Estaba consultando
la historia de George Sand para continuar con su relato en este blog y me
encontré con una reflexión que hace sobre la amistad y se las voy a compartir.
“Al hablar
de la amistad quiero llegar a esta conclusión: el amor ideal resumiría los más
divinos sentimientos que podemos concebir y nada quitaría a la amistad ideal.
El amor será siempre un doble egoísmo. Porque trae consigo satisfacciones
infinitas. La amistad es más desinteresada, comparte todas las penas y no todos
los placeres. Tiene menos raíces en realidad, en los intereses, en los goces de
la vida. Por eso es más rara que el amor.
La amistad
ideal prepara admirablemente el corazón para recibir el beneficio del amor
ideal.”
Recién
terminé de leer el libro Pensemos en Beethoven de Eusebio Ruvalcaba, y me gustó
mucho, en él encontramos citas y reflexiones del autor sobre el gran músico
alemán, de quien recientemente celebramos su cumpleaños número 250.
Les comparto
citas de esa maravillosa lectura.
“En Viena,
un hombre sordo, un hombre melancólico, solitario, enamorado, soñador… (José
Hierro)”
La
dedicatoria: “A la memoria de mis padres, que me enseñaron a amar a Beethoven”.
Recordemos que Eusebio Ruvalcaba fue hijo el violinista don Higinio Ruvalcaba y
la pianista Carmela Castillo de Ruvalcaba.
Sonata
Hammerklavier:
“La
Hammerklavier, exige todo de quien la escucha; y exige todo porque da todo.
… ’No puede
ser otro que Beethoven’, se dice el que escucha esta sonata desde sus notas
iniciales. Porque hay ahí un coraje inveterado, una pasión arraigada y
poderosa. La Hammerklavier se va desatando ante nuestros oídos, como si nos
guiara a través del laberinto de la música. Al mismo tiempo nos va indicando el
camino hacia el enriquecimiento del espíritu, y la forma de no perdernos, de
pisar con firmeza, de compartir con alegría los frutos de la música.”
Carta de
John Lennon a Beethoven:
“Su música
ha contribuido como ninguna otra a hacer menos trágico el tramo de vida del ser
humano en este planeta llamado destrucción.” (Y eso que a Lennon no le tocó
vivir estos tiempos de pandemia).
... En mi
colección de discos está la música completa de usted. A mí me ha servido de
inspiración y ancla. De aprendizaje. De lección de vida y de conocimiento de
todos los recursos habidos en el arte de la composición.
… Usted,
respetabilísimo señor Beethoven, es un romántico. Y su Quinta Sinfonía es una
catedral donde es posible sentir el romanticismo en carne propia.
… Aunque yo
prefiero la Séptima. Quien no lo sabe, es la diosa del ritmo. Una sinfonía que
equivale a un huracán. Es una sinfonía de contrastes – contrastes que usted,
maestro Beethoven, reconstruyó en el alma del oyente. Le confieso que lo que yo
escucho son los ritmos del corazón.
Diccionario
Beethoveniano:
“Abuelo: El
único retrato que el compositor conservó a su lado toda la vida, fue el retrato
de su abuelo.”
Trilogía:
“’La música
es superior a toda filosofía’, solía decir al que se aproximara. Y era cierto.
Porque si de algo sirve la filosofía al hombre es para sembrar de inquietudes
su espíritu. Lo cual está bien. Y para Beethoven, ese era el principio del
pensamiento. Apenas el principio. Pero el final – o mejor aún, el trayecto –
estaba en el devenir de ese camino. Hasta toparse con la música. Cuando se
habían disipado las brumas, sobrevenía la cascada sonora. Entonces un consuelo
se apropiaría del alma de ese hombre y estaría preparado para vivir y morir a
plenitud.”
Beethoven
Viejo:
“La amistad
para él, era tan valiosa como el honor y como la libertad. Aunque el ejercicio
de la bondad, también gozaba de un valor muy alto en su cuadro de virtudes.
... ‘en
cuanto a la crítica no sé qué daño le puede causar un piquete de mosco a un
caballo de carreras’.”
Aforismos:
“Cuando
tiembla, Beethoven está de buen humor.”
