lunes, 31 de mayo de 2010

2º año en el Conservatorio


En Octubre de 1827 inicia el 2º año de estudios en el Conservatorio. En este período como en el anterior, Elsner se ve deslumbrado por la inventiva del joven pianista y examina complacido sus composiciones en las cuales hallaba grandes “pecados” contra los mandamientos de la armonía. A las críticas que hacían a su joven alumno él contestaba:

“Dejadle en paz. Cierto que no sigue la senda de costumbre, pero su talento no es corriente tampoco. Decís que no respeta los métodos rutinarios, pero tiene el suyo propio y, o mucho me equivoco o le juzgarán por su originalidad.”
Federico se muestra aplicado y devoto de sus maestros, pero esto no quiere decir que destacase como un alumno brillante, y no lo logra en gran parte por su resistencia inconsciente a someter su impulso creador a los moldes estrictos de las tareas que se le proponían.

Dentro de este 2º año del Conservatorio, en el período correspondiente a 1828 compuso lo siguiente:

Polonesa en si bemol mayor Op.71 No.2
Fantasía sobre aires polacos Op.13
Rondo del concierto Karakowiak Op.14
Y en febrero de ese año verá publicado su Rondo a la Mazur Op.5 que había escrito 2 años antes, dedicado a la condesa Alejandrina de Moriolles a quien llamaba “diablito”.
Recordemos que en 1827 compone las variaciones para piano y orquesta basadas en el dueto “La ci darem la mano” del Don Giovanni de Mozart, las cuales fueron dedicadas a su querido amigo Titus Woyciechowski. Estas variaciones fueron escritas para demostrar sus habilidades en la orquestación y son especialmente hermosas; al igual que el Andante Spianato y Gran Polonesa pueden ser interpretadas sin la orquesta y no pierden efecto alguno. De hecho a Federico le gustaba mucho tocarlas. Cuando, en años posteriores, Schumann escucha en un concierto estas variaciones exclama lleno de admiración: ¡Quítense el sombrero, señores. Ese es un genio! Frase que da nombre a este blog y que me encanta.

Desde esta época Chopin nos deja en claro que el piano es donde volcará toda su inspiración. Las piezas notables, sus verdaderas obras maestras serán ofrecidas al piano. Esta predilección exclusiva es casi única en la historia de la música. Ni la orquesta, ni la música de cámara, ni la coral, y menos la ópera lo tentaran por mucho tiempo. El piano es su universo. En la historia del arte estará el piano antes y después de Federico Chopin.

No hay comentarios: