miércoles, 15 de septiembre de 2010

Adios a Zelazowa Wola

El mismo verano del concierto de Konstancja, Chopin hace una breve visita a Zelazowa Wola, no se imagina que será la última vez que estará en la casa que lo vio nacer.

Para este entonces estaba más convencido de que tenía que ir al extranjero por un tiempo prolongando: uno, dos o tres años. Su padre, Tytus, los Skarbek y el sentido común recomendaban el viaje. Mencionó sus planes a Konstancja, aguardando alguna reacción que le diera una esperanza de amor; pero la joven no dijo nada, eso sí, le obsequió con una cinta para que la recordara en su viaje.

En Zelazowa Wola toca apaciblemente el piano bajo los grandes olmos. Todas las tardes se colocaba el piano sobre el césped, bajo los viejos castaños y ahí estaba Federico disfrutando de la naturaleza y de su música y con él, en círculo atentos sus padres, madame Skarbek, Federico Skarbek, detrás de ellos los criados de la finca y vecinos de los alrededores.

Chopin había venido al mundo en medio de aquellos tranquilos campos y aquellos viejos árboles, sobre los cuales se elevaba ahora su música, bajo las mismas eternas estrellas.

1 comentario:

Anónimo dijo...

A veces uno sabe que hay cosas que debe hacer... El caso de Chopin no es la excepcion, me gusto el final de este, bastante poetico :)

Saludos Chopinianos.