miércoles, 11 de abril de 2012

De Chopin: Delfina Potocka (Parte 1)

Se dice que la condesa Delfina Potocka fue amante de Chopin, uno de los libros que consulto lo da por hecho, pero otros dos más actuales lo ponen en duda. En lo que coinciden estos tres libros es en que los tres deciden hablar de la condesa Potocka en el mismo período de la vida de Chopin. Les platico lo que he leído al respecto.

Delfina Potocka era polaca y condesa de Komar por nacimiento, a los 18 años se casó con el conde Miecislas Potocki, este matrimonio dura 7 años, el conde no trata bien a la bella polaca y ésta decide regresar a casa de sus padres, quienes no ven con mucho agrado esta separación y no la reciben con gusto, por lo que la mujer decide viajar por Europa, ya que la pensión que le otorga su ex esposo le permite hacer estos viajes y llevar una vida lujosa; pasa la mayoría del tiempo en Londres y París, en donde se establece en 1831.

El pintor Delacroix, quien es uno de sus admiradores, nos dice: “Pienso que nunca he conocido algo más perfecto, en especial cuando la vi por primera vez, anochecía, y el vestido de terciopelo negro que usaba, el arreglo de su cabello, a decir verdad todo en ella… me hizo pensar que era tan deslumbrantemente hermosa como llenos de gracia eran sus movimientos”.

Otro admirador escribe: “He aquí una mujer en la flor de la edad, majestuosa como una estatua griega; su nariz tiene un contorno extrañamente delicado, sus ojos son dulces y suaves, en sus labios hay un apasionado deseo de besos, que promete una paraíso de delicias, y sobre todo esto una frente alta y sombría como velada por una nube de duelo. Si su pliegue se debe a un capricho o a las espinas de la decepción es un misterio aún sin resolver y por lo tanto más tentador”.

Soltan, un poeta de la época y amigo de la condesa escribe sobre ella: “Es un Don Juan con enaguas, que ha experimentado todo, y ahora grita: ¡Dadme la luna!”.

Las citas anteriores nos dejan en claro que la condesa era bella y conquistadora; tuvo varios amantes: el conde de Flahaut, el duque de Orléans (delfín de Francia), Zigmunt Krasinski, y el duque de Monfort (sobrino de Napoleón I).

A sus atractivos físicos hay que añadir que era una buena pianista y con una voz muy bonita y que además era polaca, cualidades que seguramente agradaban a Chopin. En 1832 se convierte en alumna de Federico y se inician los rumores de una relación entre ellos, porque los rumores sí que existieron, de lo contrario él no hubiera tenido la necesidad de negarlos ante Liszt u otros amigos y conocidos.

Chopin le dedica 2 de sus grandes e inmortales obras a la condesa: El Concierto en Fa menor Op.21 y el Vals en re bemol mayor Op.64, conocido también como el vals del minuto y que podemos escuchar aquí en la extraordinaria interpretación de la maestra Lisitsa.



Ahora bien, recordemos que en esa época Chopin está de moda y que es agradable a los ojos de las mujeres, por lo que no sería extraño que una relación con la condesa se diera, tal vez en secreto, ya que no hay cartas de Chopin, ni si quiera a su gente más querida o de más confianza, como su querido amigo Tytus, en las que hable o mencione un afecto o relación con la condesa, sólo la cita, sin insistir o insinuar. Existe una carta de Delfina para Chopin, escrita 3 meses antes de la muerte del músico, en ella, la condesa le expresa preocupación por su bienestar y que se ha puesto en contacto con gente en Varsovia para facilitar la visa de Luisa, para que pueda viajar y acompañar a su hermano enfermo; es una carta con un tono amistoso, melancólico, con más consideración que intimidad.

Como lo señala Gavoty en su libro, hay muchas interrogantes en cuanto a esta relación, ¿es posible que entre amigos y/o amantes no exista vestigio de correspondencia alguna? Cuando en aquella época era la forma más usual de comunicación. Se ha señalado que mucha de la correspondencia enviada o dirigida a Chopin se perdió en incendios y guerras; en cuanto a la correspondencia de la condesa, se tiene dos hipótesis, que ella misma las haya quemado o que la familia Raczinski, heredera de los Potocki, las haya resguardado de la mirada pública, o que se hayan destruido en 1939 durante el sitio de Varsovia.

Es hasta 1945 cuando la bisnieta de Delfina Potocka, Pauline Czernika, presenta una serie de cartas con un tono desinhibido y ardiente que supuestamente pertenece a los amantes; de eso platicamos en el siguiente post.

2 comentarios:

bereweber dijo...

ah que historia tan interesante!! mañana me toca leer el siguiente post con las cartas, me encanta leer tu blog, aunque he escuchado mucho a los pianistas sobre los que escribes, nunca me había enterado tanto de sus vidas como en tu blog Damaris! que interesante y es un muy buen 'break' para descansar mi mente del trabajo, gracias!

Damaris GVC dijo...

Celebro que te guste Bere, y que como bien dices sea un break que muchas veces tanto necesitamos en nuestro día de trabajo :D
Abrazo