

Sobre su forma de enseñar: “Para hacer su explicación más clara, suele leer en voz alta páginas enteras de alguno de sus autores favoritos, exponiendo la relación entre la música y la literatura. Él ha leído mucho y absorbido todo, ofrece sus puntos de vista de la forma más interesante y atractiva, sin arrogancia o esa afectación particular a la que muchos artistas son propensos.”

Un consejo de Liszt a su alumna Valérie (hija de Madame Boissier): “Se paciente contigo misma, arruinarás todo si tratas de hacerlo muy rápido. La misma naturaleza trabaja despacio, sigue su ejemplo.”

Una descripción de Liszt al piano: “Sus dedos son muy largos, sus manos pequeñas y estrechas. No las mantiene en una posición redondeada, postura que dice hace tocar seco, lo cual es algo que detesta.  Al mismo tiempo no las mantiene planas -en realidad son tan flexibles que no tienen una posición fija… Nunca toca con sus brazos o sus hombros. A él le gusta que el cuerpo tenga una posición vertical con la cabeza inclinada hacia atrás y no hacia adelante-  es lo que exige con más énfasis. Se opone resueltamente al estilo de tocar pretencioso, afectado o forzado, y su principal preocupación es la autenticidad del sentimiento musical… Por otra parte, no es fácil de encontrarse satisfecho consigo mismo, y a veces salta del piano con desesperación, porque no logra la perfección buscada. ”

Pero lo que más buena impresión de Liszt causó en Madame Boissier y en su hija, fue que aunque se movía en los mejores círculos sociales y tenía una colorida vida social, para él era tan importante el sentimiento de su vocación de artista, como su voluntad de ponerse a disposición para servir a los demás, particularmente de aquellos menos privilegiados. A lo largo de su carrera tocó en innumerables conciertos de caridad, obsequiaba dinero a los jóvenes aspirantes de músicos, y al final de su vida, y a pesar de que impacientaba a sus amigos con este hecho, daba lecciones gratis prácticamente a quien se lo pedía… ¡Ah que ganas de haber estado cerca para pedirle enseñanza!

Sobre su filantropía dice Madame Boissier: “Él solía visitar hospitales, asilos para enfermos mentales, casas de juegos, bajaba a las mismísimas mazmorras e incluso charlaba con los hombres de las celdas de los condenados.” En 1832 los principales beneficiaros de sus obras de caridad fueron las víctimas de la epidemia de cólera que azotó a París en esos días, en los sitios en los que tocaba, pedía caridad para la gente enferma.

Y para concluir la crónica de Madame Boissier, su juicio: “Si no hubiera tenido el genio de la música, se hubiera convertido en un importante filósofo y escritor.”

Debo decir que disfruté mucho leyendo acerca de la crónica de Madame Boissier, particularmente me encanta la descripción que hace de él sentado al piano, siempre es genial conocer el testimonio de alguien que conoció a los grandes y que, como en este caso, hace una crónica estupenda.

jueves, 13 de febrero de 2014

Del testimonio de Liszt de cuando conoció a Beethoven

Mientras me pongo al corriente, en lo que se refiere a la vida de F. Liszt, les dejo un texto que recién leí y que es lo que Liszt le narró a su alumna Lina Ramann, a cerca de la ocasión en que él conoció a Beethoven.

“Primero toqué una pieza pequeña de Ries. Cuando hube terminado, Beethoven me pidió si podía tocar una fuga de Bach. Elegí la fuga en Do Menor de la Clave bien temperado. ‘Y ¿podrías también cambiar de tonalidad la fuga?’ Me pidió Beethoven. Afortunadamente fui capaz de hacerlo. 
Después de mi acorde de cierre miré hacia arriba. La mirada oscura y brillante del gran maestro se posaba sobre mí. De repente una suave sonrisa pasó por su rostro sombrío, y Beethoven se acercó a mí, se inclinó, puso su mano sobre mi cabeza y me acarició el pelo varias veces. ‘Un diablo de compañero’ murmuró. 
De pronto me sentí valiente y le pedí ‘Ahora, ¿Puedo tocar algo de usted?’. Beethoven sonrió y accedió. Toqué el primer movimiento de su Concierto en Do Mayor. Cuando concluí Beethoven me tomó con sus dos manos, me besó en la frente, y dijo gentilmente: ‘¡Ve! ¡Eres uno de los afortunados! Darás dicha y felicidad a mucha gente! ¡No hay nada mejor o más lindo!”


