lunes, 1 de febrero de 2010

El maestro de piano ZYWNY


El único maestro de pianoforte de Federico Chopin fue Adalbert Zywny, quien nació en Bohemia en 1756, era violinista y clavicordista, emigró a Polonia durante el régimen de Estanislao Augusto Poniatowski entre 1764 y 1795, fue pianista de la corte del príncipe Casimir Sapieha y después profesor de música radicado en Varsovia. Sus lecciones eran de a 3 peniques la hora, se dice que también compuso muchas obras para pianoforte, pero que nunca las publicó. Murió en 1842 tras una útil y larga vida a la edad de 86 años.

(Nota: Mi tío abuelo, que cumple 95 el próximo 9 de febrero, también se llama Adalberto y aunque no es músico, también ¡es un gran señor!)

En su futuro brillante, Chopin tendrá la mejor de las opiniones en cuanto a la capacidad de enseñanza de Zywny, y lo expresará en algunas de sus cartas, pero eso es harina, digo bemoles y sostenidos de otro post.

Cabe mencionar que ni Zywny ni Elsner (quien posteriormente será también maestro de Federico) tienen formación como pianistas, lo cual pudo haber derivado en la originalidad de la música de Chopin.

Zywny diagnostica un talento fuera de lo común. Basa la educación musical de Federico en los grandes clásicos: Bach y Mozart, durante el primer año de lecciones, le hace tocar las sonatinas de Mozart y preludios y fugas accesibles de Bach. Federico nunca olvidará la lección de escritura y pensamiento de los que se convertirán en sus músicos favoritos. También estudia a Beethoven (a pesar de que a Zywny no le agrada en absoluto), trabajó varias sonatas hasta la opus 58, y de uno de los últimos tríos del músico de Bonn expresa “jamás escuché nada tan bello: Beethoven se burla del mundo entero”.

También durente el primer año de lecciones con Zywny, éste introduce al chico en todos los establecimientos de música, y el talento del pequeño Federico empezó a tener fama, e inevitablemente se le empezó a conocer como el segundo Mozart.

Antes de su octavo aniversario ya había compuesto 2 polonesas y una marcha militar. De la publicación de su segunda polonesa recibió la siguiente crítica: “El compositor de esta danza, de solamente 8 años de edad, es realmente un genio de la música… No solamente ejecuta las más difíciles piezas en el piano con gran facilidad y extraordinario gusto, sino que es también el compositor de varias danzas y variaciones que asombran a los expertos, particularmente por la edad del chico…

Federico aprovechó bien su talento y a su maestro, lo cual hizo que antes de que cumpliera 9 años fuera invitado a formar parte de un concierto que tendría lugar el 24 de Febrero de 1818, a beneficio de los pobres, y al que asistiría la crema y nata de Varsovia. El Sr. Ursin Niemcewicz fue quien promovió la invitación del pequeño Federico, este señor era uno de los hombres más influyentes en la Polonia de aquellos días, era publicista, poeta, dramaturgo y hombre de estado.

Federico, era un niño noble, ingenuo y sencillo, que tocaba el piano así como los pajaritos cantan, un ejemplo de esta forma de ser es una anécdota que el concierto antes mencionado propició: Después del concierto, cuando ya estaba de vuelta en casa, su mamá le preguntó: “Y bien Fred, ¿qué fue lo que más le gustó al público?”, a lo que el pequeño respondió “¡Oh mami, toda la gente miraba mi cuello!

El debut de Chopinek (diminutivo de Chopin en idioma polaco) fue todo un éxito, lo que dió como resultado que fuera invitado a las casas y salones de la alta aristocracia polaca, precisamente en el salón de la princesa Czetertynska fue presentado a la princesa Lowicka, la hermosa esposa del Grand Duque Constantino, con quien a partir de entonces Chopin empieza a tener contacto. De hecho el Gran Duque mandaba traer a Federico, ya que el escucharlo calmaba su conocido mal genio, así que era familiar ver un carruaje real en la puerta de los Chopin, el cual se encargaba de transportar al niño al palacio Belvedere, ahí Chopin entretenía al Duque, conversaba con él y jugaba con su hijo.

La introducción de Chopin a temprana edad en la aristocracia será un precedente en su educación.

Desde la infancia siente el más vivo interés por el folklore nacional. Chopinek empezó a componer mazurkas, polonesas, valses, y a la edad de 10 años una marcha dedicada al Gran Duque Constantino quien la hacía tocar en una banda militar. Todas estas composiciones mostraban ya el prodigioso talento de Federico, lo que hizo que su padre contratara a su amigo Elsner para instruir a su hijo en armonía y contrapunto, esto sucede por ahí de 1824. De Joseph Elsner hablaremos más adelante.

Pd. Les debo una reseña de un concierto maravilloso al que asistí el viernes 29.

No hay comentarios: