domingo, 18 de octubre de 2020

De Libros: Candy Candy la historia definitiva.

Entre los libros que he leído durante este confinamiento está el de la historia uno de mis animes favoritos: Candy Candy.

Yo fui una de esas niñas de los 80’s-90’s encantada con el anime de Candy Candy, enamorada de Anthony y luego de Terry. La historia del manga fue escrita por Keiko Nagaita bajo el pseudónimo de Kyoko Mizuki e ilustrada bellamente por Yumiko Igarashi

A principios de año, me enteré por la publicación de un amigo, que una editorial española sacaría la versión novelada de la historia de Candy Candy, esta, según la autora es la historia definitiva de las aventuras de esta adorable pecosa. Cabe mencionar que sabía desde hace más tiempo (un par de años o más) que esta historia existía, pero se antojaba difícil que se tradujera del japonés al español ¡qué bueno que lo difícil se hizo posible!

La autora nos dice el por qué decidió escribir esta novela: “Cuando el manga y el anime de Candy se terminaron, me quedó cierto pesar en el cuerpo. Originalmente, Candy era una historia orientada a un público infantil, por lo que en  este sentido estaba satisfecha. Sin embargo, quedaban muchos puntos que, personalmente, no me convencían. Por eso sentía el deseo de escribir una novela algún día, otro sueño imposible.”

La lectura de este libro ha iluminado algunas de mis noches durante este confinamiento, me ha hecho recordar y sonreír.

Aquí les dejo las frases que más me gustaron:

“Dulce Candy…” En ese preciso instante, la joven sintió que el corazón se le abría de par en par, cual capullo de flor.

Así que eso era lo que se sentía cuando amabas a alguien. Una sensación absorbente, tan dulce que duele, que te hace querer gritar.

“Las flores mueren, sí, pero renacen más bellas. Las personas mueren y renacen de una forma hermosa en el corazón de aquellos que los recuerdan. Por eso, Anthony, yo viviré siempre dentro de ti.” Mamá de Anthony.

“No se ofenda, doña Pecosa – ironizó el joven -. Si te enfadas, las pecas se te marcan más. – Acercó su rostro al de Candy y silbó -. ¡Es una barbaridad! ¿Tienes cara detrás de las pecas? Pobrecita…” Terry.

T.G. siempre que hablaba de él en su diario, utilizaba sus iniciales en lugar de su nombre completo.

Terry. Sentado frente al piano de cola que había muy cerca de la ventana, Terry deslizaba sus largos dedos con elegancia por el teclado. La música que brotaba del instrumento era como un haz de luz que, brillando con fuerza, se propagaba hacia el exterior y atravesaba la pared.

Nota: En la historia del manga no aparece ningún indicio que indique que Terry toca el piano, al leerlo en este libro me dio mucha alegría (ya sé que es ficción, pero qué importa) y ahora sí que Terry me parece perfecto.

“¿Sabes, Candy? El mar no siempre está en calma. El mar es como la vida: hay momentos de paz y momentos turbulentos. Pero no importan las circunstancias, el barco ha de tratar de controlar las olas y de seguir siempre su camino, con todas sus fuerzas.” Capitán Niven.

“La mujer que te crió, la señorita Pony, tenía razón: debemos estar preparados para seguir caminando por que la vida da muchas vueltas. Pero no significa que no haya sitio para la esperanza.” Archi.

Nota: Estas dos últimas las adopto especialmente en estos momentos en los que me gusta tener la esperanza de que estaremos bien, de que venceremos a esta pandemia, de que saldremos bien librados, de que pronto abrazaré a mis familiares y amig@s, de que podré ir a correr a donde me venga en gana, de que las carreras y los conciertos volverán.

“Como dice la señorita Pony, ninguno de nosotros podemos saber qué nos espera a la vuelta de la esquina. Aunque tengas que soportar un dolor tan grande como para desgarrarte el corazón, si lo afrontas sin temor, encontrarás algo maravilloso en la siguiente esquina… Yo la creo.” Candy.

Nota: Alguna vez leí que la autora de la historia de Candy Candy se había inspirado a su vez en una bellísima historia canadiense, sobre una niña huérfana con muchas pecas y una naricita hermosa quien era peli roja de nombre Anne Shirley. Sí gracias a Candy Candy conocí una de mis historias favoritas: Anne of Green Gables; y justamente en la frase anterior se puede ver algo de esa influencia en la escritura de Keiko, esta es una frase de Anne of Green Gables y que es semejante a la que se le lee a Candy: “… mi futuro parecía extenderse ante mí como un camino recto. Pensé que podía ver a lo largo de muchos hitos. Ahora hay una curva en él. No sé que hay a la vuelta de la esquina, pero voy a creer que es lo mejor.”

“-¡Bienvenido!- Me levanto, saboreando la alegría de poder pronunciar esa palabra, y me sumerjo en los brazos abiertos de mi amado” Candy.

Nota: ¿Quién será ese amado? Para mí es Terry, Terry que toca el piano.

Por cierto que la editorial española se llama Arechi Manga.

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