Liszt dijo esto con un tono de profunda emoción, con lágrimas en sus ojos. Estuvo en silencio por un momento, y luego dijo:”Este evento en mi vida se ha mantenido como mi más grande orgullo de toda mi carrera como artista.”

viernes, 7 de febrero de 2014

De la exposición Partituras Mexicanas Ilustradas

El fin de semana anterior por fin pude darme una vuelta al Museo del Estanquillo, para ver la exposición de Partituras Mexicanas Ilustradas.

La museografía excelente como siempre pasa en el Estanquillo, las explicaciones cortas y concisas para no cansar al visitante me gustaron, y vaya, las partituras, bueno, la carátula de las partituras son unas joyas. Me encantaron.

La exposición se inicia hablando de la época del siglo XIX y de cómo fueron ensalzados en la música los héroes de la independencia y de la época de la reforma. Me llamó mucho la atención que existe un vals dedicado a Don Miguel Hidalgo, digo me esperaba una marcha, pero no un vals.



También podemos leer sobre el Himno Nacional Mexicano y apreciar algunas partituras del mismo.



Luego vemos el espacio dedicado a la época del porfiriato, destacan aquí las dedicatorias a Don Porfirio y a su esposa Carmen Romero Rubio.



Una de las explicaciones que me recordó mucho a Chopin fue la de “El salón y la tertulia”, ya que recordemos que a Chopin no le agradaban las multitudes y prefería presentarse en los salones. Aquí lo que leí sobre El salón y la tertulia:
“En las casas de familias acomodadas, el salón se convirtió en la habitación destinada a los encuentros sociales, como las visitas y las tertulias. En estas últimas, las personas bailaban, eran intérpretes de música de cámara o de piezas piano y canto. También cultivaban la conversación, la declamación, la lectura en voz alta de pasajes literarios y se mostraban composiciones propias de música y poesía.
En estas reuniones, las partituras además de ser colocadas en los atriles, circulaban de mano en mano para ser admiradas.”

Las ilustraciones para las partituras de esta  época son especialmente bonitas, yo creo que por el mismo romanticismo que imperaba en la misma, he aquí las que más me gustaron:


                                                          
De esta época yo buscaba en particular la partitura del Vals Capricho de Ricardo Castro, ya que me trae muy lindos recuerdos de mi maestra de piano, pero no estuvo.

Obviamente también esperaba encontrar la partitura del Vals Sobre las Olas de Juventino Rosas, esa sí la vi y en un lugar de honor, como lo merece.



Y de Felipe Villanueva, quien es el compositor mexicano de mi preferencia encontré estas, que además son unos valses preciosos:



Una de las ilustraciones que más me gustó es la que muestra cómo se veía la fachada del repertorio de música Wagner, primer repertorio musical que visité cuando tenía yo 11 añitos, recuerdo la emoción que tuve al solicitar una partitura, porque le dije a mi mamá que quería ser yo quien la pidiera, la partitura era: “Vals Vida de Artista de Strauss, simplificado”.


Quería yo encontrar alguna partitura cuya música hubiera yo tocado en el piano, y sólo me encontré esta, que fue parte del potpurrí mexicano del concierto de 1990.



Aquí un par de partituras que hacen alusión a mi segundo nombre



En la segunda parte de la exposición vi muros dedicados a Cri-Cri, Agustín Lara, Manuel M Ponce, Carlos Chávez y Silvestre Revueltas.

Quien pueda ir no se la pierda, porque además de la exposición de las partituras mexicanas ilustradas, hay una dedicada a Miguel Covarrubias, cuyo arte en el dibujo es simplemente sensacional.


martes, 4 de febrero de 2014

Retomando el Blog

Cuando inicié este blog lo hice con mucha alegría y con el afán de compartir conocimiento sobre la vida y obra de Chopin, y luego también de Liszt. El propósito de este blog no ha cambiado, yo sí un poco, en los últimos dos años hubieron situaciones que provocaron el descuido de este espacio, pero también hubieron cosas muy chidas (que para mí siempre tendrán más peso que las cosas feas y tristes), como conocer gente a quien estimo mucho y algo que me ha fascinado particularmente: CORRER. El correr forma ahora parte de mi vida, lo disfruto mucho, me hace sentir bien y contenta, he ido de a poco y de la mano de mi chamuco (mi esposo, pues) quien me ha entrenado en esta nueva,  sensacional y saludable actividad. Se siente tan bien el aire en la cara, la soledad y la música que escucho cuando corro, por supuesto que Chopin está en mi playlist tanto en su forma clásica como a ritmo de jazz y de rock… ¡yeah!

Retomo este blog porque me han vuelto las ganas de escribirlo e investigar para hacerlo, así que aquí voy,  intentaré seguir compartiendo sobre lo que lea de mis queridos músicos, así como de las experiencias musicales que me ocurran a lo largo del año, y ¿por qué no? también de una que otra carrera. Espero que quien se tome el tiempo para leerlo lo encuentre agradable e interesante, y que si no conocen y/o aman a Chopin lo hagan.

Vamos pues a la parte de la vida de Chopin en donde me quedé: En Dresde, en 1835 cuando se enamora de María Wodzinska, la hermana de antiguos condiscípulos y amigos.

Federico Chopin emprende su viaje de regreso a París  el 19 de Septiembre de 1835, después de haber pasado unas felices vacaciones al lado de sus padres, en este viaje de regreso tiene planeadas dos escalas: Dresde y Leipzig

En Dresde visita a la familia del conde Wodzinski, que se encuentran ahí también de vacaciones, los hijos mayores de los condes son amigos y condiscípulos de Chopin, de la época en la que vivieron en Varsovia, el reencuentro fue lleno de alegría. Los Wodzinski salieron de Polonia para establecerse en Suiza después del levantamiento de 1830, en su nueva residencia se codeaban con la nobleza y con los artistas y eruditos.

Cuando vivían en Varsovia y Federico convivía con los ellos, a los juegos de los niños mayores se unía una pequeñita muy linda, se llamaba María y entre juego y juego, Chopin caminaba detrás de ella diciendo que estaba enamorado. En esta visita a Dresde Chopin se encuentra con que María ya no es una niña y sí una joven hermosa que contaba con 16 años, culta, refinada, y que además cantaba precioso, tenía una linda voz de contralto. Chopin quedó flechado y María le correspondía. Se hicieron asiduos paseantes de la ciudad, les encantaba ir al Palacio de Brühl y al Grossgarten.

Un tío de María, hermano mayor del conde, se percató de la afinidad y creciente cariño que se desarrollaba entre su sobrina y el joven músico, esto no le gustó y se lo hizo saber a su hermano, quien solía tener muy en cuenta su opinión. Pero la condesa,  de nombre Teresa, sentía verdadero cariño por Chopin, le llamaba su cuarto hijo, y como la estancia de Federico sería corta, no se preocupaba gran cosa por el supuesto romance, y tranquilizó a su marido. Además el nombre de Federico Chopin  ya era reconocido en Europa, y el que el querido Frycek prefiriera estar en su casa que en cualquier otro lado, la halagaba y se sentía contenta.

La estancia de Chopin en Dresde llegó a su fin, debía continuar su viaje de regreso a la capital francesa. Los últimos días en Dresde, por las noches se sentaba al piano y ahí nació el Vals Opus 69 No. 1. El día de su partida lo tocó como despedida de la querida familia polaca, pero más que para todos, él tocaba para María, al finalizar le regaló el manuscrito dedicado a ella y fechado en Septiembre de 1835 en la ciudad de Dresde. Más tarde este vals se le conocería como Vals del adiós.

Sobre él Justo Romero nos dice: “Publicado en 1855, 6 años después de la muerte de su autor. Abre la serie de once valses que Chopin prefirió conservar inéditos, al no considerarlos obras con entidad suficiente como para ser editadas. Publicado por su amigo Julián Fontana, que retocó en algunos detalles, además de añadir indicaciones expresivas y dinámicas.
El vals, efectivamente, está teñido de un inequívoco aire nostálgico.”



Más adelante veremos qué pasa con María y Federico, ya que el músico debe parar en Leipzig para visitar a Mendelssohn y conocer a Schuman y a Clara Wienck, quien será la esposa de Schumann posteriormente.