Ya tiene más de un año que el correr se volvió parte de mi vida.
Lo que más me gusta de correr es disfrutar del movimiento de mi cuerpo, escuchar la música que selecciono para cada corrida, sentir el aire en mi cara, también me encanta mi soledad en esos momentos, esforzarme y ver que ¡sí las puedo!
Ayer corrí la carrera de la cruzada contra el cáncer de mama de Avon. Me encontraba toda enferma de tos y gripa, por lo que me costó mucho trabajo completarla, ya que no podía respirar bien, además hacía mucho frío, el día de hoy estoy pagando las consecuencias, pero no me arrepiento. Me fui despacito para lograr mi objetivo que era terminar la carrera en un tiempo x, no me importaba tanto ese número de medición como cruzar la meta con una sonrisa, y es que esta carrera me la dediqué a mí misma.
Sucede que a finales del pasado mes de junio me llevé el susto de mi vida, bueno, hasta el momento; en mi chequeo anual me detectaron mucha fibrosis en las mamas, me mandaron un ultrasonido y ahí estaba, una lesión que se veía muy sospechosa; tras una mastografía y dos biopsias se determinó que era una lesión benigna. En agosto me la extirparon, mi Doctor quien es genial, me operó, como él mismo lo dijo, con mucho amor y es que a penas se nota la pequeña cicatriz que quedó de esa operación.
Debo decir que mi lesión no me la sentí hasta que el Doc me puso los dedos donde estaba, era profunda y difícil de percibir. Se me grabaron mucho sus palabras: "Lo más importante para todas las mujeres es que conozcan bien sus mamas y que se exploren, para que en cuanto sientan algo anormal se chequen". Hay que tenerlo en cuenta siempre.
Creo que nunca había sentido tanto miedo, ansiedad y angustia, la posibilidad de enfrentar algo así me hizo sentirme muy mal, la verdad es que mientras esperaba los resultados de las biopsias, especialmente de la segunda que se hizo con más precisión, estaba yo cagada de susto, claro que me documenté para saber a lo que me podría o no enfrentar, porque es mejor siempre estar informado y saber a qué atenerse, aunque muchas veces esto no sirva para tranquilizarnos.
De esta experiencia aprendí que no importa por lo que estemos atravesano, y que por mucho que no nos guste lo que nos pasa o estamos viviendo, no nos podemos hacer a un lado, a todo hay que hacerle frente y sobre todo si se trata de nuestra salud, que no hay que perder de vista que de quien más necesitamos para salir adelante es de nosotros mismos, claro que el cariño sincero y las atenciones de familiares y amigos nunca están demás, muy al contrario, y yo fui afortunada al respecto.
Es por eso que de cualquier manera, con gripa y tos, y siendo un foquito de infección, no podía perderme esta carrera que me dedico con todo mi amor.