sábado, 28 de enero de 2012

De Liszt: Continúan los éxitos

Después de su gira por Londres, al regresar a París se encuentran con que el rey Luis XVIII ha muerto, es sucedido por el conde de Atrois, el mismo que regalo a Ferenc el poliechinelle http://chopinek200.blogspot.com/2011/08/de-liszt-le-polechinele.html, fue coronado como Carlos X rey de Francia. Este gran acontecimiento provocó toda la atención de la aristocracia, alta sociedad y artistas del país galo, por ejemplo Rossini compuso una ópera que se estrenó para conmemorar la coronación del nuevo rey.

Ferenc aprovechó el ya no ser el centro de atención de todo el mundo y empezó a componer una ópera que se llamaría Don Sancho.

En esta época también se harta de que le llamen “Le petit Liszt”, ya no era tan pequeño, había rebasado los 13 años, pero Adam insistía en la conveniencia de que lo siguieran viendo como a un niño, así sería más fácil triunfar, explotando el mote de “niño prodigio”.

A pesar de que ya no está tan de “moda” trabaja mucho, componiendo y también hace una gira por Francia, la cual abarca: Burdeos, Tolsa, Lyon y Marsella.

Regresa a Londres. El pianista y compositor Charles Salaman contaba que al terminar un concierto, se acercó a los Liszt para invitarlos a desayunar, con el afán de conocer mejor a Ferenc y decía de él lo siguiente: “El niño es encantador, no es afectado, nunca olvidaré su expresión al ver que le servíamos su postre favorito: ¡Oh Dios, pay de grosellas!”.

Adam Liszt seguía con la actitud de vender bien las habilidades de su hijo, lo promovía y sabía sacar el mejor partido en cada oportunidad, siempre negociaba en el tono de: lo toma o lo deja, saliéndose con la suya en la mayoría de los casos.

En esta visita a Inglaterra Liszt tiene 2 apariciones en Manchester, esto es en agosto de 1824. Adam Liszt cobró bien: 100 libras más transporte y hospedaje.

Era también Adam el que decidía qué tocaría su hijo en cada ocasión, para el primero de los conciertos se decidió por Hummel y Moscheles, mientras que para el segundo variaciones para piano y orquesta de Czerny y una improvisación indicada por el público.

Pronto Ferenc se vería libre para decidir por su cuenta.

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