Ya ha decidido marcharse, pero sabe que le costará mucho trabajo y tristezas estar lejos de sus seres queridos. Dejará la casa de sus padres y el grupo familiar donde lo adoran. Significa separarse de los seres que más quería y que siempre lo habían tratado con la mayor ternura. Pero lo peor era su temor, un vago presentimiento (que se haría realidad) de que no se iba por uno o dos años, como todos decían, sino para siempre, presentemiento que le confía a Tytus: "No tengo fuerzas para fijar una fecha; me parece que dejo mi hogar para no volver jamás a él, que me voy para morir. ¡Que triste debe ser el morir lejos del lugar donde uno ha vivido!"
La agitación europea invade Varsovia, donde se multiplican los arrestros; amigos y/o condiscípulos de Chopin difunden los libelos y poemas sediciosos. El zar concentra en Polonia tropas destinadas a marchar contra Francia; pero los polacos jamás aceptarán tomar las armas contra el único país del cual esperan su liberación de la esclavitud rusa. En las calles de Varsovia la tempestad crece.
La fecha de partida se fija para el 2 de noviembre, el día de los muertos.
"Ya he comprado una maleta, mi ropa está preparada, las partituras han sido corregidas, los pañuelos están fileteados, los pantalones terminados. Ya sólo me resta decir mis adioses: es lo más penoso"
Foto: El cuarto de dibujo de los Chopin. Dibujo de Antoni Kolberg, amigo de Federico, le envió este dibujo cuando ya vivía en París, para que tuviera una imágen de su hogar. La tomé del No.2 del Chopin Magazine.
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