"La música es el corazón de la vida. Por ella habla el amor; sin ella no hay bien posible y con ella todo es hermoso" F.LISZT
jueves, 22 de noviembre de 2012
lunes, 5 de noviembre de 2012
De Chopin: Un Viaje, Conciertos y un estreno espectacular.
Reanudo la lectura sobre la vida de mi querido Chopin
y comparto con ustedes los pasajes más importantes.
Continuamos en 1834, en este año Hiller, amigo de
Chopin, tiene planeado un viaje a Aix-la-Chapelle para asistir a un festival
del bajo Rin, logra convencer a Federico de que lo acompañe, cosa que no fue
algo simple, pues a Chopin no le agradaban los cambios y viajar implicaba cambiar
su rutina diaria. Ya en el festival asisten a varios conciertos entre los que
destacan el de la Sinfonía Júpiter de Mozart y el de la 9ª Sinfonía de
Beethoven; acerca de esta última me gustaría saber ¿Qué habrá sentido Chopin al escucharla? ¿Se
habrá emocionado tanto como yo? La primera vez que la escuché fue en un
concierto de gala de la Orquesta Sinfónica de Minería en la Sala Nezahualcóyotl,
y la verdad que hasta una lágrima me rodo de la alegría y emoción que me
provocó escuchar el último movimiento.
En el mismo festival se encuentran a Mendelssohn con
quien viajan a Düsseldorf, ciudad en la que es Director de Música, ahí les
presenta a Schadow, Director de la Academia de Artes y ante quien los tres
músicos tocan el piano, sobre esto escriben tanto Mendelssohn como Hiller.
Hiller: “Por fin se abre el piano. Yo comienzo y
Mendelssohn continúa. Después toca el turno a Chopin. Luego de unos compases,
Schadow abre los ojos muy grandes; jamás había escuchado nada parecido.”
Mendelssohn: “Chopin es hoy el primero de los
pianistas. Su ejecución nos reserva tantas sorpresas como si nos encontrásemos
ante el arco de Paganini.”
Sus pasos ahora se dirigen a Coblenza y luego a
Colonia, en donde se despiden de Mendelssohn, ya que es tiempo de regresar a
París.
Es en este tiempo cuando Federico reanuda su amistad, esta
vez por correspondencia, con los Wodzinska, 3 muchachos que habían sido alumnos
de su padre y con quienes lo unía una amistad de varios años. Los Wodzinska
salieron de Varsovia y se encontraban viviendo en Ginebra, a donde la condesa,
madre de los amigos de Chopin, lo invita a pasar unos días, invitación que
declina por el momento, ya que tiene varios compromisos en puerta.
A finales de 1834 y principios de 1835 Chopin
participa en varios conciertos. A pesar de que no son muy de su agrado, nunca
se negaba a tocar en conciertos organizados por sus amigos.
El 7 de Diciembre, Berlioz lo invita a participar en
su concierto, Chopin acepta y toca el larghetto de su Concierto en fa menor.
Tres semanas después, el día de Navidad se presenta en
la Sala Pleyel con Liszt e interpretan 2 dúos a 4 manos: uno de Moscheles y el
otro de Liszt, fueron muy ovacionados
por su público y aclamados por la prensa. ¡Que suerte para la gente que tuvo
ese privilegio de verlos tocar juntos! En esta época sería como, guardando y
respetando siempre la distancia entre la genialidad y el mero virtuosismo, ir a
un concierto de Lang Lang e Ingolf Wunder.
El 25 de Febrero de 1835 toca con Hiller en la Sala Erard el nuevo dúo del músico
alemán, y posteriormente, en marzo, vuelve a participar en un concierto en la
Sala Pleyel, una vez más a petición de sus amigos.
El 5 de Abril hay otro concierto en su haber, esta vez
a beneficio de los refugiados polacos, se llevó a cabo en el Théâtre des
Italiens, con un gran programa, Hiller y Liszt también participaron y cada uno
de ellos tocaron a dúo con Chopin, sin embargo, las críticas esta vez no fueron
favorables para el polaco; aunque pronto se quitaría ese mal sabor de boca.
El 26 del mismo mes estrenaría con mucho éxito su
Andante Spianato y Gran Polonesa Brillante, en una función de gala de la
Sociedad de Conciertos del Conservatorio. A pesar de que fue aclamado por el
público por lo brillante de su ejecución, él comenta con Liszt: “No soy
adecuado para los conciertos. La multitud me intimida. Su aliento me envenena,
sus miradas curiosas me paralizan, y me confunde el espectáculo de tantos
rostros extraños”. Será por eso que con estas presentaciones de 1834 y 1835
Chopin puso fin al período de conciertos públicos, y desde entonces, cuando no
era en algún salón, sólo apareció en el tablado cuando no podía evitarlo.
Con respecto al Andante Spianato y Gran Polonesa,
Justo Romero nos platica en su libro lo siguiente:
Estreno: París, Conservatorio, 26 de Abril de 1835
Intérpretes: Fryderyk Chopin (piano). Orquesta de la
Société des Concerts du Conservatoire de Paris.
Dedicada a Madame la Baronne d’Est y se publicó en
Mayo de 1836, en Paris, Leipzig y Londres.
La Gran Polonesa Brillante, Chopin la empieza a
componer en 1830, pero es hasta principios de 1835 cuando la retoma y la
termina, con el añadido del Andante Spianato, el cual se escucha en primer
lugar a modo de introducción.
“Conviene señalar que la palabra italiana ‘spianato’
implica en música un canto calmo, suave y sencillo. Pero como señala Gastone
Belotti, Chopin no toma el término de la tradición lírica italiana, sino de
Paganini, autor de un ‘Cantabile Spianato y Polonesa Brillante’ que interpretó
en Leipzig en 1829 y probablemente en Varsovia en algunos de los conciertos que
allí ofreció aquel mismo año.”
Dejo el video de la participación de Ingolf
Wunder durante la Competencia Internacional de Piano Federico Chopin 2010,
interpretando, claro está, el Andante Spianato y Gran Polonesa.
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