miércoles, 22 de junio de 2016

De Música: Un documental sobre el Maestro Wilhelm Furtwängler

El fin de semana vi un documental sobre el Maestro Wilhelm Furtwängler, uno de los más grandes directores de orquesta que han pasado por este planeta, el documental se llama Furtwängler’s Love y lo compré hace ya varios años a razón de que vi la obra de teatro Tomar Partido, con las magníficas actuaciones de Humberto Zurita y el guapote Rafael Sánchez Navarro; esta obra  trata sobre las investigaciones que se le hicieron a Furtwängler como supuesto simpatizante del partido nazi.

El documental que fue dirigido por Jan Schmidt-Garre en 2004 obtuvo el Premio Praga, y tiene como protagonista a Elisabeth Ackermann Furtwängler, la segunda esposa del director, quien junto con la música era el amor de Furtwängler, ella nos platica cómo lo conoció, cómo era él, cuándo y cómo se casaron; lo cual está padre, pero lo verdaderamente interesante es que podemos conocer ideas y conceptos del compositor-director, por aquí les dejo los que me parecieron más interesantes:

Lo que más amaba de la música era componer, él estudió para ser compositor, pero se volvió director porque se le presentó la oportunidad, sin embargo con esto no era del todo feliz, no dejó de componer, pero sólo dedicaba los momentos libres a esta actividad que era lo que realmente amaba, y al no dedicarse de lleno a eso sentía que se traicionaba a sí mismo:

“Sé mejor que nadie que la vida que llevo no es mi vida, que estoy a punto de vender mi primogenitura, mi alma, por un tazón de lentejas. Pero no ocurrirá. Cuantos más éxitos exteriores obtenga hoy, antes podré dar el gran paso que tengo que dar.”

Gustaba de componer música atonal:

“Ir de la mano de un músico atonal es como atravesar un bosque espeso. Las flores y las plantas más extrañas y maravillosas llaman tu atención. Uno no sabe de dónde viene ni a dónde va.”

“El componer es algo que sólo puede surgir desde el presente, si ha de tener sentido.”

Pero cuando hablaba de la dirección, hablaba de amor:

“El dirigir, tiene como cada interpretación un momento, y cada momento debe aprenderse de nuevo y la obra renacer.” (Sin lugar a dudas esta es la frase que más me ha gustado porque ¿qué es la vida sino momentos?)

“Hay que sumergirse en una obra de arte, es un mundo autónomo, un mundo en sí mismo. Este proceso se llama amor. Es lo contrario de la evaluación o la comparación. Ve solamente lo incomparable, lo único.
Este amor conmovido una y otra vez por la obra, nos permite comprender la obra en su conjunto. Y el todo no es otra cosa que el amor. Las partes aisladas se pueden comprender mediante el intelecto, pero el todo sólo se puede comprender con esta clase de amor vivo.”

Más sobre dirigir

“Es fácil alcanzar la precisión en el ritmo batiendo la batuta con determinación y claridad. Pero combinar eso con el resto de matices que se quiere transmitir a la orquesta, eso es técnica de batuta. Así que la técnica de batuta  es en realidad el propio director.”

“El mayor logro que un director puede alcanzar es dirigir una melodía en legato: Un fluir vivo que respira.”
(Legato: Término musical que significa ligado Las notas afectadas se deben interpretar sin articular una separación entre ellas mediante la interrupción del sonido.)

Una vez un chelista de la Orquesta Sinfónica de Berlín, dirigida por Furtwängler respondió así a la pregunta de cómo dirigía el maestro: “Dirigía como si caminara por la montaña o algo así.” Por cierto que le gustaba mucho esquiar.

Como escribí al principio Furtwängler fue investigado y juzgado como simpatizante del partido nazi, esto fue un gran error, ya que ni siquiera estuvo afiliado al mismo, de hecho siempre rechazó el “famoso” saludo.

Sobre el por qué permaneció en Berlín durante la guerra dijo: 

“El miedo a ser utilizado por los nazis para propósitos propagandísticos, ocupó un segundo plano ante mi gran inquietud por la música alemana. La gente de Bach, Beethoven, Mozart y Schubert seguían viviendo bajo la superficie de la Alemania nazi. No podía abandonar Alemania en su hora más oscura. Al fin y al cabo soy alemán, con independencia de cómo lo vean otros.”

Quedándose en Alemania, Furtwängler fue utilizado como una arma cultural contra quien sí estaba afiliado al partido nazi, un joven austriaco que iba en ascenso de apellido Karajan.

Mientras duraron los juicios no podía dirigir y se dedicó a componer:

“No quiero hacer otra cosa que componer. Hace tiempo que sé que mi productividad no surge de la frivolidad, de la vanidad o el autoengaño.
El dirigir fue en realidad un techo bajo el que refugié porque iba a perecer como compositor. Desgraciadamente he dirigido demasiado durante mi vida.”

Para 1954 empieza a perder el oído a lo que teme profundamente y decide morir, y no es que se haya suicidado, simplemente decidió morir y un catarro fue su pretexto. Un doctor de Baden-Baden, que fue donde muere Furtwängler a finales de noviembre de 1954 dijo:

“Cuando alguien ha decidido morir, no podemos hacer nada por él. Wilhelm Furtwängler fue un ejemplo de ello. Estaba convencido de que iba a morir.”

Y otra joya sobre su dirigir y su amor por la música para cerrar esta entrada y con la que también termina el documental:

“Dije que se trataría de amor ¿Qué se diría de un amante que premeditase todo cuanto va a decirle a su amada?”

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