Cuando Chopin llega a vivir a París la situación de Francia era la siguiente: Tenía un rey de 57 años, que no constituía una figura demasiado imponente; físicamente era bajo de estatura con la cara en forma de pera coronada por un copete y flanqueada por gruesas patillas, ojos saltones y cintura gruesa, no parecía ser el descendiente del Rey Sol. Adora el dinero más que la gloria y prefiere las bagatelas a las obras de verdaderos artistas.
Para entonces la población de Francia es de 32,600,000 y en París de un millón de habitantes.
En París hay pocas aceras o ninguna y también muy poca iluminación, la ciudad terminaba en la plaza de la Concorde, antiguamente plaza Luis XV. El Arco del Triunfo es un esqueleto de madera, tela y cartón, símbolo del futuro edificio. Catorce puentes, en lugar de los 27 actuales, cruzan el Sena, el vapor está apenas en sus comienzos.
En esa época las Tullerías, el Luxemburgo y el Jardín Botánico son los únicos jardines públicos de la capital francesa. El Barrio Latino es un barrio de conventos.
Cafés famosos son el Café Torotni, el Café Anglais (imágen tomada de: http://www.paris-bistro.com/culture/histoire/cafe_anglais.html) y el Café de París, los tres muy frecuentados por los artistas y personalidades de la época.
Chopin era amante de la ópera y pronto conoce los 3 escenarios: La Opera, La Opera-Comique y el Theatre-Italien. Las figuras de la ópera en aquella época son: Cornélie Falcon, Nourrit, Duprez, la señora Cinti-Damoreau, la señora Dorus, Dabadie, Levasseur, Derivis y Rosine Stoltz.
Entre todo este mundo de gente, Chopin vivirá apartado de muchas personas, frecuentará sobre todo a sus compatriotas en el exilio, a algunos amigos o mecenas parisienses, y, por supuesto a los de su oficio, sus pares: los artistas, ejecutantes o compositores.
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