Desde hoy en la mañana, se me metió la idea de platicarles
sobre mi carrera del domingo pasado, pero la verdad es que no sé muy bien por
dónde empezar, sigo muy emocionada y eso me provoca una mente dispersa... pero
bueno aquí mi intento por narrarles una experiencia de lo más chida.
Desde finales del año pasado, por recomendación de mi
querida amiga Martha he estado asistiendo a los entrenamientos de Nike Run Club
México #NRCMéxico, normalmente vamos al de velocidad, distancia y técnica. Me
gustan mucho y he aprendido mucho también; los coaches y los pacers se rifan y
comparten su conocimiento de esto de la corredera con alegría y entusiasmo,
siempre impecables, sonrientes y con muy buena onda. Poco a poco runners,
pacers y coaches nos hemos ido conociendo, tal vez no todos de nombre pero sí
de tu cara me es conocida y sé que corres, y como decía Rogelio Moreno donde
nos veamos así nos saludamos. Alguien más que rifa en el #NRCMéxico es la
fotógrafa, con sus tomas geniales, porque no nada más es disparar una cámara o
apretar el botón del cel, nooooo, eso cualquiera lo hace, hay que ver bien y
hasta sentir la imagen que estás por captar para que sea una buena foto, e
incluso una foto genial, y no, no todos lo logran por más que les guste y por
más que disparen, jajaja ya me clavé en mi otro hobbie jajaja, pero es neta.
Para finales del pasado enero ya estaba yo inscrita en el
Nike Women Victory Tour 21k de México, es un medio maratón dedicado a las
mujeres que se está corriendo en varias partes del mundo, para mi querida CDMX el
logo elegido fue la Diana cazadora y muy cerca de esta emblemática y bonita
fuente fue la salida y meta de este medio maratón que tanto disfruté el domingo
pasado.
Ni Martha ni Gaby fueron, pero ahí estuvimos Yoscelina y yo
al pié del cañón muy tempranito en nuestro bloque “sexy green”, vimos de
lejitos a las pacers de #NRCMéxico que ya se alistaban para ponerse al frente; con nervios y muy emocionadas arrancamos a las 7:04, por cierto que eso del
minuto 4 lo voy a preguntar, ya que todos nuestros entrenamientos inician con
este minuto como terminación de la hora, y no fue diferente en el arranque de
estos 21k.
Ya en la ruta, dentro de Chapultepec, justo frente a la
antigua puerta del bosque vimos al coach Fer y le gritamos a una voz ¡COACH! y
es que nos dio emoción verle, y creo que a él también, rapidito nos dijo, como buen coach, “péguense a
la derecha”, al principio no comprendí por qué nos dijo eso, pero es que justo
en esa parte el piso de inclina y al
hacernos hacia el lado que nos indicó evitaba el que corriéramos chuecas.
Ya
nos esperaba chivatito y más allá, 4 kms de cuestas: chivatito, alaencastre, y
cárcamo hasta el sope, la música fue fundamental en esa subidota; por cierto
que hice un experimento con respecto a la música, le pedí a mis primos y a mi
tíoBis que me dijeran alguna canción que les gustaría que yo escuchara mientras
corría, a manera de sentir sus porras; con las canciones que me dijeron y
muchas otras de mi elección armé mi playlist, el experimento fue bueno, pero,
creo que para correr sí es mejor armar mi playlist con mis rolas, y como
siempre lo hago seleccionándolas imaginando cada tramito en el que van a sonar
en mis oídos durante la carrera; y es que no armo mi lista de rolas al “ay se
va”, no me gusta, las que selecciono son mis rolas favoritas del momento, que
me dan ánimos y siempre van en un orden estratégico jajajaja y es que para mí
la música juega un papel fundamental en esto de la corredera y de mi vida en
general. Bueno pues en la subida escuché triste canción (petición de mi primo
Jaime), Gagarin, Dancing with my self, esa de Kabah que dice “No digas más, toma una estrella y vete lejos”, The
Pretender de los Foo (por cierto que con esta rola agarro un paso bien riquito)
y Me voy.
Por toda la ruta, chavos que corren con nostras en el
#NRCMéxico se repartieron para echarnos porras o correr un pedacito con quien
necesitara ese apoyo, eso estuvo muy padre.
Pero lo que sentí al correr en el circuito Gandhi no me
había pasado nunca, ni en las subidas, y es que se me hizo interminable y ni
siquiera es tan largo, lo corrimos todo, claro que ya era la parte casi final (kms
casi 17 al 19) y ya llevaba rosados mis bracitos de pollo. Pero antes de eso, nos topamos con el equipo pesado de #NRC los coaches, los chavos pacers y la
fotógrafa, estaban justo a la altura del museo de antropología, fotos, gritos,
palmadas, porras y más porras, emoción a 5m26s el km dice mi app.
Aquí con mi cara de ¿ya mero llego? En el último km y medio |
Al final todavía tuve lo suficiente para cerrar y bajarle
aunque sea 6 segunditos al tiempo del medio de Star Wars, terminé 21.66km con una
sonrisota y mucha alegría en 2:04:57 (tiempo chip)
Durante la preparación para este medio maratón, que es el
tercero en mi vida, aprendí muchas cosas, por ejemplo el jogging alto, el bajo,
las caperuzas, las tijeras, las gacelas, el movimiento de “burbujas”, a mejorar
el calentamiento previo a una carrera, ejercicios para un buen estiramiento, me
he divertido mucho en los entrenamientos de #NRC y en los que he hecho por mi
cuenta y he disfrutado cada una de las carreras previas. Aprendí también que
las tormentas no duran para siempre, que uno no se muere de amor mientras haya
kilómetros para alimentarte, gente chida a tu lado y sobre todo las ganas de
sonreírle a la vida.
Un 24 de abril, pero de hace 24 años mi maestra de
piano se fue de este mundo dejándome un recuerdo de amor y música, a ese
recuerdo que vive en mí va dedicada la medalla de esta carrera.
¿Con qué rola pise meta? Con Rock Loves Chopin el vals Op.64
Nro.2
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