Una vez de vuelta en Francia, los Liszt reciben un aviso que los urge a presentar para revisión la ópera que escribió Ferenc, Don Sancho, ante el jurado del ministerio de Bellas Artes. La ópera fue presentada 15 días después, el jurado se pronunció a favor de la obra de Liszt y se decidió que podía ser representada para el otoño de ese mismo año (1825), es decir apenas pocos meses después.
El estreno de Don Sancho fue el 17 de octubre en la Académie Royale de Musique, con un lleno total, la alta aristocracia por supuesto hizo acto de presencia, en esos momentos Ferenc Liszt volvía a estar de moda, además el jovencito estaba muy feliz de ver representada su obra.
Don Sancho era una historia de amor con un final feliz. Se presentó sólo en 4 ocasiones y las críticas fueron desfavorables, resumiendo, Don Sancho fue un fracaso.
En el Débats se escribió: “La audiencia escuchó en silencio esta composición fría, sin humor, sin vida y muy falta de originalidad, en la cual apenas se noto el encanto de las habilidades del compositor. No hubo un solo acto que lograra encender un aplauso genuino”. El más severo de sus críticos declaró que Liszt podía ser el primer pianista del mundo, pero que sus dotes para la composición equivalían a cero.
Estas críticas se reprodujeron en los principales diarios europeos, Liszt había caído del trono y a él le parecía que en toda Europa no se hablaría de otra cosa más que del fracaso de su ópera, tal vez fue por ello que no se animó a escribir alguna otra.
En estos días de dolor y frustración, su único consuelo fue el cariño de su padre, un padre que casi siempre era seco y hasta hostil con el jovencito, un padre al que lo único que le importaba era triunfar a través de su hijo; con todo y eso, supo ser consuelo y apoyo para Ferenc.
El estreno de Don Sancho fue el 17 de octubre en la Académie Royale de Musique, con un lleno total, la alta aristocracia por supuesto hizo acto de presencia, en esos momentos Ferenc Liszt volvía a estar de moda, además el jovencito estaba muy feliz de ver representada su obra.
Don Sancho era una historia de amor con un final feliz. Se presentó sólo en 4 ocasiones y las críticas fueron desfavorables, resumiendo, Don Sancho fue un fracaso.
En el Débats se escribió: “La audiencia escuchó en silencio esta composición fría, sin humor, sin vida y muy falta de originalidad, en la cual apenas se noto el encanto de las habilidades del compositor. No hubo un solo acto que lograra encender un aplauso genuino”. El más severo de sus críticos declaró que Liszt podía ser el primer pianista del mundo, pero que sus dotes para la composición equivalían a cero.
Estas críticas se reprodujeron en los principales diarios europeos, Liszt había caído del trono y a él le parecía que en toda Europa no se hablaría de otra cosa más que del fracaso de su ópera, tal vez fue por ello que no se animó a escribir alguna otra.
En estos días de dolor y frustración, su único consuelo fue el cariño de su padre, un padre que casi siempre era seco y hasta hostil con el jovencito, un padre al que lo único que le importaba era triunfar a través de su hijo; con todo y eso, supo ser consuelo y apoyo para Ferenc.
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