jueves, 23 de febrero de 2012

De Chopin: No era un seductor

Ernest Legouvé (en la imagen tomada de la wiki), quien era muy amigo de Berlioz y un dramaturgo y poeta famoso de la época, escribe en su autobiografía Soixante ans de souvenirs, sus impresiones de cuando Berlioz lo presenta con Chopin en la casa del músico polaco:

“Subimos al segundo piso de una casita, y allí me vi frente a un joven elegante, pálido y triste, con ojos café oscuros, de una expresión incomparablemente pura y suave, y de cabellos castaños casi tan largos como los de Berlioz, y que le caían sobre la frente de igual manera… El mejor modo de definir a Chopin es decir que es un trinité charmante. Su personalidad, su ejecución y sus composiciones, estaban en tal armonía que no podían ser separadas, como no pueden serlo las facciones de su rostro”.
Yo pienso que Chopin era muy elegante y atractivo, de una manera muy diferente a la guapeza arrebatadora de Ferenc Liszt. Creo también que sus modales y su apariencia impecable, conjuntados con su música y su manera de tocarla, hacían que tuviera sus propias admiradoras, y no creo que hayan sido pocas. Su forma de ser tímido y muy educado, hacía que los esposos no lo vieran como a un peligro, algo muy diferente de lo que sucedía con Liszt.

Nos dice Jeremy Siepman que desde su llegada a París fue muy mimado por las mujeres, quienes veían en él una combinación de sofisticación inmaterial, elegancia, una forma reservada de ser, y una vulnerabilidad implícita, todo ello era un encanto difícil de resistir.

También nos dice que al parecer Chopin halla más satisfacción en el silencio, en el reconocimiento del deseo mutuo, sin ninguna intención de ir más lejos. A diferencia de Liszt, Chopin no era un seductor, aunque yo diría que eso no es del todo cierto, porque su música hasta la fecha seduce.

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