Un día como
hoy pero de 1990 participé en el último concierto del Estudio de Piano Ludwig van Beethoven.
Un
concierto precioso en contenido musical interpretado por personas maravillosas
e inolvidables. Dos de ellas han terminado su andar por este mundo, pero siempre
que las pienso puedo sentir su abrazo lleno de cariño y ver esas sonrisas que
tantas veces compartimos.
Un
concierto que mi maestra y sus alumnos preparamos durante un año de estudio y
dedicación, pero también de alegría y amor. Un concierto en el que todos
vestíamos de blanco y negro y que se llevó a cabo en la Sala Chopin.
Un
concierto que es sin duda uno de mis recuerdos más felices, de esos que cuando
me siento triste y hasta hecha cachitos, al traerlo a mi mente siento que un
calorcito abraza a mi corazón y me saca una sonrisa de esas sinceras, de esas
de ese tiempo.
Por eso hoy
lo recuerdo y festejo haber participado en ese concierto.