La música no debe ser silenciada.
Independientemente de que a mí no me gusta la política, considero que nadie debe ser amenazado o censurado por expresar sus ideas y su sentir, y es lo que le está sucediendo a mi querida Val. He aquí la historia contada por ella misma.
Yo ya coloqué su imagen en la página de la orquesta de Toronto, esperemos recapaciten y le permitan tocar.
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