El
Testamento de Heiligenstadt:
“’… la
dolorosa experiencia de no oír. Para mí no puede haber goce en las relaciones
humanas, ni conversaciones inteligentes, ni intercambios de pensamientos. Estoy
obligado a vivir en el destierro más absoluto. Todo esto me llevó al borde de
la desesperación y poco me faltó para quitarme la vida. Sólo el amor al Arte lo
evitó’.”
Carta de
Ignaz Schuppanzigh a Beethoven:
“Habías
sembrado en los pobres mortales que te rodeábamos, la duda: ¿de veras padecías
la terrible enfermedad de la sordera? Nadie lo creía. ¿Cómo era posible
entonces que compusieras música?
… Ahora tú
ya no estás. Pero esa música la dejaste como una vereda que conduce al cielo.”
Sinfonía
Coral:
“… la
música de Beethoven en lo general, y la Sinfonía Coral en lo particular siguen
ejerciendo una suerte de arrobamiento espiritual en el público varón, y
melancólico, me atrevería a decir, en las mujeres; algo tiene este genio, algo
tiene esta obra, que hechiza por completo a quien se encuentre a 10 mil
kilómetros a la redonda. Y luego de 500 años.”
Beethoven
Conquistador:
“No
escuchaba el trueno, pero veía aquel zigzag eléctrico, que iluminaba la pronta
noche, tal como su música iluminaba los corazones desolados.”
Concierto
Emperador:
“… se dice
que mientras lo componía los cañones de Napoleón bombardeaban Viena; que
mientras le daba los últimos toques, el emperador de las armas francesas
entraba triunfalmente a la ciudad envilecida.
… Lo que
sea, primero hay que aclarar que el título de Emperador no alude a Napoleón
sino al carácter heroico de la obra; en todo caso, bien podría intitularse este
concierto Antiemperador y no Emperador si pensamos en la decepción que el
general Bonaparte había causado, mucho tiempo atrás en Beethoven.
... ‘¡Lástima
que yo no sepa tanta estrategia como música, para poder derrotarlo!’.”
Beethoven
en el Reclusorio Norte:
“Todos los
viernes doy clase en el Reclusorio Norte.
… ¿Si sabes
que era sordo? Cada obra que el componía era un combate con todo en contra. Por
eso cada vez que lo escuchamos nos sentimos renacer. Él sabía que estaba
componiendo para la humanidad. Para darle un sostén a las generaciones de
hombres que lo sucedieran. Su ejemplo es inagotable. Es una fuente de vigor. Un
surtidor de energía. Más allá de lo que puede proporcionar cualquier otro
remedio.
… Después
de esa música estamos listos para enfrentar la adversidad. Que Beethoven
recorra tu sistema nervioso.
… dejó una
montaña de belleza: su música. Que si la oímos, aún sea en nuestra imaginación,
nos permite remontar la jornada.”
Un Guerrero
en el Horizonte:
“Beethoven
tuvo una compañera que jamás lo abandonó: la bendita soledad. Arropado en las
alas de la soledad, le dio forma a su obra y a su vida. Sólo en la
interlocución de la soledad, encontró alivio a su tormenta interior.”
Y hasta
aquí. Es una lectura que no tiene desperdicio, un libro editado por Ediciones
Monte Carmelo, recuerdo haberlo comprado en Coyoacán en el Centro Cultural
Elena Garro.
2020, yo había pensado que sería un año de corredera padrísima pues sin lesiones y con más ganas que nunca veía posibles los 42.195 km. También pensé en celebrar el año Beethoven algo más que virtualmente, en fin está por demás ahondar en el asunto. Muy repetitivas las frases y reflexiones sobre el año de la pandemia, del confinamiento. Supongo que la mayoría lo vivimos de la manera menos pensada y cada quien habrá tomado de él las experiencias para enriquecer su existir.
Lo que sí es una verdad con peso de oro es que la música es una gran salvadora en momentos difíciles, de encierro, de pesar e incertidumbre, siempre nos trae esperanza y compañía, bueno al menos en mi experiencia.
Dejo un videíto con un poco de lo que fue mi 2020 y para este 2021 les deseo salud y mucha música en su vida.
Pd. Leí un libro sobre Beethoven, pronto les platico acerca de él.