lunes, 29 de marzo de 2010

Los amigos


Como ya hemos platicado, Chopin convive con jóvenes de buena familia en el pensionado de su padre, muchos de ellos serán sus amigos toda la vida, aún cuando no se frecuentarán personalmente. Entre los jóvenes amigos de Federico encontramos a: Titus Woyciechowsky, por quien sentirá un especial cariño durante toda su vida, Julian Fontana, Jan Matuszinski, Jan Biablocki, Dominik Dziewanowski y los hermanos Wodzinski.

Pero además de chicos de su edad, muchos de ellos sus compañeros en el Liceo, Federico contaba con la amistad de señores que en un inicio eran sólo amigos de su padre, entre ellos encontramos a sus profesores: Zywny y Elsner, a Linde que es rector del Liceo, Federico Skarbek antiguo alumno de Nicolás Chopin ya convertido en profesor de la universidad, autor de varias obras de economía y derecho, además de ser casi miembro de la familia; Casimir Brodzinski, antiguo soldado de Napoleón y también profesor de la universidad; y con un cariño especial a Jacob Federico Hofman, quien contaba con 60 primaveras, pero con un corazón y trato jovial, Federico acudía a menudo a su departamento, le gustaba admirar su colección de curiosidades, así como tocar el piano con la Sra. Hofman y su hijo Alejandro.

Gracias a las charlas con la gente mayor, Federico tiene una idea clara del pasado y presente de su patria.

El Sr. Hofman era inventor y un naturalista apasionado, fundador de un museo de minerología en la universidad, así como de un jardín botánico. Fue el inventor de un nuevo instrumento, el aelomelodicón o coraleón, cuya construcción encargó a Brunner, un fabricante de instrumentos musicales.

Fue Federico quien estrenó en un concierto este instrumento, en un inicio no quería participar, ya que estarían presentes representantes del gobierno ruso, quienes acababan de reprimir despóticamente a recientes sociedades secretas que propagaban ideas de libertad en contra de la ocupación rusa y que imprimían literatura al respecto; todo esto, como es natural se discutía, aunque no abiertamente, entre los jóvenes del Liceo; por lo que los amigos de Federico y él mismo se oponían a su participación en dicho concierto; sin embargo, ante la petición de su padre el joven pianista cedió, además no podía hacer oídos sordos a la petición de su sexagenario amigo, el Sr. Hofman.

El aelomelodicón se parecía a un armonio, pero con un timbre más profundo y lleno, realzado con tubos de cobre. La mano de Federico, manipuló con facilidad el mecanismo y con ayuda de numerosos pedales reguló el volumen y resonancia de las notas. Tocó una improvisación suya y un concierto de Moscheles.

El zar Alejandro I, quien había llegado recientemente a Polonia, asistió a la presentación a finales de mayo de 1825, y quedó altamente complacido con la ejecución de Federico. Por este concierto, Brunner, el fabricante del instrumento y Federico Chopin fueron premiados por el zar, cada uno de ellos con un anillo de diamantes.

No hay comentarios: