Las siguientes
entradas estarán dedicadas a George Sand, con el fin de poder emparejar lo que quiero
platicar de su vida con el momento en que conoce a Chopin.
Como
platicamos, los antepasados por la línea paterna de George, si bien tenían
sangre aristócrata, también eran hijos naturales, salvo su padre, quien al amar
verdaderamente a Sophie, decide que la hija de ambos tampoco correrá con esa suerte,
Maurice Dupin se casa con Sophie un mes antes de que naciera su hijita. Cuando Aurore nace, ya cuenta con dos medios hermanos (ambos hijos
naturales): Caroline, hija de Sophie e Hyppolite hijo de Maurice que vivía en
Nohant con su madre y era protegido por su abuela.
De su
nacimiento George escribe en su autobiografía:
“Llegué
pues, al mundo el 5 de julio de 1804 y llegué como hija legítima, cosa que
hubiera podido no ocurrir, de haber respetado mi padre los prejuicios de su
familia; y eso fue para mí una dicha, porque mi abuela no se hubiera ocupado de
mí con el amor que después lo hizo y hubiera estado yo privada después de un
bagaje de ideas y de conocimientos que fueron mi consuelo más tarde en las
luchas por la vida.”
Pero cuando
la Sra. Dupin, es decir la madre de Maurice, se entera del matrimonio y del
nacimiento de la niña, corre a París a tratar de anular la unión, no teniendo
suerte en su empresa, esto pasa cuando la bebé tiene entre 8 y 9 meses de edad.
De cómo conoció la Sra. Dupin a su nieta y con ello termina aceptando el
matrimonio de su hijo, George nos lo platica:
“Mi padre se enteró de que su madre estaba en
París; comprendió que lo sabía todo y me encargó a mí la defensa de su
causa. Me tomó en sus brazos, subió a un coche, se detuvo ante la
casa donde mi abuela se alojaba, con pocas palabras se conquistó la buena
voluntad de la portera y me confió a esta mujer, la cual desempeñó así la misión
que se le había confiado: Subió al departamento de mi abuela y, con cualquier
pretexto, pidió hablar Con ella. Una vez en su presencia le habló de no sé qué cosa; mientras
hablaba se interrumpió para decirle: -"Vea usted, señora, qué linda es mi
nieta!" -"sí; es muy lozana y fuerte" - dijo mi abuela mientras
buscaba su bombonera. Y en seguida, la buena portera me depositó
sobre las rodillas de mi abuela, quien me ofreció golosinas y empezó a
mirarme con admiración y muy emocionada. De repente me alejó de sí,
gritando: -"¡Usted me engaña, esta criatura no es suya; ya sé quien
es!"
Asustada por el movimiento que me rechazaba, parece
que me puse a llorar con verdaderas lágrimas, las cuales causaron mucho efecto.
-"Ven, mi amorcito
-dijo la portera tomándome en sus brazos-- aquí no te quieren,
vámonos” Mi
pobre abuela quedó vencida. "¡Déjeme esa niña! - dijo. -- ¡Pobrecita; ella no tiene la
culpa! ¿Quién la trajo?" "-Su señor hijo, él mismo, señora; espera
abajo, voy a devolverle su hija. Perdóneme si la he ofendido; yo no sabía nada. Creí que le causaría un
gran placer". - "Vaya, vaya, mi querida, no estoy enojada con
usted -dijo mi abuela; vaya a buscar a mi hijo y déjeme la niña."
Mi padre
subió las escaleras de cuatro en cuatro. Me encontró sobre las rodillas, contra el pecho de
mi buena abuela, quien lloraba y trataba de hacerme reír.”
Cabe decir que aunque la Sra. Dupin termina aceptando el matrimonio de
su hijo, y por ende a Sophie, la relación entre ellas era cordial, pero hasta
ahí.
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