Esta descripción que he leído en la revista pauta me ha gustado mucho y quiero compartirla.
El artículo en el que la leí trata del cabello de Beethoven, el cual adquirieron un par de coleccionistas de cosas del genio alemán. Detallan cómo abrieron el guardapelo y para qué lo estudiarían, pero bueno, aquí va la descripción de la que he hablado:
"Una cálida tarde de mayo de hace 170 años, Beethoven daba su habitual paseo por las calles de la ciudad con su melena leonina al viento mientras miraba a su alrededor con unos ojillos de brillo penetrante. Tenía la tez morena, la frente amplia y alta y gran parte de su rostro estaba picado de viruelas, una enfermedad que había contraído en su infancia. Era un hombre bajo , incluso para los patrones de su época, y debido a los problemas intestinales que arrastraba desde hacía 30 años en 1824 ya no era el muchacho corpulento y fornido que era en su juventud. Aquella tarde primaveral Beethoven caminaba con paso cansado, un paso que evidenciaba una extraña dificultad de movimientos , y era incapaz de oír el estruendo de la imponente y bulliciosa ciudad. Su sordera, que por entonces ya era total, le impedía oír el constante estrépito de las carretas y carruajes de los vendedores. Tampoco oía la insoportable barahúnda de los malabaristas, titiriteros y músicos callejeros que parecían ocupar cada esquina de la ciudad, ni los efusivos saludos de los transeúntes al cruzarse en la calle, ni las burlas de los golfillos que le seguían pisándole los talones. La sordera que empezara a robarle los sonidos más sutiles 20 años atrás había reducido inexorablemente su existencia a un mundo de profundo silencio y aislamiento, y a aquellas alturas sólo era capaz de oír los sonidos que su mente imaginaba.
A pesar de ello, Ludwig van Beethoven, el personaje raro y excéntrico al que la gente tomaba a veces por un mendigo, era en aquel momento el compositor más célebre de una ciudad en la que proliferaban los compositores. Pocos días atrás se había estrenado su Novena sinfonía, que el público acogió con fervor. Un cuarto de siglo después de fijar su residencia en Viena, Beethoven se había convertido en una auténtica leyenda en aquella ciudad y sus composiciones - intrépidas, apasionadas y revolucionarias - parecían ya destinadas a perdurar. Aquellos que lo saludaban o simplemente lo reconocían se daban cuenta de que Her Beethoven estaba envejeciendo a pasos agigantados y, evidentemente , no se encontraba bien. Sin embargo, nadie habría dudado ni por un instante de que su música sobreviviría a lo largo de los siglos."
En la revista no dicen quién es el escritor de esta descripción, creo yo que pudiera ser Anton Shindler, su alumno, quien escribió una biografía de su maestro llamada Beethoven tal como lo conocí. Aclarar esta duda se me antoja un buen pretexto para investigar.
La foto es la tomé afuera de la escuela de música de Guadalajara... recuerdos felices.