Los viajeros visitaron la ciudad bohemia de Teplitz, situado a los pies de las montañas Erzgebirge, que en aquel entonces era un balneario favorito de la aristocracia. Teplitz también fue visitado por Beethoven en 1811 y 1812, Liszt, Schumann y Wagner también estuvieron ahí.
Chopin se encontró a un judío de Varsovia llamado Ludwik Lempicki, quien lo llevó a una fiesta al palacio de Albrech Wallenstein (del que vemos una imágen que tomé de una página de turismo), que era la magnífica residencia del príncipe Karl Josef Clary; Federico asistió vestido de levita y con sus guantes blancos vieneses.
Después de la cena le pidieron que improvisara, Chopin se sentó al piano Graff que ahí se encontraba y solicitó que le indicaran un tema para la improvisación, el tema fue Moisés el Egipcio de Rossini, con el cual Chopin tejió uno de sus legendarios poemas tonales. Le pidieron que tocara 3 veces más.
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